Orlando "Chunchi" Berlari se sentó ayer en el banquillo de los acusados para escuchar la primera de una serie de imputaciones en su contra al ser considerado parte de una banda mixta, integrada por civiles y policías, que tenía su base en la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez y que perpetró escruches, entraderas y al menos dos robos a bancos. En ese sentido, el fiscal de Investigación y Juicio Aníbal Vescovo le atribuyó haber participado en el robo al banco Credicoop de Arijón al 300, cometido en agosto pasado, y el robo a un pagador del Frigorífico Swift en la puerta de esa empresa en octubre último. Tras ello, la jueza Patricia Bilotta le dictó prisión preventiva sin plazos, hasta que se desarrolle la audiencia de elevación a juicio. Como si eso fuera poco, el martes la fiscal Viviana O'Connell le imputará en otra audiencia el copamiento de la subcomisaría 13ª y el posterior atraco al banco Credicoop de General Lagos, en mayo de 2015.
Pero la acusación más pesada que le espera a Chunchi, de 35 años, se dará la semana que comienza cuando el fiscal de homicidios Miguel Moreno lo impute por el asesinato a sangre fría del herrero Alcides Cuevas, un crimen ocurrido el 3 de julio del año pasado en Oppici 2329 de Villa Gobernador Gálvez. La última semana de octubre el fiscal achacó ese mismo asesinato a Pedro Damián "Oreja" Leiva, a quien le atribuyó los delitos de homicidio criminis causa agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego, tentativa de robo y portación ilegal de arma de fuego. El criminis causa es el delito más grave que prevé el Código Penal, se comete para asegurar y encubrir un ilícito previo, en este caso el robo, y tiene una pena en expectativa de prisión perpetua.
Previamente la fiscal O'Connell le había atribuido a Oreja ser participe de una asociación ilícita conformada para cometer delitos, entre ellos el robo al banco Credicoop de General Lagos. Es decir que para la Fiscalía, Chunchi y Oreja también actuaron juntos en ese hecho.
Un crimen brutal. El viernes 3 de julio de 2015 el sol brillaba sobre el centro de Villa Gobernador Gálvez, aunque el viento helado cortaba la cara como un estilete. A las 10 de la mañana al menos dos delincuentes armados ingresaron a la casa de Oppici 2329, a dos cuadras de la Municipalidad y de la cancha de Coronel Aguirre. Llegaron con el ardid de comprar un burro de arranque para un vehículo. En la casa estaban sólo Cristian, mecánico de oficio, y su hija de 4 años. Su hijo mayor estaba en la escuela y su esposa Roxana había ido al mercadito a comprar unos bizcochos. En la puerta quedaron dos motos, con un maleante de campana. Cuando Roxana regresó se topó con los ladrones. Desesperada logró zafarse de los captores y con la puerta entreabierta pidió ayuda a los gritos.
Alcides Cuevas tenía 45 años y dos hijos, de 6 y 15 años. Además tenía dos pasiones: su familia y "Los hacheros del chamamé", conjunto del que era parte y con el que estaba grabando su tercer CD. A la hora señalada trabajaba frente a la casa robada, en una fábrica de aberturas de aluminio, junto a su amigo Juan. Al escuchar los gritos de su vecina, los herreros cruzaron para ayudarla y los ladrones se desbandaron. Los laburantes pudieron retener a uno de los delincuentes, que más tarde se sabría que era Oreja Leiva. Pero según esa misma hipótesis, Chunchi regresó a la escena para rescatar a su compinche y dio inició al epílogo de un atraco trágico.
El testigo. "Salimos a socorrer a la mujer porque la estaban carancheando. Entramos a la casa y los ladrones le estaban pegando en el piso. Entonces logramos retener a uno. Le sacamos el arma y se la dimos al dueño de casa. Yo corrí a otro de los ladrones, al que le pegue un piedrazo en la nuca. Entonces me volví al tallercito para buscar el celular y llamar al 911. Ahí escuché los disparos. Le descargaron el cargador completo. Cuando me asomé se iban en la moto. Me gritaron: «Metete adentro porque te vamos a dar a vos también»", recordó Juan minutos después del crimen de Alcides. Cuevas fue alcanzado por siete impactos por la espalda. Cristian, el dueño de casa, recibió una herida de bala en el hombro derecho con orificio de salida en la espalda.
"Por lo que me contó mi hermano, al vecino lo agarraron mientras retenía a uno de los choros. Le pegaron primero un disparo en la pierna y después lo remataron en el piso", comentó un hermano de Cristian. En la escena quedaron varios casquillos 9 milímetros y una pistola del mismo calibre que sería la que empuñaba el ladrón golpeado.
"Un vecino nos vino a socorrer y lo mataron adentro de mi casa. Asesinaron a un inocente que lo único que quiso hacer fue ayudarnos", dijo aquel día Roxana.
Banda mixta. El 22 de octubre pasado la Fiscalía Regional anunció que con 16 allanamientos se había desarticulado parcialmente la banda mixta que tenía como base de operaciones la subcomisaría 26ª (ver abajo). Cinco días depsués cayó preso Oreja. Fue el noveno acusado de integrar la gavilla. La audiencia en la que lo imputaron se dio en dos partes.
En la segunda, tres días después de caer preso y tras haber sido acusado por los robos a los bancos Credicoop, el fiscal Moreno le leyó la imputación por el crimen de Cuevas. Eso permitió también conocer el rol de uno de sus compinches conocido como Chunchi. El fiscal indicó que al escuchar los gritos, Cuevas y Juan salieron de la fábrica y cruzaron la calle. Lograron retener y desarmar a uno de los ladrones, que para los investigadores era Oreja. Pero sus cómplices huyeron.
En el fragor del forcejeo Oreja terminó con el rostro lleno de hematomas. Mientras era retenido, uno de sus compinches (Chunchi) regresó para rescatarlo. Ingresó a la vivienda y disparó contra Cuevas hiriéndolo en una pierna.
"Fue entonces que Leiva se levantó, tomó el arma de su compañero (una pistola calibre 9 milímetros) y disparó ocho veces más contra Cuevas cuando estaba indefenso en el piso", relató el fiscal Miguel Moreno. Con Cuevas agonizante en el piso, Oreja se subió a una moto Motomel negra estacionada en la vereda y se marchó con su cara ensangrentada. Mientras tanto, desde otra moto otro cómplice lo arengaba diciéndole: "Dale, dale". El fiscal dijo: "El señor (Leiva) mató porque no pudo concretar sus fines" de robo.
Al terminar aquella audiencia Beatriz B., la viuda de Cuevas, reflexionó entre lágrimas. "El momento de la audiencia fue muy doloroso al escuchar cómo ocurrió el desenlace. Cuando llegué yo ese día, a mi marido ya lo habían matado. Alcides entró cuando escuchó los gritos de la vecina. Se metió para ayudar a Cristian, porque lo conocía y habían hecho amistad. Y Alcides fue como siempre a ayudar. El era así. Quiso ayudar y lo mataron". Y agregó: "Si él (Oreja) es culpable, que se haga justicia y vaya preso. Si tiene que pagar que pague. Su madre estaba en la sala. Ella va a poder ver a su hijo vivo. Mis hijos ya no van a poder ver a su papá, porque ya no está". Esta semana será el turno de la audiencia imputativa para Chunchi.
Una banda mixta con varios golpes en su haber
En octubre pasado una banda mixta de policías y ladrones fue parcialmente desarticulada. Fueron 16 allanamientos, incluyendo la subcomisaría 26ª de Villa Gobernador Gálvez. En principio fueron ocho los detenidos. Seis de ellos policías: Maximiliano Maldonado, jefe de la seccional, y su secretario, Juan Carlos Morgan; los agentes Javier Eduardo Lanero y Fernando Rubén Acosta; la suboficial Nara Rodas, quien quedó bajo arresto domiciliario porque estaba embarazada de 7 meses y medio; y los civiles Humberto "El Viejo" Aguirre y David Berlari, hermano de Chunchi. El noveno detenido fue Pedro Damián "Oreja" Leiva. Los nueve fueron imputados de asociación ilícita y diversos hechos de robo. A los uniformados además se los acusó de otros delitos vinculados con el ejercicio de su profesión. El 10º detenido, el pasado viernes en la ciudad bonaerense de San Pedro, fue Chunchi. Según la policía, aún quedan dos prófugos.
De los detenidos, David Berlari firmó en diciembre un juicio abreviado a 3 años de cárcel en suspenso por el golpe a la comisaría y el banco de en General Lagos y dos entraderas en Villa Gobernador Gálvez debido a su participación secundaria.
La gavilla está en la mira por asaltar al menos dos sucursales del banco Credicoop (la de calle Arijón al 300 y la de General Lagos), el copamiento de la subcomisaría 13ª de esa localidad y una salidera contra un contratista del Frigorífico Swift.
En dos robos. Chunchi fue acusado ayer por el fiscal Aníbal Vescobo por dos robos. El del 5 de agosto pasado, cuando cuatro hombres armados y disfrazados como empleados de la empresa de recolección Lime irrumpieron en la sucursal del banco Credicoop de Arijón al 300 y se llevaron 30 mil pesos. De esos cuatro asaltantes sólo resta la detención de un hombre que está identificado, aseguraron fuentes de la pesquisa. Y por el asalto del 7 de octubre pasado a un contratista de 49 años que estaba en la puerta del Frigorífico Swift en una camioneta Chevrolet S10 esperando para pagarle el jornal a quince operarios. En un momento, fue sorprendido por dos hombres camuflados con ropas de trabajo ombú que, tras apuntarle con armas de fuego, le sacaron la bolsa con los 50 mil pesos, un Nextel y las llaves del rodado. Por ese hecho ya había sido apresado quien le hizo el aguante a Chunchi, dijeron fuentes del caso.
El martes la fiscal Viviana O'Connell lo acusará por el copamiento a la subcomisaría 13ª de General Lagos y el posterior asalto al banco Credicoop de esa localidad, a sólo 20 kilómetros de Rosario, ocurrido el martes 13 de mayo de 2015. De la sub 13ª los ladrones se robaron una ametralladora FMK3, dos escopetas calibre 12.70, tres chalecos y la pistola reglamentaria de la agente. Más tarde engrosarían ese botín con la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria del policía que debía hacer adicionales en el Credicoop y que fue reducido frente al banco. Para irse de la seccional, los maleantes usaron el patrullero. Del banco se llevaron el dinero de la línea de caja del banco y huyeron en el móvil policial con 148 mil pesos, según el arqueo final.