Después de más de cuatro décadas de carrera, Tom Hanks no para. El famoso actor se ha convertido en uno de los mejores intérpretes de su generación gracias, en gran parte, a su capacidad para parecer que es un miembro más de la familia. En 2022 participó en una de las películas más destacadas del año, “Elvis”, y también encarnó a Geppetto en la versión de “Pinocho” dirigida por el cineasta Robert Zemeckis. Ahora llega a los cines su más reciente película, “Un vecino gruñón”, que este jueves 12 de enero se estrena en las salas de Rosario.
Dirigida por Marc Forster (“Guerra mundial Z”, “Christopher Robin”), “Un vecino gruñón” es la segunda adaptación cinematográfica de la novela «Un hombre llamado Ove», del autor sueco Fredrik Backman. Hanks quedó maravillado con la primera adaptación de 2015 (la película sueca dirigida por Hannes Holm), entonces decidió no sólo protagonizar la remake, sino también producirla junto a su esposa Rita Wilson.
La historia del film se centra en Otto, un hombre irascible, solitario y muy estricto con las normas, al que la llegada de una familia mexicana a su barrio trastoca por completo su vida. “Otto está en su peor momento. Se ha dado por vencido y ya no tiene fe en el futuro. No está de mal humor todo el día porque sí”, explicó el protagonista a la agencia EFE. Y agregó: “No creo que Otto y yo tengamos mucho que ver. El es un hombre con una vida rutinaria y yo no paro, tengo cuatro hijos y tres nietos”, dijo entre risas.
“Un vecino gruñón” está atravesada por varios temas: el paso del tiempo, la soledad de los ancianos y la riqueza de la diversidad étnica en la sociedad estadounidense. “Yo tengo 66 años, y esa edad te da una mirada distinta sobre cualquier historia, sobre lo que cuenta”, dijo Hanks. He hecho muchas cosas: he vivido una vida muy afortunada, en la que ha habido tanto compromisos amargos como celebraciones fabulosas. Y me siento atraído quizá hacia historias que tienen que ver con la confianza en uno mismo, basada en todo lo que hemos aprendido. La crisis personal por la que atraviesa Otto está relacionada con su pesimismo con respecto al futuro. Cuando somos parte de una comunidad, cuando tenemos un trabajo, cuando nuestros seres queridos están todavía con nosotros, cuando la vida es plena cada día sin ni siquiera tener que hacer nada para que lo sea, asumimos que así es como va a ser la vida siempre, que va a seguir así. Y, de repente, ocurren unas pocas cosas en su vida que tienen que ver con el paso del tiempo: la muerte de su mujer, su jubilación en el trabajo y la soledad que produce reducir su vida a lo mínimo en el día a día. ¿Qué preocupación le queda a Otto? ¿La rutina? ¿Vigilar la seguridad en su barrio con los paseos que da? ¿Clasificar la basura en los contenedores de reciclaje? ¿Las normas que obliga a todos a cumplir? Eso no es suficiente para tener fe en tu propio futuro”, afirmó.
tom2.jpeg
El actor produjo el film junto a su esposa Rita Wilson. Su hijo Truman también actúa en la película.
Para el actor ganador de dos premios Oscar (uno por “Filadelfia” y otro por “Forrest Gump”), la crisis de fe en el futuro no sólo se da en su personaje sino “en todo el mundo”, y “es una batalla individual que hay que encarar”. “Como seres humanos, debemos entender que la tragedia de la soledad es siniestra. Otto ya no tiene familia, ni trabajo, ni contacto cercano con otras personas. Y eso es mortal. Podés trasladar esta historia a cualquier sociedad y sigue funcionando. Hoy en día apartamos a nuestros congéneres por demasiadas razones injustas, como la edad”, ejemplificó.
Cuando vio la película original sueca en la que está basada “Un vecino gruñón”, Hanks pensó: “¿Qué significado tendría esta historia si tuviera lugar en Estados Unidos? Porque acá hay una mirada distinta sobre la confianza en el futuro, distinta a la de Suecia, por la diferencia que hay entre nuestras sociedades. Pero aún así hay algo muy reconocible para cualquier ciudadano: en cada barrio, en cada ciudad, en cada pueblo, en cada edificio hay un Otto al que la gente evita porque tiene mal carácter, o porque parece una mala persona, o porque siempre se está quejando. Pero podría ser que en realidad lo que le pasa es simplemente que está muy solo. Y eso se puede corregir con algo tan simple como llamar a su puerta, si es que alguien quiere hacerlo”, se explayó.
La falta de comunicación que se aborda en la película también tiene un link con la polarización actual. “La polarización es terrible y ha ido aumentando con los años”, opinó el intérprete. “Es cierto que en mi país viven comunidades con diferentes creencias religiosas, distintas fiestas vacacionales... Estamos llenos de divisiones que se acentúan según cuál sea tu fuente de información o el canal de noticias que ves en la tele. Curiosamente, solemos disfrutar de esas diferencias culturales, e invitar a los amigos a las celebraciones festivas propias y características, porque la diferencia en sí no es mala. Pero otra cosa son las diferencias políticas”, observó.
El elenco de “Un vecino gruñón” se completa con los mexicanos Manuel García-Rulfo y Mariana Treviño, quienes encarnan a la estrambótica pareja que se instala junto a sus dos hijas pequeñas en el barrio de Otto. Treviño, muy conocida por series como “La casa de las flores” o “Narcos: México”, debuta en Hollywood con esta película. “Además de talentosísimo, Tom Hanks es alguien que transmite una energía muy positiva y lleva siempre la batuta del rodaje. Es muy fácil y disfrutable trabajar así”, dijo la actriz a EFE.
Otra gran particularidad de la película es haber supuesto el debut como actor de Truman Hanks. El joven, licenciado en Matemática, se mete en la piel del mismo personaje que su padre en los flashbacks en los que el film explora el pasado del protagonista. “Una vez que tomó la decisión confié plenamente en su talento, pero antes le dije que si decía que sí iba a tener que hacerlo”, comentó Tom Hanks. “No todo el mundo quiere hacerlo porque no pueden. Pero él pudo y yo lo aplaudo”, concluyó.
Un Vecino Gruñón - Tráiler Oficial 2