El misterio de la desaparición del vuelo MH-370 de Malysia Airlines se vuelve más profundo con cada día que pasa. Funcionarios en Kuala Lumpur declararon ayer que expertos técnicos del FBI no han hallado nada que sugiera que Zaharie Ahmad Shah, el comandante de la nave que se supone cayó al mar con 239 personas a bordo el sábado 8 pasado, planeaba secuestrar el vuelo después de examinar de cerca su simulador de vuelo.
La policía que registró la casa del capitán de 53 años, en un barrio acomodado de Kuala Lumpur, requisó el complejo simulador de vuelo que tenía el piloto, analizándolo pieza por pieza y decodificando su disco duro en busca de pistas que llevaran a un presunto atentado. "No hemos hallado nada siniestro", aseguraron las autoridades.
El piloto había estado bajo sospecha después de que investigadores descubrieron que él había borrado, el 3 de febrero pasado, la memoria de las computadoras que integraban el programa de simulación de vuelos.
Pero un análisis de los programas usados por el piloto permitió la extracción con éxito los registros de vuelo y técnicas básicas del disco duro, lo que dio a los investigadores la certeza de que no había ningún plan terrorista o algún otro que llevara a un atentado.
El ministro de Defensa de Malasia, Hishammuddin Hussein, dijo a la prensa: "Por lo que yo sé, no hay nada siniestro en el simulador". Sin embargo, no dio más detalles y se limitó a decir que las pericias están siendo comprobadas por la policía de Malasia y que el inspector general, Khalid Abu Bakar, presentará pronto las conclusiones. .
Ahora las investigaciones se centran en la posibilidad de que el Boeing 777 malayo haya experimentado un evento catastrófico que obligó el capitán Zaharie y a su copiloto Fariq Abdul Hamid, de 27 años, de desviarse del curso trazado en su destino a Pekín para hallar un aeropuerto alternativo.
En ese contexto, algunos expertos especulan que un accidente, como un incendio o una repentina despresurización de la nave, incapacitó a los aviadores y el piloto automático puso rumbo al océano Indico, al sur de Australia, donde ahora se centra la búsqueda de indicios del siniestro.
Vagos indicios. Los barcos que buscan el avión malayo consiguieron recuperar ayer por primera vez objetos flotantes del océano Indico, pero no se pudo confirmar que estén relacionados con el aparato, informaron las autoridades australianas.
Dos barcos, el Haixun 01 de China y el HMAS Success de Australia reflotaron "un número de objetos" informó la Autoridad de Seguridad Marítima Australiana (Amsa). "Pero hasta el momento no se ha recuperado ninguno con una relación confirmada con el vuelo MH 370", añadió.
El material se estudiará, pero ello llevará tiempo, pues los barcos se encuentran a tres días de viaje del puerto más cercano en la costa occidental australiana. Se trata de la primera vez que alguna de las naves que operan en la nueva zona de búsqueda recuperan objetos flotantes.
Los aviones divisaron otros objetos desde el aire que aún no han podido sacarse del mar.
Los tripulantes de un Ilyushin IL-76 chino avistaron tres objetos flotando, de acuerdo con un despacho de la agencia de noticias Xinhua difundido un día después que aviones y barcos que peinan la nueva zona de búsqueda detectaran otros objetos.
Los tres objetos detectados tenían colores blanco, rojo y naranja, El exterior del Boeing 777 siniestrado era rojo, blanco, azul y gris.
El ministro Hishamuddin Hussein se reunió ayer a puertas cerradas con los familiares de las 239 personas que viajaban. El funcionario prometió que no cesará la búsqueda de los restos del avión ni tampoco de sobrevivientes. "Da igual que sea improbable, pero no abandonamos la esperanza, seguimos rezando y buscando sobrevivientes", dijo, según contaron los familiares.
Hasta ahora siguen sin conocerse los motivos por los que el avión se desvió de su trayecto de Kuala Lumpur a Pekín y siguió volando entre siete y ocho horas sobre el Indico tras desconectarse los sistemas de comunicación.
Sólo la caja negra, que almacena datos técnicos y graba las conversaciones en la cabina, puede arrojar conclusiones, pero según los investigadores, se encontraría en el fondo del mar y la búsqueda podría ser aún muy larga.
El primer ministro de Australia, Tony Abbott, rebajó las esperanzas de que se encuentren rápidamente los restos del aparato. "No deberíamos subestimar las dificultades de esta tarea", dijo Abbott en Perth. El área marítima en la que se está buscando es dura. Estamos intentando encontrar pequeñas partes en un océano inmenso", agregó.
Ocho aviones sobrevolaron ayer un área de 252.000 kilómetros cuadrados y avistaron material flotando en el mar por primera vez desde que la búsqueda se desplazara el viernes unos 1.100 kilómetros al norte del área inicial del Indico, a unos 1.700 kilómetros de Perth.
Este cambio en la zona de búsqueda se debió a la aparición de nuevos datos que parecen indicar que el avión volaba a una velocidad mayor de lo estimado inicialmente, por lo que podría haberse quedado sin combustible antes de lo que se creía en un principio.
Al registrar ahora una zona cercana a Perth, los aviones pueden buscar por más tiempo sobre aguas que son más calmas y no tan profundas como antes. Además, las condiciones meteorológicas también son más benignas.
A los tres barcos de rastreo se unirán otros cinco hoy y una novena nave arribará dentro de dos días. Uno de los navíos tiene a bordo tecnología de búsqueda de las cajas negras.
Los investigadores señalaron que todo indica a que el sistema de comunicaciones del Boeing fue apagado a bordo de forma intencionada. Pero tampoco descartan que pudo tratarse de un fallo técnico.
El gobierno malayo declinó hasta ahora cómo se repartirá el costo de la búsqueda entre la treintena de 30 países que participan en el rastreo del Boeing caído.
China, país del que procedían dos tercios de las personas que viajaban en el avión (154), es también la nación que más barcos ha destinado por el momento a la búsqueda, con una decena de navíos militares y de investigación científica.
Además, es uno de los países que ha redirigido sus satélites para ayudar en la búsqueda de restos, una medida que según los expertos consultados por South China Morning Post supone gastos económicos tan importantes como los derivados del envío de aviones y barcos a las zonas donde se cree que pudo estrellarse el avión de Malaysia Airlines.