Hasta que apareció La Torre, la única Sosa conocida que cantaba bien era Mercedes. Pero bastó que una morocha con cabello ensortijado, minifaldas y botas interprete con voz potente "Colapso nervioso", para que el rock también tenga su Sosa preferida. A treinta años de aquel disco ("La Torre") que la hizo popular, Patricia Sosa presenta hoy, a las 21.30, en El Círculo (Laprida y Mendoza) "Desde La Torre", una suerte de homenaje a aquellos temas rockeros pero con el sonido de esta era. "Yo soy lo que soy porque fui lo que fui, y tengo mis raíces puestas en el rock", dijo la intérprete, que actualmente también se desempeña como jurado en "Soñando por cantar", de El Trece.
—¿Sentís que la esencia de tu presente artístico está en esa cantante rockera, que se plasma con la letra de "Vuelvo a anclar en mi lugar", que la incluye este disco?
—Mirá, yo soy lo que soy porque fui lo que fui, eso lo explico también en el disco. Uno tiene las raíces en ese lugar, en el rock. Yo después armé mi carrera, y creo que mis baladas han tenido éxito porque también están cantadas de una manera bastante rockera, yo soy eso.
—¿Más allá de la forma de cantar, cómo hiciste para sentir e interpretar con tanta fuerza letras muy coyunturales, como "Colapso nervioso", por ejemplo?
—Es otra mirada, cuando cantaba en los 80 "Colapso nervioso" yo estaba a la par del que tenía colapso nervioso, adquiriendo un colapso nervioso porque mi pareja estaba enloquecido. En cambio ahora me imagino sentada en una reposera tomándome un rico cafécito, mirando cómo el tipo está histérico y yo hojeando un libro y diciendo "rendida estoy de seguir aguantando la histeria que tiene tu vida" (es el comienzo de la canción), y yo recontra zen, ¿entendés? Es otra mirada, otra edad, y me encantó reencontrarme con esas letras desde este lugar.
—Además hay temas de esa época con crítica social, que también traés nuevamente en "Desde La Torre", como "Estamos en acción" y "Viaje hacia la libertad".
—Eso me gustó muchísimo de esas letras que escribí yo, y viéndolas 30 años después, me encanta muchísimo el compromiso social que ha tenido La Torre en todos los discos. Y vos fijate que yo lo repito en mi vida, porque yo tengo una fundación (Pequeños Gestos) y tengo un compromiso social importante, quiere decir que eso lo traigo desde chica.
—¿Considerás que actualmente hay un revival de los 80, y este disco se enmarca en ese momento de revalorizar aquella estética y esas canciones?
—Mirá, seguramente este fue el momento indicado de lanzar este disco, porque si fue disco de oro a los 20 días sin ningún tipo de trabajo de promoción y se agotan las entradas de los recitales, algo hay. Es una sorpresa muy grande, pero seguramente la gente quería escuchar esta música, este rock.
—¿La explicación de este éxito tuyo se asocia a la veta sensible de "Soñando por cantar"?
—Sí, yo creo que sí, porque no es estar en la tele, es estar en este programa, que marca muchas cosas del pueblo argentino. Estamos más cerca del pueblo argentino, y lo digo en nombre de los jurados, porque cuando un pueblo canta hay que sacarse el sombrero, y nuestro juicio sobre esos cantantes que se presentan es de colegas, nosotros no subestimamos a nadie. Y si bien soy una cantante popular hace mucho tiempo, la gente ahora se baja de los autos, y me abraza, y me quiere, más allá de que no escuchaban mi música, o no la escuchan, toman la palabra mía con mucho cariño, me abrieron los brazos, y eso explica también mi convocatoria.
—¿Cómo se diferencia la parte sensible de verdad a la sensiblería, es creíble que se llore en todos los programas?
—Mirá, hay participantes que no les creés nada, piensan que llevando un caso así o asá les irá mejor. Una vez fue un papá que no veía a su hija hace como tres años, y la verdad es que me pareció un chanta total, yo no lloré nada, claro, si no ves a tu hija porque querés ser cantante hace tres años, laburá de otra cosa, macho, laburá de otra cosa y cantá en el baño, pero los chicos son los chicos. Uno es padre primero y después es otra cosa, ahí nosotros no nos conmovimos para nada, pero eso pasó una vez sola, después vos ves cada casos de ilusiones postergadas, de frustraciones con la vocación, de tantas cosas dejadas de lado que sí, eso te toca mucho, realmente. Estás conociendo al país, que uno dice que es federal, pero no lo es, porque en la práctica pasa todo por Buenos Aires.
—¿Al final termina siendo verdad que Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires?
—Claro que sí, pero aparte el escenario está diseñado para cualquier profesional y además te están viendo muchos millones de personas. La gente llega ahí con la ilusión de cantar, no hay lucha de egos, ya con cantar se te empieza a generar laburo. La otra vez, en Federación, pasaba un camioncito que decía «esta noche en el pub tal, los finalistas de Soñando por Cantar». Y con solo eso, ese pub se llenó, esos tres cantantes hicieron dos o tres funciones y los empezaron a contratar. Es una ilusión también llegar ahí, es un punto de partida.
—Punto de partida que no recibiste cuando arrancaste a cantar.
—No, yo me hice recontra desde abajo, no había este tipo de cosas, lo único que había era el programa de Roberto Galán, que si ganabas te regalaba el pajarito (risas).
El revival de los años 80
“Esto es un homenaje que le hago a La Torre, sin la banda, aunque a Rosario viajan Oscar Mediavilla y Gady Pampillon, los dos guitarristas originales de La Torre”, dijo Patricia Sosa. Y explicó así el fenómeno del rock de los 80: “Yo hice 4 ND/Ateneo y ahora hago 3 más, con entradas agotadas, y yo le pregunté al público quiénes habían visto a La Torre y levantó la mano sólo el 20 por ciento de la gente, muy pocas personas, el resto era todo público nuevo, muchos grandes y muuuuchos (sic) jóvenes. Ellos lo ven como una música nueva, moderna, diferente, ¿viste? Y yo les digo «chicos, esto es de los 80». Pensé que esto iba a ser como un impasse, que hacía el disco y seguía con lo mío, pero estas canciones dan para mucho más”.