Un grupo de médicos del hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, vive desde hace algunos días, una preocupante situación a raíz de los algunos hechos intimidatorios sufridos como la colocación de peligrosos elementos descartables y residuos patológicos entre los elementos personales y en el mobiliario de las habitaciones de descanso con que cuentan en el efector.
La preocupación de los profesionales de la salud se inició el pasado jueves cuando una médica residente de primer año, sufrió un "accidente punzante" con el mandril de un abbocath —una aguja para vía venosa periférica— con restos de sangre en su interior, cuando introdujo la mano en su cartuchera de uso personal, la que a su vez se encontraba dentro de la sala de médicos.
Ante la situación se efectuó la correspondiente denuncia ante la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) y se inició un tratamiento profiláctico para VIH, el cual deberá realizar durante 28 días, con los posibles efectos adversos que presenta el mismo y los controles de sangre periódicos hasta un año después del episodio.
Un segundo hecho encendió todas las alarmas de los médicos cuando ese mismo día, apareció un abbocath, también con visibles restos de sangre sobre una de las camas en la habitación de descanso de los médicos residentes, un sitio al que sólo acceden sus ocupantes habituales y el personal de limpieza.
Los médicos denunciantes señalaron, en un texto difundido por las redes sociales, que "estos elementos aparecieron, en los dos sitios en cuestión, sin mediar personal médico de este servicio, debido a que no son insumos utilizados en nuestra práctica cotidiana, por lo que consideramos esto como una clara amenaza a nuestra salud de forma intencionada, sin poder establecer aún el/los responsables".
Destacan luego los profesionales: "Hacemos público este grave hecho, que ha acarreado consigo consecuencias que ponen en riesgo la salud de uno de los profesionales de la institución y exigimos un pronto sumario para esclarecer los hechos", en referencia a lo ocurrido con la médica, la que deberá iniciar un tratamiento preventivo contra el VIH.
Residuos patológicos
El doctor Luis Ignacio Martínez Amezaga, jefe de los médicos residentes del Eva Perón, dialogó con LaCapital sobre lo ocurrido y reiteró que "los profesionales asumen el hecho como una amenaza, desde el momento que no es un elemento de uso de los médicos y menos aún que pueda ser llevado en una cartuchera de elementos personales sin tomar precauciones. Se trata de residuos patológicos corto-punzantes con rastros de sangre que aparecieron uno en la cartuchera de una médica y otro sobre una cama cucheta", indicó Martínez Amezaga.
Sobre el origen de un potencial amedrentamiento, el médico insistió que esos elementos fueron puestos intencionalmente en los lugares en que se hallaron y, según señaló a este diario con referencia a los posibles responsables dijo que, "eso no lo podemos establecer, pero puedo afirmar que durante las últimas semanas nosotros hicimos un planteo a la dirección del hospital respecto de mejoras de ciertas áreas no médicas que creó una especie de disconformidad gremial por la que incluso tuvimos una discusión enérgica. Por eso decimos que las cosas no estaban del todo bien con ciertos sectores".
Y acoto: "En mi caso particular pertenezco al Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (SiPr.US), pero desde Amra Seccional Santa Fe —que denunció que residentes del Hospital Eva Perón de Baigorria sufrieron "una grave violación en las normas de bioseguridad laboral"—, se comunicaron con nosotros para informarnos que ya hicieron la denuncia legal ante el Ministerio de Trabajo y ante el decanato de la facultad, porque las residencias dependen del posgrado de Medicina".
Indicio
Respecto de los elementos hallados, Martínez Amezaga hizo referencia a su peligrosidad señalando que estaban contaminados con sangre, en momentos en que en el hospital "hay dos internados que sufren de VIH -Sida, así que conocemos la posible fuente de la sangre que contaminó esos elementos, por lo que la médica residente hizo la denuncia a la ART y ésta ordenó el inicio del tratamiento retroviral, como para bajar las posibilidades de que en caso de que esa sangre esté contaminada ella se contagie. A eso hay que sumarle los efectos adversos que tiene la medicación, más los efectos psicológicos.
Más adelante, el médico indicó que "por otra parte, lo que nosotros reclamamos es una especie del investigación por parte del director del hospital citando a todo el personal que estuvo de guardia el miércoles de mañana, tarde y noche y el jueves que fue cuando se desencadenó el problema, y a todo el personal médico y no médico y que se haga un sumario como se debe hacer y más seguridad, porque trabajar en un lugar donde quieren hacernos daño no es lo mejor. Esos elementos se hallaron en un lugar al que sólo accede el personal medico y no podemos acusar a nadie porque no hay pruebas", destacó el profesional.
"La denuncia policial no está hecha, porque eso es competencia de la médica residente. Pero de todas formas, igualmente vamos a consultar a un abogado para saber qué denuncia penal podemos hacer como servicio, porque a su vez es una amenaza al servicio. A su vez, a las autoridades del hospital les pedimos, junto con el secretario gremial del SiPrUS, Diego Ainsuaín, cambios de cerraduras y más seguridad, pero hasta ahora no ha pasado nada".concluyó Martínez Amezaga.