“Hicimos el festival”, dijo ayer en el Auditorium la directora artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Cecilia Barrionuevo, y casi no pudo seguir hablando porque sus ojos estaban empañanados en lágrimas.
"Hit the road", la película iraní ganadora del certamen internacional.
"Madres paralelas", la película de Pedro Almodòvar tuvo su avant premiere en Latinoamérica en el festival de cine de Mar del Plata.
“Hicimos el festival”, dijo ayer en el Auditorium la directora artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Cecilia Barrionuevo, y casi no pudo seguir hablando porque sus ojos estaban empañanados en lágrimas.
Es que esta 36ª edición del único festival de cine clase A en Latinoamèrica estuvo atravesada por tantas dificultades, que la hazaña fue justamente haberlo hecho. Luego de soportar la pandemia y de considerarse seriamente la posibilidad de hacerlo solo en formato virtual como el año pasado, se logró en este 2021 un formato sui generis en el que se combinaron las actividades presenciales y la exhibición de películas en salas con otras realizadas online.
Esa convivencia permitió que el festival no sòlo se lleve a cabo sino que también mantenga el nivel de calidad y diversidad de miradas, que es un sello de esta cita marplatense. En este contexto hubo una película que levantó el premio Astor Piazzolla al mejor filme de la competencia internacional. Y fue “Hit the road”, la producción iraní de Panah Panahi, òpera prima del hijo de Jafar Panahi, un referente del cine de la resistencia y activista en la defensa de los derechos humanos.
Ante una sala colmada que ofreció un cerrado aplauso en los títulos finales, “Hit the road” se plantea como una suerte de road movie en la que se ve a una familia yéndose de vacaciones. Pero nada más lejos. La tensión atraviesa todo la trama de principio al fin, porque el supuesto viaje no es por turismo sino para llevar del otro lado de la frontera al hijo mayor de la familia. Pero todo eso se vive en medio de la clandestinidad, con personas que arriesgan su vida para lograr ese pasaporte hacia la libertad. Lo logrado de Panahi es que le quitó dramatismo a esa situación, ya sea desde la festiva banda sonora de la película hasta la alegría desbordante del hijo pequeño de la familia, cuya inocencia y frescura es clave para marcar el pulso emotivo del relato, no exento de guiños poéticos de alto vuelo en lo visual.
El otro premio importante de la noche se lo llevó “Diarios de otsoga”, filme portugués de Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro, que obtuvo el lauro de mejor dirección en la competencia internacional. Filmada entre agosto y septiembre de 2020, estamos ante la típica película que en la primera media hora no pasa absolutamente nada y el espectador nunca sabe para dònde va el relato. Después de una larga introducción, en que los días del calendario se van cambiando en sentido inverso, se advierte que se està viendo el proceso de rodaje de una película. ¿Es otra más del cine dentro del cine? Puede ser, pero también es la forma de mostrar cómo es filmar con protocolos sanitarios, en poco tiempo, y con un guión que se va haciendo mientras se va filmando. Hay pasajes risueños, otros para el bostezo y una resolución optimista, que también acciona como un guiño esperanzador en el final de la pandemia.
Como frutilla de postre, este festival se dio el lujo de presentar como película de clausura a la última joyita de Pedro Almodóvar, “Madres paralelas”, que recién tendrá su estreno oficial en Netflix en 2022. Se trata del derrotero de dos mamás solteras, una joven de 17 años (Milena Smit) y una mayor de 40 (la versátil Penèlope Cruz), que entablan amistad en la sala de partos, sin saber que la vida las unirá para siempre. Es que a cada una le entregaron por error la niña de la otra, nada menos. Pero Almodóvar utiliza ese disparador para contar lo que realmente quiere contar que es levantar la bandera de la memoria y visibilizar el dolor de los que fueron enterrados en fosas comunes sin identidad en la época del franquismo. Todo lo hará con la figura de la mujer como nave insignia, y con el foco puesto en el amor y el deseo, como cada una de sus películas.
Respecto a lo más destacado de la premiación, que se llevó adelante ante un Auditorium de gala, “Jesús Lòpez”, de Maximiliano Schonfeld se coronò como mejor película en la competencia latinoamericana, mientras que “Las cercanas”, de María Alvarez, ganó como mejor película en la competencia argentina, en cuya categoría se entregó el premio José Martínez Suárez a mejor dirección a “Danubio”, de Agustina Pèrez Rial.
En un festival tan atípico como disfrutable, la síntesis es la frase que da inicio a esta nota: “Hicimos el festival”. Porque un festival se hace entre todas y todos, como lo sintió una mujer de 90 años que fue aplaudida en la función de “Madres paralelas” por no perderse ni una sola edición de este encuentro internacional. Ella no levantó ningún premio en la ceremonia oficial, pero se fue victoriosa, al igual que toda la gente que dio el presente en este primer encuentro tras la pandemia. Por más festivales, por más diversidad, por más cine.