La sequía impactó en la economía santafesina cuya caída también se hace sentir en la recaudación fiscal. Pero ya antes de que este efecto se refleje plenamente en los números oficiales, las cuentas públicas mostraban “un alto nivel de déficit fiscal”. Así lo señaló el economista Gonzalo Saglione, titular de P&G Consultores y ex ministro de Economía provincial, quien se mostró preocupado por la dimensión que podría tomar este desequilibrio una vez que se contabilice el golpe lleno de la crisis climática.
“La pérdida de producción que se dio este año por factores climáticos tiene un impacto que va mucho más allá del propio sector agropecuario”, dijo. Y señaló que la caída en la masa de dinero que circula en la economía santafesina “se siente con más fuerza en el segundo trimestre y aún quedan algunos meses duros por delante”.
En materia de cuentas fiscales, los últimos datos publicados por la provincia corresponden al primer trimestre del año. “El último dato aún no llega a mostrar el impacto de la sequía en la recaudación”, señaló Saglione, quien puntualizó que en los primeros tres meses del año el total de ingresos de origen provincial y nacional subió a la par de la inflación.
“Seguramente esa situación se empezó a agravar a partir de abril porque el gobierno de la provincia pidió días atrás a la Legislatura una autorización de endeudamiento de corto plazo por $ 20.000 millones”, dijo.
Y en ese marco, apuntó sus críticas a la actual administración provincial. El economista detalló que los números a marzo muestran un déficit equivalente al 9% del presupuesto. “Es casi el doble del 5% que recibió la actual administración y que el gobernador consideró muy alto y cuestionable durante el proceso de transición”, azuzó.
Para Saglione, ese desequilibrio que “es elevado en perspectiva histórica” se explica “más por la dinámica del gasto de funcionamiento que por la inversión pública ejecutada”, y muestra “una gestión de gobierno que prioriza mucho más el hoy, el gasto corriente, que la inversión en obras, que genera mejores condiciones a futuro”.
El economista aseguró que “los números objetivos exponen que en 2022, el año de mayor inversión del gobierno de Perotti, estuvo por debajo de 2016 que fue el de menor inversión del gobierno de Miguel Lifschitz”.
A principios de julio, el gobierno provincial llegó a un acuerdo con las empresas contratistas de obra pública para saldar parte de las deudas que mantenía con el sector. Estas acreencias sumaban a marzo de este año unos $ 12.400 millones y había provocado la paralización o dilación de muchas de ellas.
Para Saglione “tiene poco sentido este freno en la obra pública” si se tiene en cuenta que el gobierno de Santa Fe viene recibiendo desde 2022 los fondos provenientes del cobro de la deuda por coparticipación, tras el fallo de la Corte Suprema de la Nación. “El gobierno ya sumó $ 40 mil millones netos de la coparticipación a municipios y comunas, a lo que se sumarán otros 40 mil millones en agosto, cuando opere el vencimiento de nuevos bonos”, dijo.
La Nación cancela esa deuda con títulos públicos que van venciendo y cuando eso ocurre los fondos se depositan en una cuenta específica de la provincia. Estos recursos van para financiar obras. “No se explica por qué el gobierno dice no contar con los recursos para obras cuando no ejecutó aún los 40 mil millones de pesos en obras con esta fuente de financiamiento”, agregó.
“En un año y medio esta gestión tendrá $ 80 mil millones, como no tuvo ningún otro gobernador en la historia y las obras se están parando en Santa Fe”, puntualizó.
El panorama nacional
Finalmente, el titular de P&G Consultores señaló que Santa Fe no puede escapar a los problemas de la macroeconomía argentina, esencialmente porque su actividad económica se desenvuelve con los lineamientos definidos por lo que ocurre a nivel nacional.
Sin embargo, dijo que hay dos elementos centrales que son los que más impactan en la provincia como la brecha cambiaria y la inflación. En el primer caso porque “somos una de las provincias con un perfil exportador más marcado”, dijo. En el caso del incremento de precios, “distorsiona la toma de decisiones de todos e impacta mucho más fuerte en los sectores de menores ingresos”, concluyó.