Miles de palabras se emplearon en todos los periódicos respecto de los trágicos accidentes que conmovieron al país, en especial a los vecinos de Rosario, donde ocurrieron los hechos. A esos escritos que debemos considerarlos necesarios, sin extraerle ni una coma, en los cuales la mayoría de esas publicaciones tratan sobre la culpabilidad de unos y de otros para someterlos al castigo que les corresponde. Poco y nada se plantea y se informa sobre cómo prever esos accidentes para que no se repitan jamás. Referente a la tragedia originada por el regulador de gas, la primera intuición que pasa por la mente es la de efectuar la colocación en cada inmueble de una válvula de bloqueo de alta y baja presión, y adosada a esa válvula una llave reforzada esférica manual, ambas proyectadas y fabricadas en un solo bloque. La llave original de cierre y paso de gas ya instalada en su gabinete del edificio pasaría a ser una segunda llave. La fabricación especial de ese accesorio en cantidad determinaría un precio razonable de vital elemento. Teniendo en cuenta que el caño principal de suministro se encuentra a una importante profundidad, esta llave prolongada se utilizará en caso de emergencia, al quedar descartado el uso de la primera, por el riesgo que podría originar. Tal herramienta quedaría a cargo de los que habitan el inmueble y colocada en la entrada del edificio, resguardada, como por ejemplo, los martillos rompevidrios ubicados dentro de los colectivos para casos de emergencias. Los costos de las tareas y materiales se establecerían en acuerdos entre empresa, usuarios y gobierno. La nueva adaptación puede realizarse dejando las anteriores válvulas de bloqueo, que fueron colocadas, presuntamente, hace varios años, lamentablemente ubicadas a centenares de metros de distancia entre una y otra. Todas las tareas que correspondan deben ser realizadas por la empresa proveedora de gas. Analizando profundamente la necesidad de esta precaución, es necesario tener siempre presente un viejo proverbio: "Mejor perder un minuto en la vida, y no la vida en un minuto". Así como en los casos de inconvenientes en instalaciones eléctricas es primordial el corte de energía desde la caja del contador exterior o como en problema de cañería de agua con pérdida es esencial para su reparación el cierre de la llave de paso externa. Los percances originados en instalaciones de gas no deben ser ajenas a estas medidas. La tragedia de la llamada rueda gigante es otro caso que en similitud al de la calle Salta se dilatan cuestionamientos de culpabilidad, ya sea a la inspección, al concesionario o al chico que manejaba la botonera de funcionamiento. A la par de llevar a cabo estas pericias, es primordial centrarse en lo relacionado en su construcción, en especial a los que proyectaron un diseño mecánico insuficiente, con falencia de cálculos, a primera vista recurriendo a fotografías publicadas, único testimonio que tenemos para opinar. Es de notar que los brazos de la llamada "taza", en sus extremos, la sujeción móvil consistiría en un perno por brazo alojado en su correspondiente buje o rodamientos, considerando lógico que la medida a tomar, sería modificar todas llamadas "tazas", y no solamente la averiada, reemplazando ese sistema, con un eje o barra de extremo a extremo en acero SAE 1020 trefilado de 25 milímetros de diámetro, teniendo presente que en todo funcionamiento mecánico, el factor durabilidad efectiva o el factor deficiencia, depende de sus proyectos funcionales. Por el momento, mis respetos, a los familiares de las víctimas, con el deseo en cuanto a lo material, bienes, problemas edilicios y humanos le sean debidamente compensados.