Sin amedrentarse ante el Haka feroz, sin amedrentarse ante la temprana orfandad, un hombre dando dentelladas con su juego, su visión, sus destrezas, su solidaridad. El hijo del Tano, el que cree profundo en los valores del Deporte, un rugbier nacido acá, un apasionado alimentando su corazón try.
Cuando se queda embarazada de mí le detectan un tumor en la mama. Le dicen que le tienen que hacer quimioterapia urgente. Eso le llevaría a perder el bebé, y ella dijo: “No; que nazca y después hago el tratamiento”. Con orgullo puedo decir que mi mamá dio la vida por mí. No miento ni un poquito. Mi vieja ya estaba enferma hace cinco años, mi viejo fallece, mi vieja aguantó seis más, después fallece. Nos quedamos viviendo con mi abuela, que nos crió a mí y a mi hermana Miguelina, junto con mi club, porque fue como mi familia, como mi lugar de contención. Y así crecimos, bastante bien.
¿Cuánto recordás aquella sensación de indefensión y pérdida?
Tengo pocos recuerdos de esos momentos. La mente va negando. Nunca fui un tipo que miré mucho hacia atrás, sino que siempre viví el presente. Creo que eso me lo enseñó esa sensación de indefensión, como vos decís. Tengo recuerdos de cuando era chico, de irme a dormir y pensar: “Ojalá que mi abuela viva doscientos años. Nosotros somos chiquitos para quedarnos solos”. La incertidumbre de decir: “¿Qué va a pasar si mi abuela no está?”. Noches pensando cómo íbamos a vivir, cómo nos íbamos a mantener, qué se yo; cosas que me fueron llevando a madurar tempranamente. Y si hay algo que aprendí en mi vida es que, si bien tuve ayuda de mucha gente -a la cual le estoy muy agradecido-, aprendí que lo mejor que podés hacer es cuidarte a vos mismo, y que las cosas que hacés vos no las va a hacer nadie. Las cosas que tenés que hacer vos las tiene que hacer uno, porque seguramente eso te va a enseñar un montón para poder cuidar a los demás.
Tu padre, tu madre, vos, tres deportistas y un legado.
Mi vida estuvo ligada al Rugby. Desde que tengo recuerdos juego al Rugby. Mi papá me llevaba desde que era chico. Mi abuela me contaba que volvía llorando de las prácticas. El se enojaba. Era muy chiquito. Me ponían a jugar con los más grandes. Para mí, no había tanta gente antes. Todos mis amigos son del club, y los amigos de mi viejo jugaban al Rugby en el club. El jugaba al Rugby en el club. Fue como un legado; no solamente el Rugby, sino también el Deporte. Mi mamá también jugaba al Hockey. Las mamás de mis amigos –muchas- también habían jugado con ella. Fueron dos deportistas del club.
¿Cómo se conectan en vos el Rugby y la resiliencia?
Se me hace difícil separar el Deporte con lo que fue mi vida. A través del Deporte, yo canalizaba o llevaba adelante todo lo que tenía que enfrentar. Fue el Rugby. Podría haber sido otro deporte. Siempre puse todo en el Deporte, porque me pareció que era una salida a todo lo que me estaba pasando, y fue un acompañamiento muy lindo en toda mi infancia.
¿Y de qué se valen las personas que no tienen cerca un factor como el Deporte para salir adelante?
¿Es difícil, no? Siempre soy un hiper defensor del Deporte porque me parece que en el Rugby cometemos errores de adueñarnos de valores. Me parece que eso es del Deporte en general. El Deporte iguala, te hace competir, te hace desafiarte, te contiene. Muchas veces dentro de un entrenador, un preparador físico, alguien que está en un equipo, llega ese mentor o esa persona que te da aliento, que te puede ayudar en lo personal, lo emocional, lo económico. El Deporte en casi todos los países es política de estado porque saben que iguala, mantiene a la población saludable, y hace a la gente más feliz.
¿Qué se siente hacerles un try a los All Blacks?
En realidad, ahí lo tengo que reivindicar a Julio Farías, que fue el autor del try. Yo simplemente hice la corrida con la que casi llego hasta donde fue el try.
¿Simplemente?
Bueno. ¿Pero qué se siente? Fue algo muy lindo. Fue como el máximo sueño: estar en Nueva Zelanda, jugando cuartos de final en un mundial contra los locales, los mejores del mundo, tener personas muy cercanas que me vieron crecer, me ayudaron, terminar el partido y abrazarme con ellos. Para mí fue como devolverle un montón de cosas a la gente que estuvo cerca y se preocupó por mí y por mi hermana. Y obviamente a los que no estaban.
¿Qué creés que comentaría sobre vos hoy tu padre, el “Gringo” Senatore?
No lo sé. Sería difícil, porque yo siempre hice una construcción de mi papá. Es raro lo que voy a decir: lo lindo de no haber crecido con él es que yo siempre absorbí lo bueno. Nadie venía y me contaba lo malo. Entonces, tengo una imagen de mi papá como algo único, intocable, al igual que de mi mamá. Siempre que jugué los recordaba a ellos, y trataba de hacerlos sentir orgullosos donde estén. Eso se mantuvo también afuera de la cancha. Siempre que estaba en algún lugar que no debía, o tenía algo cerca -drogas, alcohol- que uno sabe que están mal, sentí que ellos me estaban mirando, y sentí la presión de hacerlos sentir orgullosos.
¿Cuánto de Ciudad Ovalada tiene Rosario?
Rosario es una ciudad con mucha historia de Rugby. Tenemos una unión muy fuerte dentro de las uniones del interior. Mucha gente vinculada al Rugby ha pasado por lugares importantes de la política, o por lugares desde donde ayudan a la sociedad de alguna manera. El Rugby en Rosario está bastante presente en muchos lugares. Ojalá que esté cada vez más presente porque es el deporte que me gusta y me apasiona, y que el Rugby pueda hacer cada vez más por esta ciudad. Ganamos una sola vez el Campeonato Argentino, pero siempre estuvimos en los primeros planos nacionales, con muchos jugadores en el Seleccionado Argentino. Ojalá que cada vez esté más presente, no solamente como Deporte, sino como ayuda a la sociedad.
¿Cuántas veces te ofrecieron sumarte a partidos políticos? ¿Qué respondiste?
Me ofrecieron muchas veces. No me sentí capaz de hacerlo. Quizás muchos te dicen: “Solamente con ser correcto…”. La Política tiene que dar un cambio enorme, poner gente idónea, capacitada, que haya estado o esté presente en lo que verdaderamente hace falta en la Ciudad. Gente que haya trabajado en comedores escolares, que tenga una preparación en Educación Cívica diferente, que tenga una visión. La exposición es muy difícil. No sé si podría dedicarme a la Política porque es algo donde se te expone o tenés que estar las 24 horas siendo. Se te personifica el cargo. No sé si me gustaría. Sí trato de colaborar, siempre que haya donaciones, o trabajar con Gimnasia y Esgrima en actos solidarios, con el BAR Banco de Alimentos Rosario -que hace un trabajo enorme-, con comedores. Nosotros tenemos una empresa familiar de alimentos con la que también tratamos de colaborar constantemente. No sé si hoy en día estoy capacitado para hacer Política, ni creo que me gustaría tener la exposición que tiene un político.
¿Cuál es el legado que querés dejarles a tus hijos y a la sociedad?
Siempre trato de predicar con el ejemplo. Mis hijos no van a hacer lo que yo les diga, sino van a hacer lo que yo haga. Me parece que pasa por ahí. Trato siempre de decirles que sean buenas personas, buenos amigos, buenos hermanos. Cuando les toque, buenos papás. Si les toca ser empleados, buenos empleados. Si dueños, buenos dueños. Con todas las cosas que eso conlleva. Me parece que más que escucharnos, los chicos nos ven, y son los primeros jueces. Después toman el ejemplo y lo reflejan en su vida.
Un abrazo inolvidable
Tengo un montón. Un montón. Tengo un abrazo muy marcado: fue el de Rubén Serri, cuando me tocó jugar el Mundial en Nueva Zelanda. Fue un tipo que me acompañó, no solamente como entrenador, sino como persona, como amigo de mi papá, como el tipo que me dio trabajo y me ayudó económicamente cuando lo necesité, y siempre desinteresadamente. Fue alguien al que siempre quise hacer sentir orgulloso. Ese abrazo que nos dimos después de los Cuartos de Final en Nueva Zelanda es inolvidable.
Autor: Sergio Contemori