Los patios gastronómicos han aparecido como una nueva tendencia en Rosario. Se trata de espacios integrados que incluyen propuestas más variadas al permitir que se agrupen muchos proyectos con locales más pequeños en un gran espacio con mesas compartidas, con posibilidad de disfrutar al aire libre y una dinámica de autoservicio. Entre las razones está el alto valor de los alquileres, el espíritu colaborativo de una nueva generación de empresarios y formas de consumo más dinámicas, que permiten ir en grupo y que cada persona elija qué quiere comer sin condicionar a los demás.
El 30 de octubre abrió al público Mercado Zarpado, un nuevo complejo gastronómico frente a la plaza Montenegro que se inscribe dentro de la modalidad de plaza de comidas. Se trata de un formato de patio de comidas moderno, que tiene un antecedente en el proyecto Vía Vieja que surgió en febrero de este año o el mismo Mercado del Patio, pero también en Plaza Pichincha (Alvear 41) que es al aire libre, o los parques gastronómicos Distrito Pichincha (Rivadavia 2355), Gorostiaga (Güemes 2874) o Aldea Garden (Schweitzer 8900) en Fisherton.
La inspiración viene de Europa, donde están asentados hace muchos años. Luego desembarcaron en distintas ciudades de Latinoamérica, y ahora tienen una fuerte presencia en Buenos Aires. "Son espacios integrados donde el consumidor encuentra múltiples propuestas que conviven entre sí dentro de una lógica de ventas compartidas. Con un público más joven, aunque también son lugares elegidos por las familias con niños. Es más desestructurado, como el patio de comidas de un shopping, pero suman verde y exterior", explicó Eugenia Giovannoni, subsecretaria de Producción del municipio.
La funcionaria definió a este formato como "lugares donde la experiencia gastronómica es distinta, y que suelen tener su temporada alta cuando llegan las temperaturas más agradables. El modo es autoservicio, mucho más ágil, y pueden recibir un consumidor que va con un grupo de amigos hasta a alguien que va solo y comparte una gran mesa con otros. Hay más diversidad de propuestas, tradicionales y alternativas, nuevas corrientes gastronómicas como la vegana o de distintas culturas como la asiática, la venezolana o la peruana", agregó.
Giovannoni sumó a esta movida a los food trucks, los rooftops (terrazas) y las islas callejeras. "Nuevos espacios donde lo que se pone en valor es el entorno, y el denominador común es la presencia de aire libre. Son propuestas con diseño para todos los bolsillos, donde lo cultural adquiere otra relevancia ya sea en la propuesta gastronómica como en la artística, que muchas veces acompaña. Son propuestas que vemos en otras ciudades, que han ido llegando a Rosario y se consolidan, que ponen el énfasis en la experiencia del cliente", aseguró.
Frente a la plaza
Mercado Zarpado (San Luis 1036) vino a ocupar un vacío en la zona céntrica, ya que abre todo el día en una zona que de noche y los fines de semana quedaba algo huérfana, con pocas opciones para la gastronomía. Con 15 locales con ofertas diferenciadas de pizza, helado, comida peruana, burritos, donas, empanadas, milanesas, hamburguesas, panchos, carlitos, focaccia, lomitos, una rotisería y hasta un vivero y un drugstore; tiene como horario de apertura cercano al mediodía y el cierre se extiende en la semana hasta las 0, los viernes y sábados a la 1.
Una de las razones del surgimiento de estos esquemas tiene que ver con lo caro que es alquilar en el centro para un local gastronómico por la facturación que tiene que tener para solventar los altos cánones locativos. De esta forma bajan mucho los costos porque se prorratean entre varios, como la limpieza y la seguridad, y el modelo de autoservicio también permite bajar la inversión en personal.
"Le dimos la posibilidad a emprendimientos de acceder a alquilar en una arteria hiper comercial a un precio relativamente bajo respecto de un local a la calle, y con distintos beneficios como la seguridad que da estar dentro de un complejo Infraestructura", detalló uno de los desarrolladores. La infraestructura principal (mobiliarios, sanitarios, iluminación) e incluso la de los locales mismos, como agua, gas y desagües también corrió por parte de los dueños.
El empresario admitió que la repercusión de la apertura fue mayor a la esperada. Esperaban mucha afluencia de gente de día por las características de calle San Luis, y el hecho de que concurre a comprar gente de todos los barrios. Pero el rendimiento del horario nocturno, no estando en ninguna arteria gastronómica, era una incógnita. "Por suerte viene mucha gente y los fines de semana explota. Al punto que los primeros días los agarró de sorpresa a muchos de los locales, que a las 21 se quedaban sin mercadería. Los vecinos del centro nos agradecen tener una propuesta distinta, diversa e importante cerca de la casa", confió.
Las mesas son individuales, para tres o cuatro personas, y también hay tablas largas de uso comunitario. "Era un enigma qué es lo que iba a pasar con la gente más tímida, que viene con su familia o con su grupo de amigos. Pero la verdad es que se sientan al lado sin problemas. También tuvo buena recepción incluso entre la gente que va sola. Esto facilita para que fluya un poco más la socialización", detalló el desarrollador.
Sumándose a las tendencias internacionales, el lugar es apto para mascotas en toda su superficie. "Los perros son un integrante más de la familia. Lo único que nos cuestionamos era si dejar solamente el patio o también la parte cerrada. Queríamos ver cómo respondían los dueños, pero la gente se porta muy bien y cuando algún perrito hizo su necesidad, enseguida lo limpiaron", dijo.
Además es bueno para los ciclistas, atentos a que cada vez más gente se moviliza en bicicleta, ya sea por cuestiones económicas o por una decisión de sustentabilidad. La idea con la instalación de bicicleteros internos es darle un lugar seguro a los clientes para que puedan comer tranquilos adentro, sin pensar que pueden sufrir un robo si la atan afuera.
"Ojalá que esto genere un efecto contagio en la zona céntrica o en los barrios y que otros emprendedores se animen a propuestas disruptivas. Donde haya algún galpón en desuso, puede haber un patio de comidas que se puede aprovechar para darle más vida y seguridad a la zona que un taller mecánico o un estacionamiento que solo funcionan en horario solo diurno", cerró.