La Argentina atraviesa un período histórico caracterizado por lo que se ha dado en llamar "la grieta", es decir, la separación profunda de la sociedad en dos grupos bien diferenciados en el terreno político. El fenómeno macrista, primera expresión de derecha que llega al poder en el país mediante la vía electoral, y que en los últimos comicios donde se consagró presidente Alberto Fernández obtuvo el 40 por ciento de los votos, ha sido profusamente analizado por los especialistas en los últimos tiempos, dado su carácter novedoso en el escenario nacional. Prueba de este interés son, entre otros textos, La larga marcha de Cambiemos: la construcción silenciosa de un proyecto de poder, de Gabriel Vommaro, y ¿Por qué?: la rápida agonía de la Argentina kirchnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha, de José Natanson. Sin embargo, y aunque haya gozado de un menor respaldo publicitario que los anteriores, acaso el que ostente los mayores méritos sea ¿Cambiamos?: la batalla cultural por el sentido común de los argentinos, de la socióloga Paula Canelo. Un detalle nada menor —que deja bien clara la lúcida política de publicaciones de una editorial ejemplar, que no ha arriado sus banderas— es que los tres pertenecen al catálogo de Siglo XXI.
Canelo se planta en el análisis a partir de una certeza, la de los "profundos cambios que se estaban produciendo en nuestra sociedad, y de los que Cambiemos era ni más ni menos que un síntoma". La autora alude, específicamente, a lo que denomina "el proceso de individualización (del país) desde la última dictadura militar hasta nuestros días".
Las preguntas llegan de inmediato y golpean duro: "¿Por qué fueron eficaces entre nosotros las figuras de los CEO y los emprendedores como modelos a seguir? ¿Cómo fue posible que vastos sectores de nuestra sociedad hayan aceptado que un gobierno integrado, en gran parte, por ricos no meritócratas, les exigiera meritocracia, esfuerzos y sacrificio a cambio de más pobreza, desempleo y precarización?".
Responde Canelo: "Cambiemos produjo una feroz depredación material sobre la mayoría de los argentinos, como también lo habían hecho otros gobiernos de la historia reciente, pero a cambio entregó un relato potente, una narrativa, un mito fundante sobre el pasado, el presente y el futuro y sobre los enemigos de nuestra sociedad". Y agrega luego: "Durante varios años, la promesa aspiracional de Cambiemos resistió con éxito tanto el bombardeo de la realidad como la lupa de la racionalidad".
Pero nada de todo esto fue casual. Canelo reafirma: "Nuestra sociedad cambió. Se hiperindividualizó. Si alguna vez lo fue, la patria dejó de ser «el otro» para ser solo «yo». Gran parte de los argentinos prefirió dedicarse a lo suyo y aspiró a triunfar en soledad, no solo lejos del otro sino además, en muchos casos, en contra del otro". Terribles palabras que podrían ser utilizadas, acaso, para describir el clima social imperante durante la dictadura.
Canelo introduce el bisturí a fondo y lo que pone al descubierto no enamora. Es consciente del peso de lo simbólico, que "puede llegar a ser tan poderoso como la materialidad de los bolsillos vacíos y la heladera desierta", y al mismo tiempo no ahorra críticas al kirchnerismo, que "había confiado erróneamente en que las mejoras en la situación individual se traducirían en reconocimiento de las condiciones que había generado para permitir esa mejora".
Las últimas elecciones fueron un parate a un proceso preocupante en el terreno económico-social. Pero el macrismo, o lo que pueda sustituirlo, sigue allí. Este notable trabajo entrega herramientas para comprenderlo.