Las fuerzas de seguridad de Egipto, con orden de la Fiscalía de la nación, arrestaron ayer al guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie y de su segundo, Khairat el-Shater, ambos acusados de incitar al asesinato de manifestantes.
Las fuerzas de seguridad de Egipto, con orden de la Fiscalía de la nación, arrestaron ayer al guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie y de su segundo, Khairat el-Shater, ambos acusados de incitar al asesinato de manifestantes.
El hecho se produce en medio de severas medidas contra este movimiento islamista ejecutadas luego de que las Fuerzas Armadas derrocaran al primer presidente elegido democráticamente en el país.
Una coalición islamista liderada por los Hermanos llamó a los egipcios en todo el país a protestar hoy tras las oraciones semanales, lo que permitirá ver el respaldo que aun pueda tener Mursi y la manera en que los mandos militares manejarán esa situación.
Tal vez consciente de los riesgos de una sociedad polarizada, el nuevo líder interino, Mansour Adli, usó su juramentación para expresar un signo de paz a los Hermanos Musulmanes. "Los Hermanos Musulmanes son parte de este pueblo y están invitados a participar en la construcción de la nación ya que nadie estará excluido y, si responden a la invitación, serán bienvenidos", expresó Mansour. Pero un alto funcionario de los Hermanos dijo que no trabajaría con "las autoridades usurpadoras". Otro de sus políticos señaló que lo ocurrido podría llevar a otros grupos a una resistencia violenta.
Naciones Unidas, Estados Unidos y otras potencias mundiales no calificaron la destitución de Mursi como un golpe de Estado militar, ya que hacerlo podría desencadenar sanciones. En el caso de EEUU, por ejemplo, debería suspender el envío de los 1300 millones de dólares anuales que otorga a Egipto como ayuda financiera. El interés estadounidense en Egipto, en parte, reside en la importancia de este país para la seguridad de Israel.
La intervención de las fuerzas armadas fue respaldada por millones de egipcios, incluyendo a líderes liberales y figuras religiosas que esperan nuevas elecciones. Los militares egipcios han estado en el centro del poder desde el derrocamiento del Rey Farouk en 1952.
Islamismo político. La caída del primer líder electo luego de las revoluciones de la Primavera Arabe plantea interrogantes sobre el futuro del Islam en la política.
Mursi se encuentra bajo custodia militar, según fuentes del Ejército y de los Hermanos Musulmanes. El máximo líder del movimiento islamista, Mohamed Badie, fue arrestado en la norteña ciudad de Marsa Matrouh, cerca de la frontera con Libia, pese a que fuentes de seguridad dijeron que no creen que hubiera intentado dejar el país.
Tanto él como el segundo al mando del movimiento, Khairat el-Shater han sido acusados de incitar a la violencia a manifestantes que se encontraban en las afueras de unas instalaciones de los Hermanos Musulmanes en El Cairo que fueron atacadas el sábado por la noche.
Essam El-Erian, un miembro de alto rango de los Hermanos Musulmanes, dijo a través de Facebook que las "oleadas de simpatía" hacia la agrupación aumentarán gradualmente con el tiempo y que los líderes islamistas del país fueron derrocados antes de que tuvieran la oportunidad de tener éxito.
"El final del golpe de Estado llegará más rápido de lo que imaginan", agregó.
"Se trata de Egipto." En las afueras de la corte constitucional donde juró Mansour, el ingeniero de 25 años Maysar El-Tawtansy sintetizó el sentir entre quienes habían votado por Mursi en 2012 y se oponían a la intervención militar.
"Hicimos filas durante horas el día de la elección, y ahora nuestros votos son nulos", expresó. "No se trata de los Hermanos Musulmanes, se trata de Egipto. Hemos retrocedido 30, 60 años".
Egipto tiene ahora un gobierno interino tecnócrata y estableció un panel para la reconciliación nacional. Se revisará la Constitución y se organizarán elecciones presidenciales y parlamentarias, sin establecerse un cronograma fijo.