Pasó por todas las emociones en estos días y aún le espera la mayor, para la que se preparó a conciencia. Alejandro Fantoni tiene en su haber la medalla dakariana con el soñado mote “finish”, el de haber llegado a la meta que es un verdadero triunfo para la mayoría, pero no conforme con aquel hito logrado en la última edición corrida en Argentina, el piloto de San Lorenzo, canallón hasta la médula, fue por más e intentará alcanzar la meta de la 45ª edición del Dakar que se inicia este viernes con un prólogo de 10 kilómetros en Arabia Saudita. No conoce los terrenos, apenas probó el cuatriciclo, pero el único representante de Santa Fe en la competencia de rally más dura del mundo corre con una ventaja, como la de los otros 31 argentinos que animarán la competencia. Y es eso, ser argentino. Sí, la conquista mundial del fútbol, la alegría planetaria por el logro de Lionel Messi y la Scaloneta contagió de simpatías para todos los argentos lejos de su tierra, que empezó a sentir plenamente en su estadía en Qatar donde presenció la gran final y desde que pisó Arabia Saudita. En territorio desconocido para el, será local.
“Lo que viví en Qatar, lo viví en Turquía donde me fui a pasar unos días y lo estoy viviendo ahora que llegué a Arabia Saudita. Ya el primer remisero que me condujo desde el aeropuerto al hotel, al conocer que era argentino me pidió que le pusiera en el celular canciones nuestras, las futboleras del Mundial y otras tradicionales. Es increíble lo que generó Argentina en el Mundial”, describe, luego de todos los pasos administrativos y de probar brevemente el nuevo cuatri.
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Imponente. Fantoni con sus amigos que lo acompañaron a Qatar, en el estadio de la final del mundo, donde lloró de emoción.
“Y todo se lo debemos a Messi. El legado de Maradona lo tomo él, lo elevó y lo mejoró muchísimo. Porque en la época de las redes sociales, donde todos estamos tan comunicados, llegó a lugares de todo el planeta. No hay otra persona en el mundo que sea tan famosa y tan querida, por su forma de ser, tan humilde y tan sencilla que hace que la gente lo quiera más”.
Tan importante fue la conquista futbolística que fue tema prioritario de la charla, antes de ir al Dakar mismo. Y eso también porque Fantoni tuvo el privilegio de ser uno de los argentinos en el estadio de Lusail que presenció la final para el infarto entre Argentina y Francia. “Lo viví como seguramente todos los argentinos por televisión. Fue una montaña rusa, increíble, porque estuvo claro que la selección hizo un partidazo pero siempre aparecía Mbappé para amargarnos. Del «ole»pasamos a la angustia total. Cuando Messi hizo el tercero creíamos que ya estaba pero después vino el nuevo penal y esa tapada del Dibu Martínez que no se cómo hizo. Pero ahí sentí que ganábamos, porque en los penales con el arquerazo que tenemos no podíamos fallar”.
Fantoni estuvo en la cancha con su infaltable casaca de Central y la bandera argentina siempre colgada. Y relató una curiosidad: “El estadio estaba impresionante, más de ochenta mil almas, pero sólo el cinco por ciento eran argentinos. La Fifa hizo mal en la venta en ofrecerla a todo el mundo la final y así había hinchas de muchos países que no tenían nada que ver con franceses y nosotros. Pero eso sí, el noventa por ciento alentaba por Argentina. Mejor dicho, por Messi. Todos querían que salga campeón y los qataríes ni hablar, todos hinchaban por él, tienen una devoción gigante”.
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Fantoni y el Raptor, habilitados para largar.
Según el sanlorencino, “la mayoría de los argentinos adquirieron paquetes para la primera fase y se fueron volviendo. Y los que llegaron para los partidos finales lo hacían sin entradas y era muy difícil conseguir en la reventa. Sé que en la final no se podía conseguir. Yo la tuve porque compré las entradas en julio, para los cuartos de final, semifinal y final, junto a unos amigos que vinieron. Entonces me decían que era mufa pero les demostré que todo lo contrario (risas)”.
“Después fue todo una locura. No te miento, cuando Montiel metió el último penal me puse a llorar como un niño, no podía creer lo que había pasado. Estuve quince minutos llorando, no podía parar, y eso porque mi viejo falleció hace tres meses de una enfermedad repentina y se lo llevó rápido. Y él durante todo el año decía que este año se nos daba, que Argentina iba a salir campeón mundial”, relató emocionado.
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Todo felicidad del grupo argentino tras la final ganada a Francia en Lusail.
“Por eso la descarga emocional. Fue muy fuerte y fui un privilegiado de poder vivirlo. Después nos quedamos festejando en el centro de la ciudad hasta las 4 de la mañana y tuvimos la suerte de ver pasear el micro descapotable de la selección por el centro de Lusail. Realmente inolvidable, como los festejos luego en Buenos Aires”, se explayó el de San Lorenzo. Lo dicho, Fantoni es un fanático del fútbol y de Central. Y de hecho, juega seguido en su ciudad “como parte también del entrenamiento para correr este Dakar. Me hubiera gustado prepararme más arriba del cuatriciclo, pero mi actividad en la empresa no me dejó mucho pese a correr algunas fechas del Canav. Pero no dejé de hacer toda la actividad física correspondiente, inclusive en este viaje a Qatar y a Turquía. En ese sentido, estoy bien”.
Fantoni corrió el SARR este año, una competencia sudamericana y muy parecida al Dakar, de muchos días, y ahí “me picó de nuevo el bichito de volver a correr el Dakar. A partir de ahí me contacté con el equipo francés Dragon, donde corrió (y fue campeón, Nicolás Cavigliaso en 2020, y segundo Francisco Moreno en 2021), y acordamos que corra para ellos, con uno de sus cuatri”, un Yamaha Raptor 700 4x2, muy distinto al Can Am 4x4 con el que finalizó el Dakar en Argentina en 2018.
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Todo listo. El piloto de San Lorenzo pasó la revisión médica.
El Dakar correrá 14 etapas de una competencia que irá desde el 31 de diciembre al 15 de enero, desde el Sea Camp a orillas del Mar Rojo hasta las playas del Golfo Arábigo en Dammam, pasando por un maratón de buceo en el océano de dunas del Empty Quarter. Serán 20 cuatriciclos porque la ASO limitió la cantidad por correrse en invierno y por cuestiones de seguridad. “Si bien siempre te tienta acelerar, haré las etapas como en Argentina, pensando en llegar al final de cada etapa y tener el premio de finalizar un Dakar”.
La frutilla del postre con el príncipe qatarí
Con Nasser Al-Attiyah, el tetracampeón mundial de Dakar, Fantoni tiene una gran relación que edificó en Argentina. “Apenas llegué a Qatar lo llamé, me respondió enseguida pero que no podía verme porque estaba ocupado, pero cuando ganamos la final, me escribió para felicitarme y quedamos al otro día comer juntos para festejar. Así que lo hicimos junto a otros pilotos que también correrán el Dakar y estaban en Doha, Martín Ponte e Ignacio Char que corren en autos. Fue una velada muy linda y la verdad coroné el viaje a Qatar de la mejor manera, con el título y con Nasser, un tipo sencillísimo”.
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Fantoni y el príncipe Nasser Al-Attiyah.