La calidez de su voz es una de las marcas registradas de la gran Gachy Santone, una periodista y locutora que ya forma parte de la historia de la radio y televisión de Rosario. No es fácil ni importante percibir qué edad tiene porque se la ve siempre vital, joven, amorosa. Su voz se escucha en radio Lt8 desde finales del año 2000, cuando desembarcó para no irse más. Desde esa radio, son 22 años de un acercamiento permanente con los rosarinos, cada día, frente al micrófono dando su mejor versión. Pero su historia en los medios comienza mucho antes.
¿De dónde llega esta pasión?
Ella la descubre un momento duro pero que cree que fue inspirador. Tenía 14 años cuando se enfermó de hepatitis. Recuerda que en aquel momento los hacían hacer reposos interminables y además los tenían un año sin comer chocolate para que el hígado se recuperara correctamente. A Gachy le tocó estar 45 días en cama y su compañía permanente era la radio y la televisión.
De los íconos que recuerda, le encantaba Mónica Cahen D'Anvers que conducía un programa periodístico llamado “Mónica Presenta” junto a Andrés Percivale. “Ella viajaba mucho y te mostraba cosas buenas y malas. Por ejemplo, fue a uno de los países africanos a mostrar lo que sucedía bajo el gobierno de un dictador pero también iba a cubrir cosas más frívolas en París, tenía esos contrastes. Y hablaba en varios idiomas, en Roma en italiano, en Nueva York en inglés, en Alemania, alemán. Yo quiero eso, pensaba, me encantaba”, relata Gachy en esta entrevista con Sociedad donde también menciona a Juan Alberto Badía como otro de sus grandes referentes.
Su llegada a la carrera de Comunicación Social fue en el año 81. Pero antes había hecho un intento por ingresar a Ciencias Económicas, porque es hija de Humberto Santone, dueño de una zapatería de calle Cafferata y Urquiza que manejó durante 60 años de corrido. “Deberían ponerle una plaquita en esa esquina”, pide Gachy. Es que realmente tener un comercio durante tantos años seguidos es una hazaña e incluso hoy que su papá ya no está, sigue abierto al público bajo la tutela de su hermano. “En esa época pensé que quizás podía seguir Ciencias Económicas porque era hija de un comerciante y había ido también a una escuela comercial. Lo intenté, pero no sucedió”, dice. Es que si bien aprobó el examen de ingreso, había cupos reducidos para poder cursar, así que no fue de las elegidas. Pero cuando cambió de rubro y se acercó a la carrera de Comunicación en la Universidad Nacional de Rosario, logró un gran puntaje que la dejó en primera fila para comenzar la carrera.
La facultad le encantó, estudiaba mucho, era una carrera nueva que se inició en 1976 y que iba creciendo paso a paso con sus alumnos. “Tenía una vocación para estudiar, dos veranos me quedé encerrada estudiando para terminar antes, al principio me conseguía todos los libros, se los pedía prestados a profesores incluso del colegio, buscaba todo”, cuenta. Vivió esas épocas primero en dictadura, recuerda a jóvenes policías armados en la puerta del comando frente a la facultad de Derecho, ya que Comunicación comenzó en esas instalaciones antes de partir para la actual Siberia. Y luego relata la explosión de la política en el inicio de la democracia “vivir esa transición fue groso, después de Malvinas todo cambió, y la imagen que tengo es de ir corriendo carteles enormes de las nuevas agrupaciones por los pasillos para poder llegar a clase”. Pero en esa época la carrera no tenía muchas prácticas en radio y televisión y ahí fue cuando, inquieta, buscó un taller donde sí podría sumar eso que buscaba. “Roberto Lara, que es la historia viva de la radio, tenía en ese momento una escuela de locución y comencé a tomar clases con él, todo los sábados a la tarde nos quedamos mil horas ahí, él llevaba a distintos profesores, gente de los medios para que nos dieran una charla y ahí empecé con las prácticas de radio”, agrega. Ese taller fue el que le permitió su primer lugar en un medio importante de Rosario, porque en la fiesta de fin de año le pidieron que condujera el evento, sus compañeras no se animaban y ella tomó la posta sin dudar. En esa fiesta había directivos de Lt2, que al escucharla le ofrecieron ese mismo día dar su primer paso al aire. Comenzó así con un programa en la radio los sábados por la noche, estaba recién en el tercer año de la carrera, pero ya había conquistado una buena meta.
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Foto: Cecilia Córdoba / Revista Sociedad
Un raid innumerable
No alcanza una larga entrevista para poder enumerar los espacios que ocupó Gachy en la radio y televisión de Rosario. Trabajó con casi todos. Nombra de memoria muchísimos programas de radio, como Dar Frutos, en LT8, donde recuerda que fueron de los primeros que sacaban al aire a los oyentes. Fue cronista en Canal 5, allí lo más difícil que le tocó cubrir fueron las inundaciones de los años 80 con la gente desesperada tras la bajante, pero sus primeros pasos en la televisión fueron en Cablehogar. Trabajó además con Jorge Rosi en Dar en Familia, muchos años con Carlos Bermejo en sus Magazine, también hizo Locos por la Radio, Conectándonos, y nombra algunos compañeros con los que pasó grandes momentos al aire como el Indio Luque, Marcelo Mogetta, Roberto Caferra, Norberto Chiabrando, José María Barrera y Alejandro Grandinetti.
Si bien comenzó en la AM, lo cierto es que estuvo en el surgimiento de las FM locales: “Yo tuve mucho que ver con el comienzo de las FM en Rosario, porque soy de la camada que empezamos a trabajar ahí, en ese momento en la AM podías estar pero era algo más transitorio. Luego aparecieron las FM y ahí las voces más jóvenes podíamos tener continuidad”. En esa época comenzó a hacer un programa con Edgardo Mancinelli que se llamaba Solid Rock, eran momentos donde pasar por la radio un tema nuevo de una banda internacional era un golazo. Y Mancinelli lo lograba a menudo. Gachy cuenta que cuando se lanzó en Inglaterra el hitazo “The Look” de la banda sueca Roxette fue Edgardo el primero que lo trajo, porque tenía un amigo en Londres que se lo mandó sólo a dos DJ de Argentina, y él era uno.
Actualmente Gachy hace “Una tarde perfecta”, de lunes a viernes de 13 a 15 horas acompañada por el periodista Sergio Rinaldi, con quien trabaja desde el año 2001, y Cristian Cianciardo que es su productor. Le gusta mucho ese horario porque le permite un programa “más amable, nosotros tratamos de bajar los decibeles de lo que pasa, aunque cada día nos cuesta más por lo que está sucediendo en este tiempo en la ciudad. Y si hablamos de algún tema duro le tratamos de buscar una vuelta diferente”. Además, hoy conduce Mix, una agenda de espectáculos, uno de sus fuertes históricos, en televisión Regional.
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Foto: Cecilia Córdoba / Revista Sociedad
Generaciones inquietas
Gachy Santone es titular, junto a Sergio Roullier, de la cátedra de Expresión Oral en la misma carrera donde se formó en los 80. En la Universidad Nacional de Rosario le tocan tres comisiones de primer año de Comunicación Social. Los estudiantes están recién salidos de la secundaria, por lo cual le toca conocer cómo llegan año a año las nuevas generaciones a la facultad. “Los alumnos llegan muy inquietos, muy vinculados con la realidad circundante, son de interpelarte, pero no mal. Y lo que sí se da es un ida y vuelta con ellos, ya no se hace más una bajada de línea en ningún tema, sino que se pregunta cómo lo ven ellos también a los contenidos que se tocan”, explica. Pero en su cátedra no puede dilucidar cómo vendrán las nuevas generaciones del periodismo, la comunicación y afines porque están recién comenzando este camino que ella supo recorrer con amplitud. A la pregunta: ¿Qué te falta hacer? Contesta: Cine, pero se corrige al instante porque recuerda una escena breve que hizo en una película junto a Chiqui Abecasis. Eso también, ya lo hizo.