Rosario Imprime Salud es el nombre de un grupo de voluntarios que se organizó para imprimir máscaras de protección facial y donarlas a instituciones y a todos aquellos que acerquen su pedido de un elemento de suma importancia en la prevención del contagio del Covid-19.
"La iniciativa partió de una pareja de voluntarios que, viendo lo que sucedía en España, empezó a imprimir viseras en su propia impresora 3D, para luego ser utilizadas en el armado de protectores faciales”, explicó Elías Gil, uno de los integrantes de Rosario Imprime Salud.
"Consiguieron los códigos de impresión de las viseras porque el mundo de las impresiones 3D es bastante abierto en cuestión de datos. Alguien puede diseñar algo y lo comparte gratis con el resto sin la necesidad de una licencia. Y así se contactaron con algunos conocidos con impresoras, armaron un grupo de WhatsApp y rápidamente se empezó a sumar gente", agregó Gil.
Rosario Imprime Salud está conformado por una red de 86 voluntarios que reúnen unas 69 impresoras 3D que trabajan día y noche. Hasta el momento llevan entregadas 450 máscaras a la Municipalidad, 300 a la provincia, unas 200 a la Nación y otras tantas a instituciones del área de la salud.
"Desde que empezamos, no paramos de imprimir. Se hacen aproximadamente 250 por día", compartió Gil y agregó: "Somos unos de los grupos de Rosario que está más organizado y el que más voluntarios tiene".
A través de un formulario de Google que pusieron a disposición en las redes sociales de la agrupación, los interesados cargan sus datos e ingresan el pedido de protectores faciales que luego son entregados de manera gratuita.
"Pedimos que, por lo general, el que realiza el pedido sea el representante de una institución para poder centralizar la demanda”, aclaró Gil. Entre las entidades que ya recibieron máscaras de protección facial se encuentran hospitales, centros de salud, bomberos, policías y empresas que solicitan protección para sus empleados.
"En primer lugar, tratamos de cubrir la demanda de los trabajadores de los centros de salud públicos y después el de toda persona que esté en riesgo", afirmó en relación al criterio de entregas.
El proceso completo requiere de la impresión 3D de las viseras y a eso luego hay que anexarle el acetato, que generalmente proviene de radiografías que deben ser cuidadosamente decoloradas con lavandina hasta quedar transparentes.
"Es todo un trabajo decolorar la radiografía, porque hay que pasarle lavandina con una esponja hasta sacarle todo el color y recién cuando las láminas están listas se pueden armar las máscaras", explicó Gil.
Entre los que comenzaron con esta iniciativa solidaria se encuentran Juan Molina, Juan Manuel Rodríguez, Gabriel Costa, Lucas Sosa, Kevin Swinny y Augusto Catalán, que ahora forman parte de la red de casi 90 voluntarios que están dispuestos a seguir sumando más colaboración.
"En todo el grupo, somos muy pocos los que nos conocemos en persona", aclaró Gil y explicó que la urgencia de la situación y las ganas de colaborar hicieron que tuvieran que organizarse mayormente a través del WhatsApp.
Muchos de los integrantes de Rosario Imprime Salud tenían un empredimiento en el que habitualmente usaban la impresora 3D y pusieron al servicio de todos la herramienta con la que trabajan a diario. "Las máquinas tienen una vida útil y casi todos los días se rompe alguna y los repuestos no son baratos", expresaron desde el espacio solidario. Es por eso que el grupo tiene abierto los canales de donaciones, a través de los cuales los interesados pueden apoyar económicamente el proyecto o acercar elementos de utilidad, como son las radiografías.
"Estamos pidiendo ayuda económica para el proyecto a través de un link de Mercado Libre Solidario que nos facilitó la ONG Rosario en Acción. Y por otro lado nos pueden ayudar con placas radiográficas, pero pedimos a la población que se quede en su casa y por eso tenemos un acuerdo con una aplicación de delivery para buscar las placas y llevarlas a un punto donde se decoloran. Y por supuesto, todos los que tengan impresoras 3D son bienvenidos", compartió Gil y cerró: "Por cada 965 pesos donados se pueden imprimir 30 máscaras".