Un médico que realizó decenas de cirugías de esterilización tras las que murieron 13 mujeres en una ciudad del centro de India fue arrestado. R.K. Gupta, que se había escondido desde que concretó las operaciones el sábado pasado, fue arrestado el miércoles por la noche en la casa de un pariente cerca de la ciudad de Bilaspur, indicó ayer S.K. Mandal, máximo responsable sanitario del estado central de Chhattisgarh.
Gupta negó ser responsable de las muertes y culpó a la medicación que recibieron las mujeres tras la cirugía.
Un total de 83 mujeres fueron operadas dentro de una campaña gubernamental de esterilizaciones gratuitas, y fueron enviadas a sus hogares el mismo día. Pero docenas cayeron enfermas y fueron trasladadas en ambulancia a hospitales privados de Bilaspur.
Mandal dijo que al menos 13 mujeres murieron y docenas están hospitalizadas, de las que al menos 16 están en peligro de muerte.
Gupta realizó más de 80 cirugías de esterilización en seis horas, una clara infracción del protocolo del gobierno, que prohíbe a los cirujanos realizar más de 30 operaciones en un día, dijo Mandal. Además, los investigadores trataban de determinar si las mujeres, todas ellas pobres de zonas rurales, habían recibido fármacos contaminados.
"Llevo mucho tiempo realizando cirugías y nunca hubo ningún problema", dijo Gupta en Bilaspur en el momento de su arresto.
El médico dijo que todas las pacientes empezaron a vomitar y a quejarse de mareos y debilidad después de tomar la medicación tras las intervenciones.
Los expertos dicen que las muertes fueron el resultado de una completa ausencia de supervisión médica y del hecho de que el gobierno en India fije objetivos de esterilización, dentro de sus esfuerzos por estabilizar la creciente población del país. También se dijo que el instrumental empleado estaba oxidado.
En la década de 1970, la primera ministra Indira Gandhi impuso una política para esterilizar de forma forzosa a los hombres que ya tuvieran dos hijos. Los críticos en su momento dijeron que el programa se centraba en hombres pobres y solteros y que los médicos recibían primas por operar a pacientes de bajos ingresos.
El gobierno indio dijo haber dejado de fijar objetivos de esterilización de mujeres en la década de 1990. Pero médicos y trabajadores humanitarios llevan años diciendo que las cuotas siguen existiendo, lo que lleva a una inevitable coacción en pueblos donde la mayoría de la gente tiene un acceso muy limitado a la educación y la atención sanitaria.
Mandal había dicho antes que era probable que Gupta se hubiera visto presionado para alcanzar el objetivo de su distrito de unas 15.000 esterilizaciones.
En enero, Gupta había sido premiado por el gobierno del estado por realizar 50.000 ligaduras de trompas laparoscópicas.
Método popular. La esterilización sigue siendo el método de control de natalidad más popular del país, y muchas mujeres optan por esa opción porque una operación puntual puede ayudarlas a tomar el control de su salud reproductiva.
Pero los inventivos y cuotas del gobierno hacen que los médicos presionen a las pacientes para operarse, en lugar de recomendar otras opciones anticonceptivas.
En la mayoría de los estados del país, a las mujeres se les prometen 1.400 rupias (23 dólares) cuando optan por cirugías de esterilización laparoscópicas, como las realizadas en Bilaspur. El procedimiento es una de las cirugías poco invasivas más comunes, y suele hacerse con anestesia local.
Los familiares de algunas de las mujeres que murieron tras la operación dijeron que se las acosó para que aceptaran. La mayoría tenía bebés muy pequeños, algunos aún lactantes.
"Espero que nunca pueda dormir en paz", dijo Sadhu, el marido de una mujer que murió tras la intervención. "A él debería ocurrirle lo mismo. Entonces sabrá lo que es perder a alguien de la familia", afirmó Sadhu, que sólo emplea un nombre.
India tiene uno de los niveles más altos del mundo de esterilización femenina, con aproximadamente el 37 por ciento de las mujeres pasando por estas operaciones, frente al 29 por ciento de China, según Naciones Unidas. Unos 4,6 millones de mujeres indias fueron esterilizadas en 2011 y 2012, según el gobierno.
En comparación, menos del 1 por ciento de los hombres decidió hacerse una vasectomía, a pesar de que el incentivo económico es mayor, unas 2.000 rupias (33 dólares). Los tabúes culturales disuaden a los hombres de someterse a la cirugía.