Actriz, vedete, capocómica del teatro de revistas, animadora televisiva, “lengua karateca”, pero antes que nada performer de los medios y la escena, Moria Casán se sumergió en otra aventura para interpretar a Julio César de William Shakespeare en versión libre y ultrakitsch de José María Muscari que protagoniza en el popular Cine Teatro “El Plata”, del barrio de Mataderos, que integra el Complejo Teatral Buenos Aires.
La versión libre de la obra de Shakespeare, que recrea la conspiración en contra del dictador romano, su homicidio y sus secuelas, cuenta con la dirección es de José María Muscari y junto a Moria actúan Marita Ballesteros, Alejandra Radano, Malena Solda, Mario Alarcón, Mariano Torre, Mirta Wons, Vivian El Jaber, Fabiana García Lago y Payuca.
“Es otra cosa más en una vida siempre adrenalínica sin reglas ni academia”, es la primera definición que da Moria desde su casa de Parque Leloir sobre la estridente puesta de Muscari, cargada de erotismo, donde las mujeres toman los papeles masculinos y los hombres los de ellas.
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Moria Casán y José María Muscari.
“La primera vez que pisé un escenario estaba desnuda, debuté en el Teatro Nacional con traje de Chaplin en un número de strip tease, eso es como que te tiren a una plaza de toros, no tenía idea qué podía pasar, eso reafirmó mi personalidad hermafrodita sobre el escenario; por tanto, para mí, este Julio César no es desafiante sino orgánico, lo tomo como algo cósmico y me siento en sincro energética con Shakespeare, con Julio César y con toda la carga popular y barrial que tiene Mataderos”, aseguró la figura que viene reinventándose desde hace décadas y que nunca sale del foco de la escena.
“Hace 50 años entré en este medio por el culo, las tetas y la cara pero atravesé todo con talento y nunca dejé de estar”, aseguró reafirmando una máxima que se comprueba todos los días.
Hasta finales de marzo pasado, la artista condujo “Moria es Moria”, por El Nueve, un ciclo de entretenimiento en el que entrevistó a figuras como L-Gante, Roberto Piazza, Flavio Mendoza, Floppy Tesouro, Aníbal Pachano y Antonio Ríos, entre otros. Sin embargo Moria privilegió la apuesta al teatro que le hizo Muscari para encarnar al personaje histórico.
Teatro: Moria Casán Estrenó "JULIO CÉSAR" Dirigida por Muscari "El Plata" MATADEROS 30/4/2022
Da la impresión de que el escenario es el patio de tu casa, que te movés ahí con absoluta soltura en cualquier tipo de propuesta como este “Julio César” que te ofreció Muscari...
La cuestión de la escena es la diversidad, es un abanico, es ser yo misma pero mutándome constantemente, la esencia permanece pero me muto y no es que me aburra de esto o de lo otro, es simplemente que necesito reinventarme, retroalimentarme, sino te convertís en una sedentaria del espectáculo. Además, aunque algunos no lo vean, siempre amé la vanguardia: yo hice Copi (“Una visita inoportuna”) con Jean Francois Casanovas en el Konex; “Las tres viejas” de (Alejandro) Jodoroswky en El Picadero, cientos de revistas, “La banana mecánica” cuando estaba prohibida “La naranja mecánica” donde me violaban en escena en plena dictadura, la gente del Di Tella me veía y flasheaba. Ahora me monto en la piel de Julio César y te hago un monólogo que tiene que ver con el amor, la lealtad, el sexo, por algo me eligen, nunca tengo proyectos, nunca anhelé tipo “quiero hacer esto...” , yo necesito que me propongan, por eso voy variando, no me tengo que aburrir así soy también en las relaciones, no existe en mi vida el sedentarismo, hasta tengo sueño lúcido , tengo una cabeza muy fuerte y eso me permite fluir muy cómodamente, es como que en el escenario me manejo yo misma desde arriba como si fuera al mismo tiempo el títere y el titiritero de mí misma.
¿Cómo funciona en vos la capacidad de atravesar tantas situaciones, algunas complicadas, e ir siempre para adelante?
Con la resiliencia. Tuve un abuso, maridos adictos, he tenido golpes, estuve en la cárcel, pasé todo... resiliencia, nada me volteó y no porque sea una wonder woman sino porque sé manejar mi energía, eso se llama resiliencia, Nunca me victimecé, nunca me pregunté “por qué a mí”, yo aprendí a construirme, soy la arquitecta de mi psiquis. Atravesé cosas durísimas y maravillosas, traté de manejarlo con lo centrífugo de la cabeza que me llevó muchas horas de pensamiento. Durante años, años y años yo lloraba cuando me iba a dormir de tantas cosas que me pasaban y pensé tanto hasta que no pensé más, ahora no la dramatizo, la desdramatizo.
“Hace 50 años entré en este medio por el culo, las tetas y la cara, pero atravesé todo con talento” “Hace 50 años entré en este medio por el culo, las tetas y la cara, pero atravesé todo con talento”
Con todas estas cosas que aprendiste a manejar para construirte, ¿cómo manejaste la cuestión de la popularidad y el poder?
Si no lo sabés manejar, el poder debilita y corrompe, como le pasa a todo el mundo, y ahí termina en muertes, traiciones y deslealtades. Es muy común ver a muchos en una carrera en la que están buscando algo más que no saben qué es y se meten en una montaña rusa, son como angurrientos del poder y todo eso termina en algo trágico porque a nadie le resulta nada. El poder te coopta, es como una secta, yo lo vi, lo vi de cerca. En esta obra hablamos de poder y es un realismo ficcionalizado y absurdo porque no hay nada que supere la realidad. ¿Cómo hacés en una ficción para superar esta pandemia donde te mata la saliva ajena? ¿cómo superás un Putin que está anunciando una tercera guerra mundial? Estados Unidos, la ONU, China, Rusia, todo este quilombo con la pandemia, Omicron, las vacunas, los bozales en la jeta y la gente que está todo el tiempo mirando las pantallas. ¿Cómo superás esa realidad con la ficción? El arte es llevar eso a un escenario y mezclar todo. Estamos en el “apocalipsis nice”.
Julio César tenía poder, ¿la actuación también lo tiene?
Inconscientemente sé que tengo poder porque provoco una hipnosis en el espectador, hay una manera mía que llega a la gente, hay una empatía psicológica-anímica pero trasciendo eso; tengo una espiritualidad muy fuerte, no me la creo, yo sé quién soy, cuáles son mis sentimientos, qué quiero, qué no quiero, fluyo y que nada me influya, pude atravesar todo porque nunca me instalé.