El mundo del ilusionismo es un campo muy interesante y aclamado en todo el mundo. En nuestro país hubo grandes referentes como el mítico René Lavand, TuSam, que luego la posta la tomó su hijo Leonardo, y también Emmanuel. Pero quien también está en este lugar es Adrián Lacroix que, con sus habilidades, ha conquistado a sus pares como David Copperfield y Penn & Teller; como así también actuó de manera privada para el director Darren Aronofsky. “«Nomad» es quizá mi show más personal. Contiene una mezcla de ilusionismo, mentalismo e historias y hace partícipe al público de forma constante convirtiéndolos en los principales protagonistas”, comenta Lacroix a La Capital, previo a su show que realizará este sábado a las 21.30 en el teatro Broadway (que con la tarjeta BLC tiene 20 por ciento de descuento en platea baja y sorteo de entradas).
—¿Cómo nació “Nomad”, el show que traés a Rosario este sábado?
— Surgió luego de una serie de viajes que realicé al exterior cuando terminó la pandemia. Tuve la suerte de poder juntarme con los máximos exponentes del ilusionismo, y pude intercambiar algunos secretos y algunas “figuritas” como se dice, con ellos. También me agarró un bloqueo, el cual me permitió quedarme más tiempo en Estados Unidos y Europa, lo que hizo relacionarme con otros colegas, y de todo ese recorrido, más ideas propias y aprendizajes, fue la génesis de este espectáculo. Tal como lo dice el nombre “Nomad”, como nómade, lo creé mientras estaba dando vueltas por el mundo.
— ¿Con qué nos vamos a encontrar en el espectáculo?
— Es un espectáculo interactivo de mentalismo, lo que va a pasar es que voy a intentar adivinar o predecir ciertas cosas que van a suceder con el público. Todo el tiempo el público es partícipe y protagonista, siempre estoy eligiendo a alguien para la escena en las experiencias que vamos a llevar a cabo. Se genera un clima interesante y ellos mismos se van convirtiendo en los protagonistas. El show va evolucionando todo el tiempo, ahora empecé a trabajar con Ana Sanz, que es una persona muy grosa, que me ayuda en la puesta en escena. Usamos las pantallas para generar cercanía con el público.
—¿Vas a emprender alguna gira internacional con “Nomad”?
—La idea es empezar ahora en Rosario, luego hacerlo en el teatro Opera en Buenos Aires, que para mí es un paso muy grande. Después ir a algunas provincias y, eventualmente, llevarlo a otros países limítrofes, para luego ir a Europa y Estados Unidos más adelante.
—¿Cuál fue el momento en el que decidiste dedicarte de lleno al ilusionismo?
—Fue cuando tenía 8 años, una noche en la que se retrasó la cena y en la tele estaban pasando los primeros especiales de David Copperfield. Vi ese programa y quedé fascinado con lo que el hacía, y ahí empezó mi curiosidad por saber cómo eran posibles estas cuestiones. Empecé a investigar con los recursos que tiene un niño de 8 años, encontré un libro en la casa de mis abuelos, mi abuelo era profesor de física y mecánica cuántica, y ese libro era de un autor llamado Martin Garner, un matemático aficionado a la magia. Allí explicaba trucos de magia matemáticos, en los cuales uno podía adivinar algunos números con algunas fórmulas y demás. Después empecé a encontrar otros libros de magia para niños, luego me regalaban algunas cajas de magia para un cumpleaños o Navidad, y así fui progresando, se puede decir que fui autodidacta. Luego en la adolescencia llegué a aprender por material que llegaba en VHS de colegas que ya enseñaban.
—¿Pudiste conocer a David Copperfield, que fue tu inspiración?
—Sí. En la pandemia creé unas ilusiones que estaban destinadas a ser performadas a través de las pantallas. La magia le sucedía al espectador en su casa, era bastante innovador en cuanto a los métodos que utilizaba para generar esas ilusiones. Eso llamó la atención de los colegas del mundo, y me llamó Copperfield una noche pidiéndome que le enseñe lo que había hecho. Estuve una hora haciendo un show privado para él y su familia, fue una experiencia muy surrealista, como completar un círculo.
—¿Ese encuentro generó que Copperfield te enseñara más ilusiones?
—Tuve la chance de estar con él en persona cuando viajé, vi el show dos veces, después nos quedamos charlando en el teatro cuando terminó la función. Estuvo muy interesante la experiencia, es uno de los tantos maestros que me crucé como Dynamo y Penn & Teller.
—¿Tuviste una experiencia también con Penn & Teller?
—Ellos realizaron una de mis creaciones en televisión. Una de mis ilusiones fue utilizada en su programa, y lo más loco fue que no suelen realizar ilusiones que no sean propias. Por lo general, todo lo que presentan es original, y es una de las excepciones que hicieron. Fue todo muy irreal e inesperado porque en la pandemia, uno no sabía dónde estaba parado. Lo que menos me hubiese esperado es que se iba a disparar lo que había hecho. Esta gente es inalcanzable por una cuestión de agenda y al estar confinados tuvieron la oportunidad de ver cosas nuevas e investigaron un poquito lo que estaba pasando. De todo lo que había me eligieron a mí por la innovación.
—Como lo fueron René Lavand, TuSam, o Emmanuel, también llevas tu impronta por el mundo.
—Sí, la verdad que es algo que me enorgullece mucho de alguna forma. Como referente máximo tengo a René Lavand, TuSam también, pero fue más conocido por el faquirismo, pero han sido dos referentes muy importantes. No tengo relación con el hijo de TuSam, pero lo que ha hecho su padre era una cosa que no se veía en su momento. No me puedo olvidar cuando llevaron un cocodrilo al programa de Susana Giménez, y lo manejaba con una teatralidad increíble. Lavand lo hacía a través de sus historias, el tipo salía al escenario y no escuchabas el suspiro de una mosca, lograr una concentración así en un auditorio, desde la presencia, es muy difícil.
—Cómo fue hacer un show para el director Darren Aronofsky, director de la película “La ballena”, entre tantas otras?
—Tuve la chance de estar con él en Nueva York, poder caminar juntos. Es una persona que considera al cine como un acto de ilusionismo. Tiene muchos principios en común, de hecho, los que crearon el cine han sido magos, ya que hacían trucos con la fotografía. No sólo hice shows para él, también para el humorista Dave Chapelle, y otros artistas más. Fue surrealista, nunca me imaginé poder llegar a tener un cierto vínculo con estas personas.