Un buen conductor debe estar atento a la seguridad del vehículo, la de sus acompañantes y la de sí mismo, la cual no se limita únicamente a su atención al volante, al mantenimiento mecánico o al respeto a las normas de tránsito, sino que también al cuidado de los detalles.
En muchos viajes, se suele transportar gran cantidad de elementos simples que viajan sueltos, los cuales pueden convertirse en un proyectil capaz de causar graves daños. El riesgo latente de tener un choque inesperado o una maniobra rápida suele ser subestimado por los conductores.
Los objetos que son trasladados dentro del auto y no permanecen retenidos por alguna fuerza se transforman instantáneamente en un verdadero proyectil que podría generar lesiones a los ocupantes del vehículo al momento de una desaceleración brusca o un impacto.
Al respecto, Osvaldo Aymo, especialista en seguridad vial y exfuncionario provincial, dialogó con La Capital y fue categórico al describir este riesgo: “Todo objeto que viaje adentro de un vehículo, cualquiera de ellos sea, viaja a la misma velocidad del auto, por lo que va acumulando energía cinética. Esta energía se despega violentamente ante una frenada brusca o un choque”.
“Por lo tanto, este objeto es disparado, por las leyes de la física, hacia adelante, siguiendo la misma trayectoria y la misma velocidad hasta que algo lo detenga. Son verdaderos proyectiles”, enfatizó el especialista.
Ante un momento crítico de estos, las leyes de la física entran en acción y disparan el objeto que se encuentra suelto, lo que puede impactar contra uno de los ocupantes y provocar un verdadero daño. Según explicó Aymo, esto se da por “una fórmula en que la mitad de la masa de ese objeto se multiplica por la velocidad, pero al cuadrado. Por lo tanto, lo que determina la gravedad, es la velocidad”.
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En la misma línea, explicó: “Incluso un objeto tan simple como un celular, a una determinada velocidad, multiplica exponencialmente su peso y se comporta con un peso terriblemente superior al que tiene en reposo”. Por lo tanto, la primera gran regla de la seguridad vial en el habitáculo, según Aymo, es que “tenemos que tratar de evitar que cualquier objeto que esté suelto en el habitáculo permanezca suelto mientras nosotros viajamos”.
Todo bien sujeto dentro del auto
El experto en seguridad vial hizo especial énfasis en la importancia de la sujeción de varios elementos comunes que, por su naturaleza o ubicación, requieren una atención especial en cuanto a su posición.
Uno de los ejemplos cruciales es el matafuegos o extintor. Si bien es un elemento de seguridad imprescindible que debe estar disponible para el conductor, su ubicación y fijación son vitales. El extintor, que necesariamente tiene que estar dentro del habitáculo y cerca del conductor, debe estar bien sujeto en un sitio particular del vehículo. Si este objeto, metálico y pesado, quedara suelto, su transformación en proyectil durante un choque podría ser fatal, convirtiendo un elemento de auxilio en un generador de peligro.
De la misma manera, Aymo resaltó que tanto los niños como las mascotas corren mayor riesgo si no se encuentran debidamente sujetados durante el viaje. En primer lugar, los menores son un foco central de concientización, ya que deben ser trasladados con el sistema de retención infantil.
Este sistema debe estar adaptado específicamente al peso, a la estatura y a la edad cronológica del niño o niña, garantizando que el menor vaya bien protegido. Un niño que no esté correctamente sujeto no solo queda expuesto a salir despedido, sino que también corre el riesgo de ser golpeado por otros objetos sueltos o, peor aún, por el asiento delantero si la desaceleración es extrema.
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En tanto, el especialista hizo hincapié en las mascotas, que, al igual que cualquier objeto, deben ir sujetas. Los sujetadores especiales disponibles en el mercado cumplen con esta función y su objetivo de esta sujeción es doble: por un lado, evitar que la mascota se mueva libremente por el habitáculo, distrayendo al conductor; y, por otro lado, prepararse ante la posibilidad de un accidente. La sujeción asegura que, ante un evento traumático, no sufra lesiones la mascota y tampoco los integrantes del habitáculo del vehículo.
Convivencia con el riesgo
Aymo subrayó que cualquier objeto puede transformarse en un proyectil ante una de estas maniobras, por lo que convivimos con una gran cantidad de elementos que suman riesgo, desde botellas de bebida, herramientas, dispositivos de navegación, carteras y hasta mochilas.
Todos estos elementos “pensamos que son inofensivos, pero a cierta velocidad, se transforman en proyectiles”, aseveró el especialista.
La seguridad vial requiere de revisión y prevención. El hábito permite evitar los riesgos, por pequeños o insignificantes que estos sean, y las medidas preventivas son indispensables para una conducción segura, en especial en las rutas.