La presión sobre el dólar se tomó un respiro en la penúltima rueda antes de las elecciones legislativas. El Tesoro de EEUU volvió a intervenir en el mercado cambiario para que eso suceda. El miércoles había vendido u$s 500 millones.

La divisa cerró por debajo del día anterior, producto de las ventas de Bessent y una gran actividad en el mercado de futuros. El factor Quirno
En la última rueda de la semana el dólar oficial cerró a $1.515 para la venta.
La presión sobre el dólar se tomó un respiro en la penúltima rueda antes de las elecciones legislativas. El Tesoro de EEUU volvió a intervenir en el mercado cambiario para que eso suceda. El miércoles había vendido u$s 500 millones.
El mayorista se cerró a $ 1.479, es decir, $ 10 por debajo del cierre del miércoles y a $ 13 del techo de la banda de flotación, que se ubica en $ 1.492,05. El volumen operado en el segmento de contado fue de más de u$s 677 millones. El minorista retrocedió a $ 1.518,07 para la venta en el promedio de entidades financieras elaborado por el Banco Central (BCRA) y a $ 1.505 en el Banco Nación (BNA). Los dólares financieros también cotizaron menos presionados. El director ejecutivo de Proficio, Rafael Di Giorno, aseguró que el pasado miércoles, una vez que el dólar CCL pasó los $ 1.600 hubo algunos operadores que comenzaron a “pasarse a pesos”.
Los contratos de dólar futuro cerraron con bajas generalizadas. El mercado “pricea” que el tipo de cambio mayorista a finales de octubre será de $ 1.479. En total, se negociaron unos u$s 1.210 millones.
Los últimos meses fueron de fuerte intensidad en el frente cambiario. El Banco Central (BCRA), el Tesoro argentino y el de EEUU intervinieron de distintas maneras para tratar de contener la corrida. Entre otras cosas, aumentó sideralmente la posición de la autoridad monetaria en el mercado de futuros se mantuvo en niveles elevados.
En ese contexto, el BCRA superó los u$s 7.000 millones vendidos durante octubre. El vencimiento del contrato de este mes, que opera por debajo del techo de la banda cambiaria, concentra ahora la atención de los inversores. En la city predomina la lectura de que, en caso de producirse una corrección cambiaria, no ocurriría este mes ya que el gobierno debería asumir el costo de pagar la “diferencia” por ese contrato, que vence la semana próxima. De acuerdo a la estimación de la Consultora 1816, representa el 20% de la posición vendida total de futuros del Central en A3.
La incertidumbre en el mercado cambiario llevó al sector privado a intensificar su búsqueda de cobertura. Empresas e inversores recurrieron a todas las alternativas disponibles para resguardarse: desde la compra directa de dólares hasta la utilización de instrumentos dólar linked, contratos de futuros y otras opciones conservadoras como bopreales y obligaciones negociables. El gobierno llega con 4,76 millones de contratos abiertos de dólar futuro en las tres posiciones más cortas.
La dolarización impulsó los depósitos en moneda extranjera por encima de los u$s 35.000 millones. Al mismo tiempo, persiste en el mercado la percepción de que, pese a los esfuerzos del ministro Luis Caputo por descartar cambios en la política monetaria, el gobierno debería evaluar dos caminos posibles poselecciones: ajustar las bandas cambiarias estirando el “techo” o avanzar hacia un esquema de flotación administrada, con el respaldo del Tesoro de los Estados Unidos para garantizar una transición sin sobresaltos abruptos.
El asesor financiero Gastón Lentini analizó: “Si el oficialismo consigue un tercio, el dólar se va a calmar a corto plazo; las bandas se van a mantener la semana siguiente a la elección pero noviembre es otro cantar porque es menor el costo financiero de eliminar las bandas de flotación”. De modo que, concluyó, con un buen resultado puede haber cambios después de “una semanita de calma”.
La realidad es que “no tenemos dólares ni en las reservas del BCRA, ni en el Tesoro”. Además, “a fin de año, todos los dólares depositados por el blanqueo del año pasado ya no van a estar más obligados a estar en Argentina, con lo cual es un capital que puede salir y, así, no habrá vendedores al menos hasta que llegue la próxima liquidación de cosecha”.
El ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a afirmar que no habrá un salto cambiario tras las elecciones legislativas. “El lunes no pasa nada”, deslizó. Aunque el mercado duda, la caballería se muestra con él. Así como el Tesoro de Estados Unidos vende dólares para atender la fuerte demanda, el CEO del JP Morgan viajó a Buenos Aires para participar de una reunión mundial del banco y, de paso, explorar garantías que respalden una operación orquestada por Scott Bessent para recomprar deuda argentina por u$s 20 mil millones.
La designación de Pablo Quirno al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores consolida el protagonismo de los ex ejecutivos de este banco de inversión en el gobierno. Casi todo el gabinete de Luis Caputo viene de esa empresa. La llegada del actual secretario de Finanzas, y responsable de la política de endeudamiento del gobierno, al control de Cancillería, anticipa una nueva vuelta de tuerca en el alineamiento de la política exterior: ya no solo con la geopolítica de Donald Trump sino con los gurúes del mundo financiero.



Por Nicolás Maggi
