Por efecto de la licuadora y la motosierra, la pobreza y la indigencia se dispararon a una velocidad inédita y llegaron a un nivel histórico en el primer semestre del año. A nivel nacional, más de la mitad de la población (52,9%) no pudo cubrir con sus ingresos una canasta básica de bienes y servicios. En el Gran Rosario, ese indicador saltó al 46,8%, desde el 36,6% de hace seis meses y el 33,5% de un año atrás. Los niveles de deterioro social informados por el Indec superan en más de diez puntos a los medidos durante la pandemia.
La tasa de indigencia, que indica el porcentaje de la población impedida de adquirir una canasta de alimentos básicos, saltó al 18,1% a nivel nacional y al 18,2% en la región. La proporción de indigentes entre los rosarinos se triplicó en un año y aumentó 6,4 puntos desde fines del año pasado.
El experimento económico que lleva adelante el gobierno nacional, con fogonazo inflacionario, ajuste de ingresos y aumento de los despidos, multiplicó los problemas sociales que arrastraba el aglomerado. Al final de los primeros seis meses de 2024, el Indec relevó 194.905 hogares con 632.212 personas pobres en Rosario, de las cuales 71.666 hogares y 245.946 personas no cubren la canasta alimentaria.
Es decir que hay 181.447 pobres más que hace un año y 139.040 más que seis meses atrás. El salto en la cantidad de indigentes es mucho mayor: 162.490 en doce meses y 99.980 desde diciembre.
Rápido y empobrecedor
Tanto en términos porcentuales como en cifras absolutas, los valores en los que se encuentran la pobreza y la indigencia son históricos. En el peor momento de la pandemia, el porcentaje de pobres en el Gran Rosario alcanzó el 41,8%, cinco puntos por debajo del registro alcanzado en junio de este año.
Pero también impresiona la velocidad del deterioro. Entre el primer semestre de 2022 y el de 2023 el porcentaje de población pobre creció 2,3 puntos. En los últimos seis meses del año pasado, de alta inflación, saltó 3,1 puntos. Pero en los primeros seis meses de 2024 ese incremento fue de 10,2 puntos y, en doce meses, de 13,3 . Esta misma aceleración se verifica en la indigencia, cuadro en el que la región, a diferencia de lo que ocurre con la pobreza, rankea alto a nivel nacional.
El Gran Rosario está entre los cinco aglomerados con menor índice de pobreza. Pero el nivel es alto y, además, si la mirada se amplía a toda la provincia, el cuadro se agrava: 59,8% en el conglomerado Santa Fe y 55,2% en el eje que comparten la santafesina Villa Constitución y la bonaerense San Nicolás - Villa Constitución reportó 55,2%.
A nivel nacional, más de la mitad de la población es pobre. El porcentaje de la población que no cubre con sus ingresos la canasta básica de bienes y servicios aumentó casi 13 puntos porcentuales con relación al mismo período del año pasado. Y en seis meses, se incrementó 11,2 puntos.
Extrapolado a la población total, unos 24,8 millones de argentinos son pobres y 8,5 millones de ellos son pobres.
El mapa del hambre
El porcentaje de población que no puede acceder a los alimentos básicos se duplicó en el último año en todo el país y creció más de seis puntos en el primer semestre.
Gran Resistencia es el aglomerado con mayor tasa de pobreza (76,2%), seguido de Formosa (67,6%), La Rioja (66,4%) y Concordia (65,8%). Rosario es una de las cinco regiones con menor índice, detrás de Caba (23,1%), Santa Rosa (40%), Neuquén (40,4%) y Bahía Blanca (44,4%).
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La capital chaqueña también encabeza el siniestro ranking de indigencia, con 38,6%. Le siguen Concordia (26,4%), Santiago del Estero (22,9%), los partidos de Gran Buenos Aires (22,7%) y el núcleo San Nicolás y villa Constitución (22,1%). En esta medición, el Gran Santa Fe, con un 16,4% de población indigente, se ubicó por debajo de Rosario (18,2%). Caba y San Luis son las regiones con menor porcentaje de indigencia, con 7,5% y 9,8%, respectivamente.
El Indec destacó, además, que dos tercios (66,1%) de las personas de 0 a 14 años forman parte de hogares bajo la línea de pobreza.
El porcentaje total de personas bajo la línea de pobreza para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es de 60,7% y 48,6%, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 29,7% de las personas bajo la línea de pobreza.
El director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (Odsa-UCA), Agustín Salvia, remarcó que la pérdida de puestos de trabajo en el sector informal de la economía y el bajo salario en el sector privado son dos factores cruciales a la hora de los altos niveles de pobreza e indigencia.
La semana pasada, el Indec dio a conocer otro índice relacionado con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que mostró un aumento del desempleo de casi dos puntos en la región, al 7,2%. Inflación, ajuste y deterioro del mercado laboral, fueron un combo letal.