Taylor Swift revolucionó al mundo con la salida de su undécimo disco "The Tortured Poets Department". El álbum, que terminó siendo doble con la salida inmediata de una segunda parte titulada “The Anthology”, se mete de lleno en la intimidad de la ruptura de la cantante y Joe Alwyn, de quien se separó en 2023 tras seis años de relación.
El lanzamiento había sido anunciado en febrero, durante la entrega de los premios Grammy, y mientras Swift agradecía el premio Mejor álbum vocal pop por su anterior trabajo "Midnights". Finalmente, se lanzó a nivel mundial el pasado viernes 19 de abril. En Argentina, se pudo escuchar en plataformas desde las 2AM (Spotify ofrecía un cronómetro con cuenta regresiva para cada país), y muchos fanáticos esperaron a la madrugada para poder disfrutarlo apenas salido
Como suele hacer Swift, el estreno llegó con una sorpresa: el esperado disco terminó siendo un mega álbum de 31 canciones en total. “Había escrito tanta poesía tortuosa en los últimos dos años que quería compartirla toda con ustedes”, escribió la artista en sus redes junto a la noticia de “The Anthology”.
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Para este trabajo, Taylor trabajó con dos de sus productores predilectos de la última era: Jack Antonoff (de la banda Bleachers) y Aaron Dessner (de la banda The National). Contó con las colaboraciones de Post Malone en el tema inaugural “Fortnight” y de Florence Welch, de Florence and the Machine, en la canción “Florida!!!”.
En el comunicado de prensa con el que acompañó el lanzamiento, Swift afirmó que "The Tortured Poets Department” es “una antología de nuevos trabajos que reflejan eventos, opiniones y sentimientos de un momento fugaz y fatalista de mi vida, uno que fue sensacional y triste a la vez, en partes iguales”.
“Este período de la vida el autor ahora está terminado, el capítulo cerrado y enterrado. No hay nada que vengar, ninguna deuda que saldar una vez que las heridas han sanado. Y bajo mayor reflexión, muchas de esas heridas resultaron ser autoinfligidas. Esta escritora tiene la firme convicción de que nuestras lágrimas se vuelven sagradas en forma de tinta sobre una páginas. Una vez que hemos contado nuestra historia más triste, podemos liberarnos de ella”, aseguró la artista en el texto.
"The Tortured Poets Department” y la fe vital en contar historias
Desde la primera canción de lo nuevo de Taylor, se imprime con claridad la impronta de lo que vendrá: una narrativa intensa y cruda del amor cuando termina. La cantante deja claro, desde su elección de palabras en las letras (como en “Down Bad”, donde sin tapujos repite “Fuck it if I can’t have him”, una suerte de “Al carajo todo si no puedo estar con él”, pero más explícito), que no va a ahorrar música en sutilezas.
En este nuevo disco, Swift afirma su fe en la potencia de contar historias, que es además una de sus mayores fortalezas como artista y una de las claves de su éxito, eso que la distingue y la destaca por sobre otras artistas de su generación y su género musical: saber narrar todas las emociones todas, de una forma en que cada canción se vuelve un episodio atrapante e imperdible de una historia donde hay tanto melodrama como humanidad con la que empatizar.
Además, Taylor honra con creces otra de sus características: la intensidad. A lo largo de su carrera, le escribió sentidísimas (y ahora devenidas himnos) canciones a muchos de sus ex novios de los veinti. A Joe Alwyn, con quien estuvo seis años y estuvo a punto de casarse, le escribe directamente una antología con el corazón apretado fuerte en la mano.
Si bien en el comunicado oficial con el que salió el disco, Swift ofrece una mirada conciliadora de heridas cerradas y ausencia total de rencores, también se hace cargo de que para llegar ahí justamente tuvo que escribir este álbum, contar esta historia, poner cuerpo y alma sobre la mesa, sobre las melodías. Es así que en temas como “My Boy Only Breaks His Favorite Toys” y “The Smallest Man Who Ever Lived”, Taylor apunta sin piedad contra los defectos de su ex y los daños que le hizo.
En otros, como “I Can Do It With a Broken Heart”, se enfoca en las propias dificultades de atravesar una ruptura mientras se está bajo la lupa mediática de forma constante, y en medio de una gira maratónica como es “The Eras Tour”.
Musicalmente, a lo largo de los 31 temas, Taylor se mantiene fiel a su estilo confesional de cantautora más propio de su etapa de “folklore”, “evermore” y “Midnights”, con instrumentalizaciones simples (a veces sólo guitarra y/o piano), con algunas excepciones un poco más upbeat (“I Can Do It With a Broken Heart”) que permiten subrayar su voz y, por supuesto, a la protagonista central del disco: la historia que se está contando.