Todo empezó como una broma. O mejor dicho una catarsis. Hace cinco años Malena Pichot subió a Internet una serie de videos autorreferenciales que la mostraban como una mujer abandonada tratando de vengarse de su ex. Ese personaje, “La loca de mierda”, fue un furor en la web y saltó a la pantalla de MTV sin escalas. Desde entonces, el humor ácido y sarcástico de la chica que estudiaba Letras recorrió un largo y ascendente camino. Malena trabajó en radio, actuó en “El hombre de tu vida” (por lo cual recibió una nominación al Martín Fierro) y comandó “Cualca”, la sección humorística del programa “Duro de domar” que sorprendió el año pasado.
Sin embargo, el espacio donde la comediante se siente más cómoda y donde encuentra su esencia es en el escenario. Desde hace tres años protagoniza un stand up junto al actor Ezequiel Campa que revitalizó el género y la convirtió en un nuevo referente del humor en Argentina. Justamente con este espectáculo se presentará el próximo jueves en el Auditorio Fundación, con monólogos totalmente renovados. Antes de llegar a Rosario, Malena Pichot aseguró a Escenario que la categoría “humor femenino” en el fondo es un prejuicio y admitió que no le da vergüenza decir que no tiene referentes locales.
—¿Cómo llegaste al humor? Vos no pensabas esto como una profesión o una carrera...
—En mi familia son todos medio payasos, el humor tenía un lugar predominante en mi casa. Uno siempre está haciendo chistes, no es algo que se decide de un día para otro. El humor es parte de la vida. Claro que hay gente que no lo tiene, ni lo utiliza ni lo necesita. En mi caso estuvo siempre, aunque jamás pensé que iba a vivir de eso.
—¿Cuáles son tus referentes en el stand up y en el humor en general?
—En el stand up podría nombrar a Maria Bamford, que es una genia, es de otro planeta. También me gusta mucho Dave Chappelle. En el humor me marcaron “Cha cha cha” y Juana Molina. Pero lo que más me marcó es la tele yanqui. Yo me la pasaba mirando series en mi adolescencia porque el humor que se hacía en Argentina en los años 90 era deplorable. No me da vergüenza decir que no tengo referentes locales, porque la verdad es que lo que había en la tele era un horror. Supongo que en el teatro estaban pasando muchas cosas, pero yo no iba al teatro. Por eso mis referentes son anglosajones.
—Vos siempre nombrás a “Seinfeld” en las entrevistas. ¿Qué otras series te llamaban la atención?
—Un montón. Me gustaban mucho “Will & Grace” y “Friends”. Cuando era más grande miraba “Arrested Development” y “Cheers”, que era una serie vieja que repetían. Ahora no miro series, porque las que quiero ver no están en el cable. Hay que hacer todo un laburo para mirar series y al final siempre termino abandonando. Vi un par de capítulos de “Girls”, que están muy bien. “Curb Your Enthusiasm” también me gusta mucho. Esa fue la última serie que vi entera, con devoción.
—¿Cuáles son las claves para hacer un buen stand up?
—Las clave es tener algo para decir, no hacer material sobre la nada misma, tratar de tener cierta ideología. También conseguir un tono que sea tuyo, que sea original, que no sea un material que pueda hacer cualquiera, que sólo sea gracioso cuando lo hacés vos. El stand up en suma es eso, es tener una personalidad.
—En tu humor se manejan muchos tópicos femeninos. ¿Hay un humor femenino por definición? ¿O es un prejuicio?
—La categoría “humor femenino” existe porque los hombres no pueden identificarse con una mujer. No existe un humor femenino porque no existe un humor masculino. Existe el humor, a veces lo hacen hombres y a veces lo hacen mujeres. Como el discurso hegemónico es masculino, la mujer puede identificarse con el hombre pero al hombre le cuesta identificarse con una mujer. El hombre necesita crear la categoría de “humor femenino” porque la mujer es siempre la otredad, lo distinto, lo diferente. El ser humano es hombre, y la mujer es otra cosa. De todas maneras, yo veo que los hombres se ríen en mis shows. La categoría “humor femenino” en el fondo es un prejuicio, como la idea de que un hombre jamás se va a reír con una mujer. Cuando los hombres se sientan, se relajan y escuchan se ríen.
—¿Alguna vez te hicieron sentir diferente como humorista por ser mujer?
—Sí, casi todos los días (risas). Pero yo sigo, no le doy importancia.
—¿Hay algún tema que no te animes a tocar en tu espectáculo o que hayas autocensurado?
—No. Si no hice algo alguna vez fue porque no se me ocurrió un chiste lo suficientemente gracioso. Es ridículo meterse con un tema y no tener nada chistoso para decir.
—¿Hay improvisación en tu stand up o preferís seguir siempre un libreto?
—El stand up por definición no es improvisación. Yo tengo 50 minutos escritos que me los sé de memoria. Pero siempre termina pasando que hablás con alguien del público y se te ocurre un chiste. De todas maneras esa es la mínima parte.
—¿Te pasó en algún espectáculo de molestar a alguien con un comentario, que te lo hayan manifestado?
—Espero que sí, porque uno hace humor para molestar un poco. Pero nunca nadie se quejó ni nada por el estilo. Creo que la gente que viene a mis espectáculos ya sabe lo que va a ver. También yo me ocupo de decirlo. Si sos muy católico no vengas a verme porque la vas a pasar mal. Pero si sos católico y tenés sentido del humor sí podés venir (risas).
—¿Te incomoda que todavía te identifiquen con “La loca de mierda”? ¿O es un orgullo para vos?
—Está todo bien con eso. No me molesta para nada. Es lo que hice y por lo que ahora sigo trabajando.
—¿Cómo surgió ese personaje? ¿Estaba pensado inicialmente como un personaje?
—Yo solamente estaba jugando con la computadora. Se transformó en un personaje después. Cuando empecé a hacer los videos ahí mismo se fue armando la idea. Cuando arrancó “La loca de mierda” yo tenía 25 años. Mi generación siempre pasó un montón de tiempo con la computadora. Para nosotros es parte del día a día. Uno investiga cosas, se baja aplicaciones, está todo el día jugando con eso. Yo siempre tuve blogs y estuve metida en las redes sociales. Era muy natural para mí estar boludeando con la compu.
—En Twitter tuviste varios cruces y peleas con gente mediática. ¿Eso es porque te gusta polemizar o lo hacés por puro impulso?
—Es por impulso. Tiene que ver con enojarme con algo que para mí representa una injusticia. No me pongo a bardear a alguien solamente porque no me gusta. De hecho hay mucha gente que no me gusta. Pero cuando surge algo que me parece injusto siempre trato de pelear un poquito para hacerlo visible. Es cierto que a veces me peleo muy fuerte, pero no es nada grave. Twitter es una pavada. Es solamente tratar de hacer un comentario gracioso y que te retuitee mucha gente.
—¿Cómo fue la experiencia de hacer humor en televisión con “Cualca”?
—La experiencia fue muy buena, muy divertida. Los que estábamos ahí siempre quisimos hacer sketches de humor en la tele. Este año no va a seguir porque para los programas de humor no hay dinero nunca. “Cualca” era un producto muy caro, tenía mucha producción. Se veía muy lindo y estaba muy bien realizado. Pero la verdad es que no hay guita para eso. Nosotros trabajamos un año casi por amor al arte, pero ya no podemos hacerlo más. Ahora me gustaría hacer una comedia, escribirla y protagonizarla. De hecho lo estoy haciendo para un canal de cable. Pero no quiero adelantar nada porque le tengo un poco de miedo a las cosas de la vida (risas).
—Tu participación en “El hombre de tu vida”, ¿fue el inicio de una carrera como actriz?
—No, pero sí debuté como guionista, porque escribí un par de capítulos, y eso estuvo mejor que actuar. A mí me divierte actuar, pero no me llena demasiado.