"Nos dijo que no tenía pagado el seguro porque no había pasado el promotor de San Cristóbal. Lo dijo sin ponerse colorada, como cargándonos en la cara. Realmente, después de lo que nos tocó vivir, no podemos creer que estemos pasando esto". De esa manera, masticando bronca, resignación e impotencia, María, propietaria de un departamento del tercer piso del edificio de calle Laprida 972, que sufrió un voraz incendio el miércoles pasado y en el que murió una mujer mayor, le confió a La Capital la increíble respuesta que recibieron ayer por parte de la administradora del inmueble, Marcela Ranea. Además, reveló que la semana pasada descubrieron que la referente tampoco hizo los aportes de la portera y que hacía 15 días que no arreglaba el portón de acceso al sector de cocheras, pese a la gran cantidad de reclamos de los vecinos, justo el lugar por donde esa madrugada ingresó un desconocido que pudo haber provocado este tremendo siniestro.
María, junto a otros propietarios, fueron en la tarde-noche de ayer a solicitar en forma vehemente explicaciones y precisiones a la administradora del edificio, directamente a su oficina, de Maipú 1108. Todos salieron con las manos vacías y repletos de indignación por la "tremenda irresponsabilidad" de la mujer que se encargaba de administrar el edificio.
Una hora antes, este diario logró dialogar con Ranea, en la puerta misma de su oficina, y ante el requerimiento periodístico sólo se limitó a decir: "Yo me voy a manejar solamente con abogados". En el contacto, la administradora no negó ninguna de las denuncias de los vecinos. "Sólo con abogados", repitió una y otra vez, ante cada pregunta puntual. Su semblante exhibía una curiosa calma, y una mirada perdida.
Ya sobre las 19, este medio conversó con los propietarios que se reunieron con Ranea, que hace casi un año trabaja con el edificio. Visiblemente desencajados, con sensación de desamparo, obnubilados por las irritantes respuestas de la administradora, los vecinos hicieron públicas las explicaciones de la administradora.
"En el listado de la expensas que ella nos presentaba, figuraba el descuento de San Cristóbal Seguros. Y ahora nos dijo que desde que es administradora nunca pagó esa póliza porque el promotor no se presentó a cobrarle, y nunca lo pudo contactar", describió María.
"Nos dijo que estaba accionando con abogados para ver si San Cristóbal se hace cargo de esta situación. Pero nosotros averiguamos hoy (por ayer) en esa empresa, y no figuramos con ninguna póliza para este edificio", apuntaron los habitantes del inmueble de Laprida al 900.
Más fallas. "Justo la semana anterior, habíamos descubierto que no estaban hechos los aportes de la empleada. Tampoco le pagó el sueldo porque dijo que no había plata, y había un fondo de 30 mil pesos, que tampoco sabe precisarnos dónde está", marcaron los vecinos.
Durante todo el encuentro, la actitud de la administradora fue desconcertante. "Nos dijo «quédense tranquilos, no los quiero ilusionar, pero a lo mejor San Cristóbal se puede llegar a hacer cargo de algo». Todo lo que nos dijo fue ridículo", remarcaron.
Sin explicaciones ni respuestas convincentes, los vecinos cuentan que Ranea "dijo que está hablando con abogados penalistas. Y nosotros creemos que está hablando con sus abogados, sólo para salvarse ella".
Sobre las acciones legales que puede iniciar, este grupo de propietarios enfadados contó: "Primero estábamos esperando que aparezca la administradora. Ahora, viendo este panorama, vamos a analizar los pasos legales a seguir".
Haciendo rápida memoria, los vecinos recordaron que "toda la vida hubo un administrador del edificio, de mucha confianza. Esa persona falleció y apareció esta mujer, que hace casi un año que está". Y añadieron: "Iba al edificio un día, y todos bajábamos y le pagábamos las expensas. Y si nos demorábamos, veníamos a esta oficina".
Sobre las posibles consecuencias de esta dramática situación, expusieron. "No sé qué vamos a hacer, porque la obra que hay que hacer es millonaria. Hay graves problemas en los espacios comunes. Está el palier derrumbado, no hay vidrios. Tampoco luz, gas ni agua". Y sumaron: "Hay mucha gente grande, que está sola y realmente no tiene dónde ir. Eso también cuesta plata".
Para graficar la profunda pesadumbre que rodea este escenario, María aportó palabras directas. "Todavía no entendemos nada. Nunca nos imaginamos pasar por esto. Siento que estamos todos a la deriva".