Decidido a recuperar terreno en los primeros días de un año decisivo, y atento a indicadores económicos que no reflejan el repunte esperado, el oficialismo va por todo en la puja con el Poder Judicial, un contendiente histórico. Más que nada, a la luz de los números que no cierran en el Congreso, aspira a dejar expuestos los flancos débiles de los supremos y los supuestos vínculos con la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC), que si bien cimentó posiciones tras la embestida del Frente de Todos (FdT), su negativa a destrabar la labor parlamentaria plena —acicateada por la estrategia electoral— hace tambalear la institucionalidad.
En Olivos confían en haber retomado la iniciativa, pero el efecto de la creciente tensión institucional es un enigma. Además, ese diagnóstico parece no contemplar el escenario económico. En un contexto de convulsión legislativa, la suerte a correr por las iniciativas del jefe del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, e incorporadas a la grilla que armó el primer mandatario, también luce incierta.
El Indec acaba de revelar que la inflación de diciembre llegó a 5,1 por ciento (unas décimas por encima del nivel general previsto) y que en el año ascendió a 94,8%. Fue la más alta desde 1991. Los argentinos despuntan un 2023 en el que los salarios deberán intensificar la lucha por mantener el poder real de compra, en un clima de opinión social mayoritariamente crítico de la dirigencia política. Suena la alarma. Quien quiera oír, que oiga.
Factor clave
La evolución económica también talla en la interna de un oficialismo que busca candidato a la Rosada. Tanto por los movimientos de Fernández, que en cada aparición pública potencia el tono electoral, como por las aspiraciones de Massa, el final abierto que encarna Cristina Kirchner —tras su renunciamiento— y las pretensiones de los gobernadores, muchos de los cuales ya adelantaron los comicios comarcales.
Con la embestida contra la Corte, de marcada impronta kirchnerista, el presidente buscó reafirmar el comando de la nave, pero no cosechó el respaldo de la totalidad de los mandatarios provinciales del PJ y de partidos locales. Ni siquiera con el anzuelo del rechazo a la devolución parcial de la coparticipación al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien sigue en modo precandidato presidencial de JxC, aunque atento a los nubarrones que lo merodean.
De hecho, Santa Fe ratificó días atrás su negativa a avalar un juicio político a la Corte a libro cerrado. El ministro de Gestión Pública provincial, Marcos Corach, fue contundente: “No se puede llamar por teléfono (al gobernador Omar Perotti) para decirle 'vamos a firmar este documento'”. De paso, objetó la falta de diálogo sobre el futuro electoral de la coalición oficialista a nivel nacional.
Cada cual atiende su juego: frente a unas elecciones por primera vez signadas por la polarización en la provincia, el titular de la Casa Gris (líder del sector interno Hacemos Santa Fe) busca ampliar las bases del oficialismo con una construcción que incluya a aliados históricos, pero que sume a otros espacios afines.
Paralelamente, mira de reojo el intento de construir una tercera vía nacional, merced a un espacio peronista por afuera del armado oficial, planteado por el mandatario cordobés, Juan Schiaretti, y el ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Al tren ya se subió el jefe puntano, Alberto Rodríguez Saá, y los socialistas santafesinos fueron tentados. La presidenta del PS a nivel nacional, Mónica Fein, reconoció diálogo fluido pero ve muy verde el proyecto.
Hoy por hoy, es complejo el sostenimiento de la pregonada “unidad en la diversidad” del FdT: en Hurlingham (Buenos Aires) expulsaron a funcionarios de La Cámpora, que de inmediato respondió con renuncias, mientras que el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, hizo un pase de facturas a sus pares que no acompañaron el avance sobre Corte. Encima, el abanico de eventuales candidatos se abre con amplitud, en vez achicar la oferta como dicta la lógica de los meses previos a las elecciones.
En ese sentido, el entorno del jefe de Gabinete nacional, Juan Manzur, salió a desestimar que la aparición en Mar del Plata y otros puntos del país de afiches con la leyenda “Juan XXIII” —y su viralización en redes sociales— esté ligada a una pretensión presidencial del tucumano. Sin estampar números romanos, el dirigente social Juan Grabois propició una pegatina similar. Pero después reculó públicamente. Y, desde Brasil, el embajador Daniel Scioli alimentó las expectativas.
Las especulaciones no dan tregua y el reciente video en clave proselitista de Fernández hizo que en Balcarce 50 tuvieran que aclarar que el objetivo es mostrarlo como arquitecto de la campaña por venir, dado su rol de jefe del Estado y presidente del PJ nacional.
https://twitter.com/alferdez/status/1613297558209855502
Pero en la otra vereda no se quedan cortos: la reaparición de Mauricio Macri en Mar del Plata (presentó su libro “Para qué”) movilizó las bases del PRO y le permitió al ex presidente testear su centralidad en Juntos por el Cambio. Justo cuando Rodríguez Larreta mensura el impacto, por un lado, de la discusión por los fondos y, por el otro, de los chats entre Silvio Robles, asesor del presidente de la Corte, el santafesino Horacio Rosatti, y el ministro de Seguridad porteño (en uso de licencia), Marcelo D’Alessandro.
En Santa Fe, el arco opositor concretará a fin de mes un encuentro que le dará mayor exposición a un nuevo frente electoral, que, como adelantó La Capital siete días atrás, ya definió los tópicos que sustentarán su plan de gobierno: seguridad y justicia, educación, desarrollo productivo y empleo, salud, desarrollo sostenible, transparencia y modernización del Estado, infraestructura y servicios públicos, políticas sociales y desarrollo humano y ciencia, tecnología e innovación.
En la previa, radicales liderados por Julián Galdeano consolidaron su posicionamiento junto al intendente de Rosario, Pablo Javkin, a la vez que correligionarios que responden a Maximiliano Pullaro y el sector del PRO que conduce Federico Angelini sondearon entendimientos.
En Santa Fe, el arco opositor concretará a fin de mes un encuentro que le dará mayor exposición a un nuevo frente electoral" En Santa Fe, el arco opositor concretará a fin de mes un encuentro que le dará mayor exposición a un nuevo frente electoral"
Mientras Perotti se sometía en Rosario, a principios de la semana pasada, a un chequeo médico general y a una intervención quirúrgica por una lesión de piel, la Casa Gris suplantó con Gustavo Bode a Ana Morel, la polémica secretaria de Administración Financiera del Ministerio de Seguridad.
La funcionaria gozó de un prolongado blindaje, pero priorizó el presupuesto y colisionó con los tres últimos titulares de la cartera, lo que terminó consumiendo todo el aval disponible. Bode, secretario de Coordinación Administrativa, Legal y Técnica del Ministerio de Igualdad y Género, acompañó en su momento la gestión de Roberto Sukerman en Gobierno y tiene un insoslayable perfil político.
Una carta de presentación clave para enfrentar la inseguridad, una problemática que ni el nuevo año logra aplacar en Rosario y que dará cuerpo al ariete de campaña de la oposición.