Una mujer que decidió no abortar, después de descubrir que estaba embarazada y que el padre de su hijo la abandonaba, recibió una llamada del Papa Francisco.
Una mujer que decidió no abortar, después de descubrir que estaba embarazada y que el padre de su hijo la abandonaba, recibió una llamada del Papa Francisco.
“Esta llamada de pocos minutos cambió mi vida. El Papa me llamó y me dijo que había tenido mucho valor y había sido muy fuerte por haber decidido tener a mi hijo incluso después de haber sido abandonada por su padre. Y prometió que lo bautizará personalmente”, dijo la romana Anna Romano, de 35 años.
Dos noticias la sacudieron: primero, que estaba embarazada, y después que su novio ya estaba casado y tenía un hijo.
El hombre decidió abandonarla pero antes le aconsejó que abortara porque él no se iba a hacer cargo del bebé. “En ese momento me sentí la persona más infeliz del mundo”, contó.
La mujer decidió escribir una carta al Papa Francisco y seguir con su embarazo. Dejó Roma para ir a Gallipoli de vacaciones a la casa de sus padres olvidándose por completo de aquella carta en cuya dirección solo había escrito “Su Santidad Francisco, Ciudad el Vaticano”.
Pero por sorpresa, el martes pasado, alrededor de las 16, su teléfono sonó: “Vi que me llamaban de un número fijo de Roma que no conocía. Respondí y me quedé sin palabras”, confesó Anna. “Al principio pensaba que se trataba de una broma, pero luego él empezó a comentarme el contenido de la carta y comencé a creérmelo”, explicó.
Fue una llamada breve pero intensa. “Me dijo que había leído mi carta, que nosotros los cristianos no tenemos que dejar perder la esperanza. Cuando le dije que quería bautizar a mi hijo pero que tenía miedo de que no fuera posible por ser madre soltera y divorciada, el Santo Padre me dijo que él se ofrecía a imponer el Sacramento a mi pequeño”, indicó.
“No sé si el Papa encontrará tiempo para bautizar a mi hijo, que nacerá en abril. Será un niño y se llamará Francisco. Me ha hecho muy feliz su llamada, me ha dado mucha fuerza”, dijo la mujer.