El Papa Francisco recibió ayer en el Vaticano a la canciller alemana Angela Merkel en una audiencia privada durante la cual hablaron de la pobreza y la migración en Europa y se comprometieron a encontrar una "solución pacífica" del conflicto de Ucrania.
El encuentro, que duró 40 minutos, fue particularmente largo y se centró en temas de carácter internacional como "la lucha contra la pobreza y el hambre, la explotación de los seres humanos", indicó el Vaticano en una nota.
Durante el encuentro, celebrado en el estudio privado del Papa, en el tercer piso del palacio apostólico, los dos líderes hablaron "en particular" de la situación en Europa y subrayaron el propio compromiso "para lograr una solución pacífica del conflicto en Ucrania", se indicó.
La líder alemana, hija de un pastor protestante, celebra una serie de reuniones en Europa para preparar la agenda de la cumbre en junio próximo del G-7 con los dirigentes de las siete mayores economías del mundo: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón, con los que desea abordar temas como pobreza y migración.
Merkel, que se reunió por segunda vez en audiencia privada con el Papa argentino, había adelantado durante su tradicional mensaje semanal por internet, que creer en Dios le da "apoyo, orientación y confianza".
Durante el tradicional intercambio de regalos, la canciller alemana entregó un sobre con una donación económica destinada a los hijos de refugiados, dijo.
También le obsequió al Papa una colección de discos del compositor alemán y protestante Johann Sebastian Bach (1685-1750), a lo cual el pontífice respondió con un "danke" (gracias en alemán). Por su parte el Papa le regaló las medallas del pontificado y su primera encíclica "Evangelii Gaudium" (2013), traducida al alemán, lo que sorprendió a la mandataria.
Merkel presentó luego a los miembros de la delegación que la acompañan, formada por unas 16 personas y encabezada por la embajadora alemana ante la Santa Sede, Annette Schavan.
Después de su encuentro con el pontífice argentino, Merkel se entrevistó con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin.
La jornada de la canciller alemana concluyó con una visita a la sede del movimiento católico de la Comunidad de San Egidio, en el barrio romano de Trastevere, donde fue recibida por el fundador Andrea Riccardi. Este fue un encuentro significativo ya que se trata de un movimiento conocido como la "ONU de Trastevere" por su mediación en numerosos conflictos en Africa y Centroamérica.
Merkel permaneció una hora en la histórico convento localizado en corazón de la ciudad antigua. La canciller instó a los miembros de la comunidad a seguir trabajando por la paz en el mundo, "viviendo más que hablando de paz" y sobre todo "creando puentes" tras reiterar de nuevo su compromiso a favor de una "solución diplomática" del conflicto en Ucrania.
La mandataria alemana escuchó también el testimonio de varios inmigrantes provenientes de Africa y que arriesgaron la vida al atravesar el Mediterráneo en busca de un futuro en el viejo continente. "Terrible, insoportable", comentó Merkel.
Nueva condena a la mafia
En un nuevo mensaje condenatorio a la mafia, el Papa afirmó ayer que los cristianos “no pueden consumar gestos de violencia contra otras personas” al recibir en el Vaticano a peregrinos de Calabria, región del sur de Italia marcada por el crimen organizado dominado por la N’drangheta. “Quien ama a Jesús no puede en ningún modo entregarse a la obra del mal. No pueden considerarse cristianos y violar la dignidad de las personas”, dijo el pontífice.