El Banco Central sigue interviniendo en el mercado, le faltan dólares, sobran pesos y Sergio Massa nos propone vivir con lo nuestro.
El Banco Central vendió ayer u$s 150 millones.
El Banco Central sigue interviniendo en el mercado, le faltan dólares, sobran pesos y Sergio Massa nos propone vivir con lo nuestro.
Las reservas del Banco Central suman u$s 38.331 millones al 20 de septiembre, sin embargo, se deben efectuar pagos al FMI por u$s 890 millones y u$s 1.720 millones, lo que dejará las reservas en u$s 35.721 millones. En estos días finaliza la venta de soja bajo el régimen extraordinario de un dólar de $ 200, y recién para octubre arribarían unos u$s 3.885 millones del FMI, que volverían a salir para utilizarse como pago de acreencias con el mismo organismo. En resumen, dólar más o menos, las reservas del BCRA se ubican en torno de los u$s 35.000 millones, esto es un 6,3% del PBI. Deberíamos tener reservas por el equivalente a 20% del PBI, esto implicaría unos u$s 110.000 millones, qué lejos estamos por dios.
Los pasivos monetarios del Banco Central suman la base monetaria más las letras emitidas y los pases realizados, esto acumula un total de $ 12 billones, de este total $ 8 billones está remunerado a una tasa del 75% anual, que significa una tasa efectiva del 107% anual. Esto implicaría que, sin emitir un peso nuevo, a un año vista, los pasivos podrían ubicarse en $ 16,4 billones. Si las reservas se mantuvieran en los niveles actuales, el dólar a un año estaría en torno de los $ 470.
Si el gobierno seguiría emitiendo a los ritmos actuales, los pasivos monetarios a un año podrían ubicarse en torno de $ 20 billones (siendo optimistas) y, si las reservas siguen en los niveles actuales, el dólar podría ubicarse dentro de un año en torno de los $ 570. Esto implicaría una suba del 94,5% en un año.
Hay que tener en cuenta que, a un año vista, el Relevamiento de Expectativa de Mercado de 38 consultoras recolectado por el Banco Central, nos indica que la inflación podría ubicarse en el 90,5% anual, mientras que, para el dólar mayorista, espera una suba del 80,0% y lo ubica en un valor de $ 249,60. Un valor de los dólares alternativos en torno de $ 570 no luce irracional, ya que mantendría una brecha del 128%, mientras que en la actualidad la brecha se ubica en torno del 100%.
El Banco Central tiene un problema manifiesto de falta de dólares, en los últimos 15 días le encareció el crédito a los productores que tengan como stock más de un 5% de la soja recolectada. Los productores que vendan la soja a un dólar de $ 200, y tengan una sociedad, no podrán acceder al dólar MEP o Bolsa en el mercado de cambios, es una resolución ridícula, ya que la sociedad puede distribuir dividendos a personas humanas, y estas podrían comprar dólares sin problemas.
En breve se anunciarían medidas para encarecer el turismo en el exterior, esto es más intervención con resultado dudoso, ya no se permiten comprar pasajes en cuotas y los gastos en dólares en el mundo no se detienen. Lo que sucede es que el problema no se resuelve interviniendo, el problema se resuelve trabajando en un programa económico que nos permita tener un dólar competitivo, superávit fiscal y pueda generar más inversiones al país.
A partir del mes de diciembre, el Banco Central debe desembolsar una enorme cantidad de dólares porque se cumplen los 180 días que le impuso a las empresas locales para pagar importaciones, si el Banco Central no le da estos dólares a las empresas para pagar lo que adquirieron en el exterior, podríamos entrar en un default comercial, y esto activar a la suba a los dólares alternativos.
El Banco Central no ha realizado una conferencia o emitido un documento para develar cómo va a superar estos desafíos, en donde hay que desembolsar muchos dólares y, por lo que se ve, en las reservas no los tiene.
En septiembre, octubre, noviembre y diciembre, volveremos a tener inflación en ascenso, si para fin de año la inflación llega a los 3 dígitos, la tasa de interés pasará del 75% actual a niveles de 3 dígitos, lo que impactaría negativamente sobre los pasivos monetarios del Banco Central.
Si a esto le sumamos que todas las reservas nuevas que obtiene el Banco Central podrían migrar por los compromisos asumidos con organismos financieros internacionales y obligaciones comerciales, el escenario se ve muy ajustado.
Por Leo Graciarena
Por Matías Petisce