“De a poco estamos logrando ampliar el rango etario del público, no creo que lo hayamos logrado, pero «Opa» es un buen paso” declara Dillom para La Capital y confiesa que desde que lo hicieron sabían que tenían un “temazo”.
“De a poco estamos logrando ampliar el rango etario del público, no creo que lo hayamos logrado, pero «Opa» es un buen paso” declara Dillom para La Capital y confiesa que desde que lo hicieron sabían que tenían un “temazo”.
“Es un paso, porque le gusta a una persona de más de 30 años y también a un pibito, aunque sea peligroso que cante el estribillo en el colegio. Mis hermanitos tienen 10 años, y la mamá les dice Falopa se llama el perro”. “Mis opps son medio opa / Lo fumo con falopa / Y si quieren lo que tengo yo conozco al de la nota / Music pa? la plata / Plata pa? la ropa / Lucho con demonio? que parecen lo? de Lovecraft”. Rapea Dillom en «Opa», y el videoclip descubre parte del sentido de todo lo que canta. En el relato aparecen protagonistas de la cultura popular, desde Edgar Allan Poe, Eric Clapton y la película “El resplandor”, hasta Discovery Kids. Patrón que se repite en muchas de sus letras, por ejemplo, en la sesión con Bizarrap aparece South Park y con L-Gante menciona a BB King; también Valeria Lynch surge en una de sus primeras producciones.
“Hago las letras yo y las menciones me divierten”, explica y a propósito siempre resalta que las producciones nunca son obra de una sola persona, la idea y el proyecto es colectivo. “Somos tres productores y yo. Nos ponemos a pensar todos, y también reformulamos. Siempre aportamos de todos lados al proyecto, así como yo me meto en la producción, no hay problema si me tiran una idea para una letra”.
—Formás parte de una generación donde las etiquetas en la música no importan. ¿Te molesta cuando se habla despectivamente del trap?
—Siento que está bueno que cada vez importen menos las etiquetas, o de valorar a toda la música por igual. Me acuerdo cuando era más chico, a los diez años escuchaba rock, y había un desprecio a la gente que escuchaba reggaetón. Y por inercia, porque veía que el resto lo hacía, yo decía que odiaba el reggaetón. Pero crecés y te das cuenta que no vale la pena odiar algo porque ni la música que escuchás vos es mejor, ni lo otro es peor. Y quizás sí me rompe un poco las bolas que hablen despectivamente del trap, como me rompe las bolas que hablen así de cualquier género sintiéndose superiores con la música que escuchan ellos. Cada música tiene su vuelta, quizás hay música más compleja que otra, pero no quiere decir que sea mejor. Yo creo que lo más importante es lo que transmite, lo que te hace sentir, lo que comunica. No si estás haciendo un acorde disminuido en no sé qué mierda, jajaja.
—¿De dónde heredaste el gusto por la música?
—De mis padres, desde que nací escuchaba música en la cuna para dormir. Bob Marley, Los Ramones, Beastie Boys o Snoop Dog. Y de más grande fui descubriendo yo.
—¿Tuviste una banda punk o fuiste público? Porque se te relaciona mucho con el punk rock.
—De chiquito tenía mi banda, pero hacíamos covers. Hacíamos “Abarajame” de IKV (Illya Kuryaki and The Valderramas), uno de los Redondos, todos covers, porque era recontra fanático de Los Ramones, Sex Pistols, AC/DC, los Red Hot, vengo de ese palo, y por eso se me asocia.
—¿De lo nacional era IKV y los Redonditos?
—Por mucho tiempo no curtí rock nacional porque no me llamaba mucho la atención. Cerati y Soda Stereo sí escuché de chiquito, y algunos temas de Charly, pero nunca le había dado pelota y ahora sí me puse a escuchar. A Spinetta y “Clics modernos” le doy pelota, y estoy entendiendo la riqueza y el valor que tienen por el contexto también. “Clics modernos” es una locura, porque el chabón usaba la caja de ritmos 808 que es lo que hoy se usa básicamente para hacer el trap.
—¿Laburaste en villas haciendo música?
—Cuando arranqué laburaba de productor haciendo beats. Y en ese momento nadie ganaba plata con esto, era solo por gusto, sin intereses de por medio, porque no se veía que a nadie le vaya bien haciendo trap, o rap. Entonces yo tenía ganas de hacer música y buscaba gente que tuviera ganas de hacer lo mismo que yo y conocí a unos chicos que tenía un grupo que era “31 estudios”, que el dueño, MH, vivía en la villa 31 y tenía el estudio ahí. Empecé a pegar onda con ellos y me convertí en su beatmaker, productor, por así decirlo, y trabajamos ahí. Pero no es que iba a todas las villas, fue casualidad.
—¿Y ahora usas cosas que hiciste en ese momento como productor?
—Siempre fui bastante rústico como productor, siento que me destaco más en lo creativo, no tanto en lo técnico. Si tengo una idea sé cómo recrearla en la compu, pero después se lo doy a uno de mis productores para que deje todo lindo, que suene bien. O quizás a veces ni siquiera arranco yo la idea, pero siempre estoy atrás de la producción. Obviamente de tanto grabar fui aprendiendo muchas cosas nuevas, entonces siento que tengo esas herramientas como para dejar cada parte del tema como a mí me gustaría que suene.
—¿Cómo es tu relación con las discográficas?
—Tengo mi propia discográfica junto a mis tres socios, se llama Bohemian Groove. Tenemos nuestro propio sello, con nuestros artistas firmados, de hecho, yo soy socio de la empresa, pero a la vez estoy firmado como artista. Y todo lo bancamos nosotros, los gastos de los discos, los viajes, los videos, todo.
—¿Pero viene Sony y te pone un montón de guita y no vas?
—Nos encantaría que el sello valga diez millones de dólares y venga alguien y lo quiera comprar, me soluciona la vida. Pero estamos trabajando para hacerlo crecer y formar un papel importante dentro de la industria. No te digo que vamos a llegar a ser Warner, porque a esos lugares no llegas, pero la idea es hacer independiente todo lo que podamos hasta que lo nuestro valga mucho.
—Hay una camada de músicos que viven de Miami a España. Te quieren y trabajaste con todos, L-Gante y Bizzarrap por ejemplo. Pero vos coqueteás el maistream, pero seguís siendo under. No tenés el perfil Miami, ¿es una decisión tuya?
—Obviamente la música y la plata me hacen feliz, ¿a quién no? Pero por otro lado, lo que me hace feliz es tener mi equipo de laburo, que son mis amigos. Tengo a todos los artistas que a mí me gustan, y son mis amigos firmados en mi sello. Y eso me hace feliz, porque si yo hiciera mi carrera solo y tuviera toda la plata, estaría buenísimo, pero estás más solo que la mierda. Eso sinceramente me aburre. Como me gustan las dos cosas, tener plata y hacer música, pero compartirlo con mis amigos, por eso nos pusimos un sello. Es un equilibrio para eso.
—En la sesión con Bizza decís “esto es trap, lo tuyo es basura” ¿Qué trap es basura?
—Yo lo que digo es “esto es trash, lo tuyo es basura”.
—Pero el público canta trap, no trash. No fuiste inocente al decirlo así ...
—No claro, sabía que se iba a interpretar de las dos formas. Yo quise con eso decir trash, basura, pero bien. Y algo que es basura, es basura mal. Siento que es como una forma de querer hacer algo mal y que te salga bien, o al revés, querés hacer algo bien y que te salga mal.
—¿Entonces no hay trap basura, está todo bueno?
—No, obvio que hay basura. Para mí es alguien que está queriendo hacer algo bien, que está bueno, y le sale algo choto. Yo en ese momento hacía algo que era asqueroso. Sonaba mal, era yo gritando con toda la garganta rota, que es una basura, pero hay que saber hacerlo también. Si querés hacer algo mal y que te salga mal, yo creo que es peor incluso.
—¿Cómo será el disco nuevo?
—Si todo sale bien va a salir cerca de fin de año. Tiene 18 canciones, se llama “Post Mortem” y, musicalmente, no quiero adelantar mucho porque me gustaría que la gente vaya a escucharlo con la mente en blanco, sin estar condicionada por nada de lo que yo haya dicho o lo que piense. Dentro de poco sale un feat con otra persona que no puedo decir, pero que no estará en el disco. Luego saldrá un corte del disco.
—”Opa” lo compararon con uno de Pitbull y otro de Black Eyes Peas. ¿Te molesta?
—No me jode, siempre y cuando se entienda que no es plagio, porque siempre va a pasar. La música existe hace miles de años, en algún punto todo va a coincidir en algo, o suena parecido, o yo inconscientemente la melodía me sonó de algo, lo hice, y después me doy cuenta que sí, era de algún lado. Muchas veces pasa eso. Tampoco tenemos un Shazam en la cabeza y robar robamos todos, eso seguro. Están los que saben robar bien, y los que no. Pero si lo hacés de modo homenaje, o decís de dónde es la referencia, está todo bien. Ahora, si te haces el boludo, no está bien.