Actualmente es investigadora independiente del Conicet y está a cargo del grupo de virología humana con el que, entre otros logros, caracterizaron el genoma completo de tres grupos alfa de coronavirus en murciélagos de la Facultad de Derecho. Ahora trabaja en analizar el viroma de personas para poder detectar y mitigar el riesgo de psoriasis, aunque anticipa que ese trabajo quedará en veremos hasta nuevo aviso.
Investigación de vanguardia
"Lo que hacemos es analizar el viroma de personas con y sin psoriasis para encontrar factores de riesgo capaces de ayudar al pronóstico de la enfermedad o su correspondiente tratamiento o factor de riesgo", explicó Giri.
En ese sentido, explicó que ese proyecto comenzó hace cinco años a partir de un subsidio de la Agencia I+D+I el cual consignó que lo discontinuaron apenas ganó Javier Milei.
"Por suerte pudimos depositar esos fondos en una empresa y eso nos permitió realizar las muestras de reacción en pacientes, pero ahora estamos esperando porque tenemos los fondos congelados", sostuvo.
De su equipo de trabajo dependen dos becarios, una investigador asistente y nuevas carreras dentro del Conicet, como la que lleva adelante desde hace años, además de dar clases en la UNR.
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Agustina Cerri, Adriana Giri y Elisa Bolatti.
Foto: gentileza IBR Conicet
"Una de las becarias se tuvo que volver a la casa de sus padres porque no podía hacerle frente al costo del alquiler; la verdad que estamos viviendo una situación inédita en el mundo. Ni (el ex presidente, Mariano) Rajoy en España se animó a tanto cuando llevó acabo recortes", planteó Giri.
En esa línea, cuestionó: "Acá están cortando los subsidios a todos, sin distinción, teniendo en cuenta que estos montos los abona el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), de modo que es una situación absurda llevada a cabo por gente que no entiende como funciona la ciencia en el mundo".
Evaluó que esta situación lleva a muchos investigadores a buscar otros horizontes. "Hay toda una generación de investigadores jóvenes que quedará en el camino por este sesgo ideológico que carece de sentido. Además, se olvidan que fue (el expresidente, Carlos) Menem quien creó la Agencia y regularizó todo este sistema", recordó.
También cuestionó que "hay un gran desconocimiento por parte del gobierno, que no sale de la lógica mercantilista. Es verdaderamente una película distópica, terrorífica e irreal, ya que en ningún lugar del mundo hicieron algo así como están aplicando acá, es algo inexplicable realmente", lamentó.
Robótica aplicada a la agricultura
Taihú Pire egresó de la licenciatura de Ciencias de la Computación de la UNR y en 2017 viajó a Buenos Aires para realizar un doctorado en robótica puesto que en Rosario no existía esa especialidad.
En 2018 viajó a Londres para trabajar en el grupo investigación en una start up, Slamcore, y en 2019 recaló en Madrid para trabajar en ese mismo campo de investigación en Occipital, una empresa de origen estadounidense, hasta que en 2021 volvió para seguir apostando por desarrollo tecnológico el país y de Rosario.
Es el responsable del laboratorio de Robótica en el Instituto Cifasis de la Siberia. Como investigador asistente y profesor adjunto en la licenciatura de Ciencias de la Computación, cuenta que su proyecto de navegación autónoma de robots móviles (PUE 2016) se encuentra detenido a partir de la falta de fondos.
En eso cuenta que uno de los proyectos principales del área de robótica es el robot desamalezador, un prototipo que consiste en un sistema de navegación autónomo para resolver problemas dentro del ambiente agrícola.
Sucede que para desarrollarlo necesitan piezas esenciales y materiales y tampoco cuentan con una articulación activa que permita vehiculizar su proyecto para que las empresas agrícolas puedan conocer acerca de esos avances tecnológicos.
"La verdad que todo esto nos golpea bastante fuerte porque hay muchos grupos que trabajan en ciencias básicas y con una computadora pueden extender, al menos, sus proyectos. Sin embargo, en nuestro ámbito, trabajamos con robots y los materiales, tales como paneles solares, sensores y hardware se deben importar y son muy costosos, puesto que se adquieren en dólares", plantea Pire en declaraciones a La Capital respecto a la coyuntura que viene atravesando el campo de la ciencia y la técnica en el país desde que asumió el presidente Javier Milei.
Un robot desmalezador
Ese prototipo de robot contiene cámaras y sensores de última generación para que el artefacto pueda desplazarse dentro de un campo sojero sin necesidad de dañar el cultivo. A su vez, tiene una autonomía impulsada por medio de paneles solares, con lo cual resulta un proyecto sumamente sustentable, puesto que permite desmalezar el terreno y así ahorrar costos de otros productos nocivos para la población.
Mencionó que el robot, propio del desgaste y pruebas piloto, sufre un deterioro lógico y eso conlleva inevitablemente en gastos de dinero. "Ahora estamos en cero", señaló respecto a la falta de nuevos desembolsos para continuar con la investigación en curso. Y acotó: "Ya dijeron que ni siquiera lo van a evaluar".
"Para cosas más rudimentarias vamos a necesitar dinero, pero el desembolso inicial ya lo consumimos. Una pinza especial puede costar $200 mil; tornillos, $700 mil, por ejemplo", describió.
Sin financiamiento no hay desarrollo
"Hay cosas que puedo pagar de mi bolsillo si es necesario, pero hay cosas que son en dólares: un sensor puede costar USD 2 mil, una computadora a bordo (Jetson) valió USD 2500, una IMU (sistema de medición inercial) para orientar el robot en tierra, nos costó USD 3500. Estamos hablando de materiales que no se adquieren acá, es todo importado, y así pasa en ciencia y técnica", precisó.
El avance del proyecto consiste en realizar publicaciones y papers en revistas científicas para poder argumentar la continuidad del mismo. Sin embargo reclamó mayor compromiso y competencia entre el ámbito público y privado para poder articular entre firmas que puedan invertir en el proyecto.
"El proyecto terminó y seguimos realizando publicaciones, la idea es que sirva como elemento para probar nuevos sistemas y conocimiento, proyecto de investigación aplicada. Sin embargo, ocurre que las empresas argentinas agrícolas no nos conocen y no saben que manejamos esta tecnología", puntualizó.
Biología molecular
Victoria Alonso es investigadora adjunta del Instituto de Biología Molecular (IBR) del Conicet. Se encuentra dentro del equipo comandado por el investigador Esteban Serra y en su campo aborda los distintos procesos que ocurren en un grupo de componentes del Trypanosoma Cruzi (parásito del mal de Chagas).
"Encontramos unos blancos muy interesantes para el desarrollo de drogas, se trata de un avance muy importante en la enfermedad que tiene una importancia regional local muy grande", valora respecto a su labor como investigadora dentro de un destacado grupo de trabajo.
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Victoria ingresó como investigadora en 2019 al Conicet y pasó por un trayecto de subsidios de dos convocatorias (2019 y 2021) otorgados por la Agencia I+D+I. "Lo que salió esta semana nos confirmó lo que ya sabíamos que se estaba dando en la práctica: que no van a desembolsar fondos de proyectos en curso", lamenta.
En ese marco, sostuvo que aún recibió el desembolso de una cuota y no sabe qué ocurrirá de aquí en adelante. Dentro del equipo en el que lleva a cabo su investigación se encuentran una estudiante de la licenciatura Biotecnología, quien se encuentra abordando su tesis de grado; y un becario doctoral, cuya beca finaliza el año que viene.
"Necesitamos recursos, insumos y materiales, estamos tratando de acomodarnos por una cuestión que no nos alcanza la plata, pese a que tenemos colaboración laboratorios del exterior. Estamos en un proceso complejo, realmente es un desperdicio de recursos tanto humanos como de equipamientos supersofisticados, con grupos que vienen a utilizarlos del exterior y que también aportan al sistema productivo del país", reclamó.
Es por eso que ya piensa en nuevos horizontes para avanzar en su trayectoria. "Es una realidad, me voy a tomar licencia, no lo veo como algo definitivo, pero el año que viene me voy a trabajar a la Universidad de Torino (Italia) como profesora visitante en un proyecto en colaboración. Es algo similar de la cátedra de parasitología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UNR, donde doy clases", comentó respecto a su nuevo horizonte laboral.
Y advirtió: "Estamos en medio de una economía de guerra, por eso tratamos de avanzar para que las cosas no se pierdan y los equipos se mantengan en el tiempo, es un ecosistema fantástico el de Rosario, pero si no están los recursos la gente se va a empezar a ir".