Pensar en volver al hogar el mismo día luego de una operación de vesícula, de una intervención ginecológica o traumatológica era impensado décadas atrás. Después del diagnóstico había que poner fecha para la cirugía y “programarse” para pasar varios días en el sanatorio. Y aunque hay prácticas que aún no lo permiten, hoy se amplió considerablemente el abanico de disciplinas médicas que pueden recurrir a lo mini-invasivo y a las internaciones cortas para resolver un determinado problema de salud.
Menos es más parece ser el emblema de esta modalidad que ya lleva 20 años en Rosario pero que se afianza de la mano de mejores recursos tecnológicos, pero sobre todo, de un cambio en la manera de pensar que alcanza tanto a profesionales como a pacientes.
Así lo entiende Gustavo Marcucci, jefe del servicio de cirugía del aparato digestivo del Sanatorio de la Mujer, quien aseguró que “lo que más cambió en las últimas dos décadas —mucho más que el instrumental—es la mentalidad del cirujano”.
La confianza y la experiencia ganada por los profesionales en el manejo de la nueva aparatología —sustentada por el conocimiento, la preparación y la educación continua — dieron luz a una nueva generación de especialistas que comprenden, y ponen en práctica, que muchas veces es mejor para el paciente ( y también para el sistema de salud) la estadía breve en el ámbito hospitalario y la recuperación en el propio hogar.
Menos es más, sin dudas, pero para que esto sea efectivo hay que conocer muy bien de qué se trata. “Las externaciones más rápidas que muchas veces se logran gracias a cirugías más cortas en tiempo, y menos invasivas, son todo un campo de la medicina. Tiene que existir un diagnóstico muy claro y preciso, una evaluación profunda del paciente y un equipo médico capacitado para lograr esos objetivos”, remarcó el cirujano, convencido de que todo esto es posible gracias al avance de la anestesiología (que hizo un cambio radical en cuanto al mejoramiento de las drogas que se utilizan y las técnicas), el apoyo de todo el equipo (instrumentistas, enfermeros) e institucional. “Si no contás con los medios adecuados para ponerlo en práctica, si no hay quirófanos apropiados, esto no se puede realizar. No todo lo que es más rápido es mejor, ni tampoco ambulatorio es sinónimo de más fácil. Sirve, y mucho, siempre y cuando estén dadas las condiciones del paciente y por supuesto la idoneidad de los profesionales que tienen que llevar estas intervenciones a cabo”.
Marcucci hace un repaso por los últimos años de la cirugía mini-invasiva y recuerda que el propio sistema de salud requirió que esto se haga efectivo. “Recuerdo cuando hice mis prácticas en España y se estaba profundizando esta tendencia dando que los hospitales necesitaban aumentar la producción. Había listas de espera muy largas para patología hemorroidal, para hernias, para vesícula, y había que encontrar el modo de abreviar los tiempos en quirófano y en la internación”. Ese impacto del que habla el médico también se sintió en la Argentina, que comenzó a implementar estos avances casi al mismo tiempo que en Europa.
Pero Marcucci insiste en que nada de esto podría haber sido exitoso si los médicos no cambiaban su modo de ver algunas cosas. “Tuvimos que aprender, y de algún modo aceptar, que el paciente podía y debía comer enseguida, que podía y debía levantarse. Antes no lo dejábamos ponerse en pie en 24 horas, y hoy sabemos que la recuperación es más ágil si la persona se mueve. Actualmente un paciente operado de hernia puede regresar de la cirugía y al rato ir al baño. Tuvimos que entender eso. Pero reitero: lo mini-invasivo, lo abreviado, es positivo en todos los aspectos siempre y cuando el diagnóstico esté bien hecho y las indicaciones sean precisas”.
El profesional valoró también la recuperación en el hogar. “Ahora los pacientes ya te preguntan a qué hora pueden irse a casa. Ellos también perdieron el miedo. Y emocionalmente, el hecho de volver a su dormitorio, a su baño, al contacto sus cosas tiene un efecto positivo. Es más, hoy se busca que las operaciones se hagan en instituciones que les queden cerca. Años atrás las personas se trasladaban donde fuese necesario pero hoy veo que hay una necesidad, casi una exigencia de los pacientes de que la cirugía sea en un lugar que les quede cómodo”, remarcó Marcucci, que a modo de ejemplo mencionó que a poco de abrir el Sanatorio de la Mujer en Fisherton se han multiplicado los pedidos de intervenciones quirúrgicas allí, con gente de la zona.
El médico agregó que la comunicación entre el profesional y el paciente debe ser más fluida que nunca. “Hay que conocer bien a esa persona porque no podemos, por ejemplo, darle el alta rápida a alguien que tal vez vive solo y no tiene a nadie que pueda ayudarlo los primeros días. O personas que por distintos motivos no están en condiciones anímicas de abandonar el sanatorio. Cada caso es un mundo distinto”.
Para Eduardo Ontivero, director médico de la institución, “la adaptación de los servicios clínicos a las demandas no debe hacernos perder el objetivo fundamental de la sanidad que es la protección de la salud y la satisfacción de los pacientes. Por eso, vale decir que como principio básico una internación debe resultar ser lo más breve posible sin que por ello deje de ser suficiente”.
Entre los mayores beneficios que la internación abreviada ofrece, el médico señaló que “es muy favorable tanto para los pacientes como para el sistema de salud y el circuito productivo. Permite una reinserción prematura a la actividad laboral de la persona, disminuye la exposición a infecciones intrahospitalarias, hace menos complejos los movimientos familiares (cuando por ejemplo deben ocuparse de acompañar al paciente en el sanatorio) y además, está comprobado que en el contexto del domicilio se acelera notoriamente la recuperación respecto de la que sucede en el marco de una internación”.
¿El cirujano debe contar con una formación especial? “Las cirugías ambulatorias hoy han alcanzado una normalización y experiencia enormes. Sin dudas el cirujano debe capacitarse para desarrollar este tipo de intervenciones, y eso se ha logrado a tal punto que ya se practican cirugías mayores en forma ambulatoria, algo impensado hace algunos pocos años atrás”.
Ontivero remarcó que para que este modelo sea exitoso “no sólo debe contar con la capacitación profesional sino que también debe existir una selección adecuada de los pacientes que potencialmente se pueden incluir en esta modalidad y a su vez se debe contar con la adecuación edilicia y tecnológica. Para ello, existen múltiples protocolos con normas para la identificación de pacientes y patologías que permiten ofrecer un correcto control de la estadía en la internación ambulatoria y asegurar un alta domiciliaria con la seguridad pretendida”.