Hacer actividad física es una excelente decisión para la salud. Pero hacerlo sin una evaluación médica previa puede conllevar riesgos que muchas veces pasamos por alto. “Aunque nos sintamos bien, e independientemente de nuestro nivel de entrenamiento, el cuerpo responde de manera diferente bajo esfuerzo. Y eso puede revelar afecciones que, de otro modo, permanecerían ocultas: afecciones cardiovasculares, desequilibrios ortopédicos, desequilibrios metabólicos y carencias nutricionales”, dice Lucila Araceli Zoratti, especialista en Medicina del Deporte del Instituto Cardiovascular de Rosario.
El chequeo predeportivo es una herramienta preventiva clave, ya que permite conocer el punto de partida, adaptar el entrenamiento a nuestras condiciones reales y prevenir complicaciones. Esto aplica tanto a quienes se inician en el ejercicio como a quienes vuelven después de un tiempo, o entrenan de forma habitual.
“El objetivo no es solo habilitar la actividad física sino orientar a cada persona sobre cómo entrenar de manera segura y efectiva”, resalta la profesional.
Entrenar con respaldo y responsabilidad
En este marco, el Instituto Cardiovascular de Rosario cuenta con un programa especial: Sport Test. “Lo que proponemos es realizar, en un mismo día, un chequeo completo en el que evaluamos la salud y condición física del paciente. Durante la jornada se realiza una consulta con un médico especialista en Medicina del Deporte, y de esa manera, el deportista puede intercambiar dudas sobre su salud y su rendimiento”, detalla Zoratti.
La especialista en Medicina del Deporte agrega que al finalizar el diagnóstico, se entrega un certificado de aptitud médico-deportiva válido para clubes, gimnasios o federaciones, sea cual sea la disciplina.
“Hacerse un chequeo es un paso simple que puede marcar la diferencia. Porque contar con información antes de entrenar brinda tranquilidad, permite prevenir y ayuda a disfrutar del ejercicio con mayor seguridad”, concluye.