Mientras las fachadas de los edificios de la ciudad no dejan de sufrir los efectos de pintadas y graffitis que los deterioran en extremo, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) busca denodadamente rescatar a sus sedes, casonas y palacios del más alto valor patrimonial, según una escala oficial. Sin embargo, esa lucha resulta en algunos casos infructuosa, porque una vez reacondicionados los vuelven a dañar.
Sólo como ejemplo, se gastan 40 mil pesos cada vez que hay que borrar las inscripciones que manifestantes realizan en la sede de Gobierno (Maipú al 1000, restaurada con un aporte de 3,5 millones) cuando se producen protestas. Y, paradójicamente, se trata de estudiantes que suelen reclamar por mejoras edilicias. Un informe de la casa de estudios detalló que sólo en algunas facultades ya se invirtieron 30 millones de pesos para refaccionarlas.
La Universidad proyectó las obras que la nueva gestión, a cargo de Héctor Floriani, pretende llevar a cabo en las distintas sedes de sus facultades.
“En este cuatrienio en el que estaré a cargo, quiero dar una señal en torno a la infraestructura y marcar una impronta de valorización del patrimonio ya construido, concentrarnos en eso, luego de haber crecido”, dijo el rector al marcar la necesidad de “recuperar y darle valor a los inmuebles más antiguos”.
Entre las iniciativas, el plan más ambicioso para los próximos meses en poner en valor y promover la conservación y el cuidado del Rectorado (Córdoba 1814). La idea es realizar allí acciones que respeten su originalidad, a partir de la “recuperación genuina de las características tipológicas, tecnológicas y fundamentalmente, de significado de cada elemento compositivo en el conjunto”, según se indicó oficialmente.
Pero, no sólo el paso del tiempo es motivo de destrucciones. Las autoridades universitarias se mostraron preocupadas por la acción de manifestantes que hacen eje en las sedes institucionales de alto valor (ver infografía). Por eso, antes de volver a invertir millones de pesos en restauración, la Facultad de Derecho fue parcialmente vallada. En el centenario edificio se decidió colocar un cerco perimetral (sobre Córdoba), aunque desde la Secretaría de Planeamiento del municipio cuestionaron la iniciativa. “Si la solución al vandalismo es enrejar los edificios podríamos cercar el Monumento a la Bandera”, criticó la titular del Programa de Preservación, María Laura Fernández. Sin embargo, los trabajos avanzaron y los argumentos de la UNR también: semanas después de que la Municipalidad cuestionara el enrejado, todo el muro que da sobre calle Moreno (frente a la plaza San Martín), y en la cual no se colocó el vallado, fue deteriorado por pintadas.
Así, “lo que generó polémica en realidad hubiese preservado este inmueble del accionar de vándalos que no reparan en la belleza histórica y arquitectónica del edificio de Córdoba y Moreno”, detallaron en la Universidad.
Inversiones. Los datos brindados por la UNR pusieron de manifiesto que ya se invirtieron 23,5 millones en Derecho para poner en valor edificio que quedó prácticamente destruido luego del dramático incendio ocurrido en 2003. Esos trabajos se inauguraron hace unos dos años.
Otro sitio emblemático por los daños ocasionados de manera frecuente es la sede de Gobierno (Maipú al 1000). Allí se gastan 40.000 pesos aproximadamente para recuperarlo cada vez que le colocan graffitis. En las ultimas dos semanas, el inmueble fue pintado en dos oportunidades con lo que se emplearon unos 100 mil pesos, según expresaron en la UNR. Como si eso fuera poco, para ese mismo espacio ya se habían desembolsado 3.500.000 destinados a su remodelación.
Humanidades. Pero lo más llamativo de las últimas pintadas recibidas es que se hicieron en protesta por la caída de un blindex del sexto piso del nuevo edificio de la Facultad de Humanidades y Artes que causó importantes heridas en el cuello, cuero cabelludo y cara a una joven de 27 años, que debió ser operada en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). La torre fue inaugurada hace tres meses y se habilitaron cinco pisos, aunque en el sexto continuaban los trabajos. Estas tareas se suspendieron y el rector Floriani, confirmó que no tenía final de obra.
La situación generó tomas y reclamos destinados a exigir “condiciones para aprender y enseñar”. Entre las manifestaciones, los estudiantes y algunos docentes expusieron graffitis en Gobierno, situación que, aunque sirvió para visibilizar la gravedad del tema, fue también considerada un contrasentido. En los claustros advirtieron que para cuestionar “condiciones edilicias deterioraron un edificio”.
“Estamos ante una situación paradojal y contradictoria. En medio de protestas vinculadas al cuidado de edificios se maltrata y ataca otro inmueble”, descerrajó Floriani al subrayas actitudes “retardatarias de quienes se dicen supuestamente progresistas; todo un contrasentido”. El rector, a las vez arquitecto, recordó que planteó la intención de mantener y recuperar las viejos palacios universitarios en el último encuentro del Consejo Superior y recibió el aval mayoritario. “Me sentí muy comprendido por la mayoría de la comunidad universitaria, unas 30 personas sobre un par de consejeros de izquierda que se quejaron”.
Así las cosas, en la UNR reiteraron que las inversiones más significativas realizadas en restauración de fachadas a valores actualizados se dieron hasta hoy en Derecho, Ciencias Médicas (3 millones de pesos) y la propia sede de Gobierno.
En los próximos meses se espera iniciar los trabajos en Rectorado que contempla un presupuesto de 5 millones de pesos.