Los abogados que representan a la familia de Roberto Pimpi Caminos pidieron ayer que se condene a prisión perpetua a los dos acusados por el crimen del ex líder de la barra de Newell's, quienes ya están sentenciados a penas de 17 y 11 años. El planteo fue realizado durante una audiencia de apelación al fallo del tribunal oral que los juzgó el año pasado. Fundamentaron su pedido de imponerles la máxima pena en que, a su criterio, los imputados René Ungaro y Carlos Alberto Godoy actuaron con "premeditación y alevosía" al ultimar al barrabrava en la puerta de un bar en marzo de 2010.
El pedido se hizo en una audiencia oral de la Cámara Penal. Los abogados querellantes, Rubén Navas y Gabriel Navas, también solicitaron que sea condenado a la misma pena Emanuel David Suárez, quien había sido absuelto en el juicio oral. El requirimiento contrastó con el planteo de los defensores de los acusados, quienes directamente pidieron la absolución al entender que no hay pruebas suficientes para justificar una condena. En tanto, la fiscal de Cámaras María Eugenia Iribarren pidió que se confirme la pena impuesta a Ungaro y Godoy y coincidió con la querella en el pedido de condena para Suárez.
El caso. Caminos fue asesinado a balazos el 19 de marzo de 2010 frente a un bar de Servando Bayo al 1400. Ante el tribunal —Daniel Acosta, Rubén Jukic y Adolfo Prunotto Laborde— el abogado Rubén Navas afirmó que la absolución de Suárez fue "un premio" que le otorgaron por una confesión "circunstancial, detallada y minuciosa" que solo pudo dar alguien que estuvo en la escena del crimen.
Y cuestionó la conducta de Suárez en el juicio. "Confesó ante un tribunal (el juzgado de Instrucción Nº9) y después denunció ante el mismo tribunal que había sido víctima de apremios ilegales por parte de la Tropa de Operaciones Especiales", pero las quemaduras con aceite que, según dijo, le habían provocado no se comprobaron", señaló.
El letrado indicó que el rol de Suárez fue "vigilar el lugar dónde estaba Pimpi (el bar Ezeiza). "Ungaro, Godoy y Suárez pasaron en un auto por el bar entre la 1 y la 2 (del día del hecho) para controlar a Caminos y poder matarlo", explicó. Y remarcó que dijo cosas distintas. "Primero admitió que estaba en el lugar del crimen y después que se encontraba en una casa cercana, de donde salió varias veces para comprar pizzas", indicó.
A su vez, Gabriel Navas sostuvo por qué pidieron homicidio agravado por premeditación y alevosía. "Hubo alevosía porque (a Pimpi) lo mataron de cinco balazos y los primeros tiros se lo tiraron en la rodilla. Se considera alevosía cuando se procura la indefensión de la víctima", señaló.
La fiscal Iribarren también centró su apelación en la situación procesal de Suárez. Y uno de los argumentos que postuló coincidió con el planteo de los abogados querellantes. "Para conocer tantos detalles (del suceso) tiene que haber participado de la planificación y ejecución del hecho", enfatizó. Y requiró que se lo condene a Suárez a 11 años de prisión como coautor de homicidio agravado por uso de arma de fuego.
"Una ficción". A su turno, Mario Ducler, abogado de Ungaro, calificó al fallo del tribunal oral Nº5 del año pasado como "la crónica de una condena anunciada" parafraseando a Gabriel García Márquez. "La condena respondió al clamor popular. Los hechos que le imputaron a mi cliente fueron una imaginación de la fiscalía y del tribunal. No existieron pruebas directas y se basaron en indicios", señaló. El letrado afirmó que los dichos de Suárez no debían ser valorados por los integrantes del tribunal. Y pidió la absolución de su cliente.
A su vez, Fausto Yrure, defensor de Godoy, indicó que el fallo que condenó a su cliente se basó en indicios falsos. "El tribunal tuvo en cuenta la ausencia de llamados telefónicos entre ellos (los imputados) entre las 5 y las 5.30 —coincide con el horario del crimen— para presumir que estuvieron juntos, pero no valoró que tampoco hubo contactos entre la 1 y las 2.42", señaló. El letrado pidió la absolución de su cliente.