Sergio Berni no anduvo con vueltas. El secretario de Seguridad de la Nación explicó que las fuerzas federales volvieron esta semana a la región porque “Rosario es la ciudad más violenta del país”. Resaltó que la tasa de homicidios local está muy por encima de la media nacional, pero aclaró que no está vinculada a la narcocriminalidad sino a delitos comunes como arrebatos y entraderas. Advirtió que los efectivos bajo su mando “vienen a colaborar, a aportar, porque no hay soluciones mágicas”. Y estimó que la presencia de los gendarmes será por “tres o cuatro meses, hasta que la policía provincial logre egresar más agentes”.
El funcionario nacional hizo estas aseveraciones ayer por la tarde en el Destacamento Móvil Nº 2 de Gendarmería con asiento en Rosario, tras reunirse con el ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto. También participaron del cónclave los diputados nacionales del PJ, Omar Perotti y Marcos Cleri.
Allí, sin eufemismos, Berni declaró: “Rosario es la ciudad más violenta del país, por eso volvimos”. Luego agregó: “Rosario tiene la tasa de criminalidad más alta del país (casi 22 homicidios cada cien mil habitantes), muy por encima de la media nacional”.
Cuando La Capital le mencionó que para el gobierno provincial esa diferencia se debía a que en otros distritos no había estadísticas confiables, Berni respondió: “La única estadística que se toma para hacer análisis criminal es la tasa de homicidio, porque no se puede ocultar. La Argentina tiene hoy en su totalidad una tasa del 4.8 (por año, cada 100 mil habitantes) que es de las tasas más bajas de toda Sudamérica”.
Respecto a las razones por las cuáles la ciudad supera la media nacional en cuanto a tasa de homicidio, el secretario de Seguridad señaló: “Hay muchas causas, no se puede hacer una evaluación apresurada. Puede haber connivencia policial con el delito, ocurre en todo el mundo, no sólo en Santa Fe, por eso hay que ir depurándola”.
Según Berni, “el principal problema de Rosario no es el narcotráfico sino los delitos comunes. Estamos trabajando muy fuerte con el tema de entraderas, arrebatos que muchas veces la Justicia no aporta el compromiso necesario y termina dejando libre a los delincuentes”.
Más adelante estimó que hay en la provincia de Santa Fe “unos 2.500 agentes de las fuerzas federales. No es un desembarco sino una colaboración. En este operativo estamos trabajando en una relación uno a uno con la policía provincial”, destacó.
El funcionario kirchnerista le puso un plazo acotado al operativo conjunto que arrancó el lunes. “La idea es que dure hasta cuando egresen más policías de la provincia, que van a relevar a los agentes federales. Hemos acordado entre tres y cuatro meses, de acuerdo a cómo vayan egresando los nuevos policías de Santa Fe, aprovechando la experiencia de las fuerzas federales”.
De todas formas, en la gobernación creen que la presencia de Gendarmería y algunos agentes de Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal se extenderá hasta fin de año. “No se irán en medio de un proceso electoral”, conjeturaron.
Berni comentó que los operativos conjuntos comenzaron a efectuarse “en las zonas más conflictivas de acuerdo a la información que surge del mapa del delito”.
Berni esbozó un primer análisis del operativo que arrancó el lunes. “Se incautó gran cantidad de armas, vehículos y motos, y se realizaron operativos antidroga”, enumeró, pero pidió paciencia para tener indicadores más firmes como para hacer un balance.
Sobre el final, aseveró: “Venimos para aportar, no hay soluciones mágicas. Lo importante es la transferencia de experiencia desde las fuerzas federales que trabajan en los lugares más calientes del país. La experiencia y la actitud no se aprenden de un libro sino en la calle”.