Pensó más en Boca que en Banfield

Bastó con la movida de nombres que activó Coudet para armar el equipo para corroborar que el DT pensó más en Boca que en el partido de ayer. De otra manera no se entiende lo que hizo. Tomó la discutible decisión de desarmar la formación que venía al galope por otra que resultó una caricatura borrosa en el rendimiento.

   Es cierto que asegurar ahora que Coudet se equivocó tiene el incontrastable refuerzo de la derrota, pero no había que ser un gran entendido en el tema para darse cuenta de que Central sin Ruben, Larrondo, Donatti (molestia en el cuádriceps aunque estaba para jugar) y Fernández no iba a ser el mismo. De hecho no lo fue. Porque Gómez Andrade, Delgado, Niell y Jonás no se transformaron en las soluciones esperadas. A excepción del colombiano, algo mejoraron en el segundo tiempo los dos delanteros y el volante. Pero en el resumen ninguno hizo demasiados méritos para darle la razón a Coudet, quien especuló hasta último momento con la formación. Incluso, un rato antes de pegar la planilla, una fuente cercana al entrenador confió que ni los utileros sabían la alineación que iba a poner.

   Los ingresos de Caranta y Musto no entran en esta desarticulación colectiva que empleó Coudet porque uno es el arquero titular y el volante seguramente también jugará contra Boca (Nery está lesionado).

   Con la sola presencia de Ruben, el equipo seguramente hubiera sido otro. Pero el Chacho recién lo puso cuando Central apretó tras el gol de Niell. Casualmente lo mejor de Central coincidió con los ingresos de Larrondo y Ruben. Ese tiempo alcanzó de sobra para demostrar que si Coudet hubiera elegido poner a los titulares, Central le ganaba seguro a Banfield. Tal vez no hubiera servido de mucho porque Boca ganó y fue campeón, pero al menos Central le hubiera puesto algo más de misterio a la consagración xeneize.