La UNR abrió la inscripción a sus residencias estudiantiles, en las primeras semanas hubo unos 200 anotados para completar las 145 vacantes que existen
Por Carina Bazzoni
Poder alquilar una vivienda es uno de los mayores obstáculos que enfrentan cada año los estudiantes que llegan a Rosario para empezar una carrera en el nivel superior. En un intento por allanar este camino, en los últimos dos años la Universidad Nacional de Rosario (UNR) abrió tres residencias estudiantiles en la ciudad. Y la oferta es cada vez más valorada, ya que actualmente permiten hospedarse pagando apenas 60 mil pesos por mes.
La UNR abrió la inscripción para sus residencias estudiantiles a fines de agosto pasado. En las primeras semanas se anotaron 200 interesados en cubrir las 145 plazas de alojamiento que existen en tres casas ubicadas en el área central de la ciudad. De todas formas, los interesados podrán anotarse hasta el próximo 15 de diciembre. Después vendrá el proceso de selección de los aspirantes.
Las residencias de la UNR son una buena alternativa para quienes quieran estudiar una carrera, pero no cuentan con un respaldo económico suficiente para afrontar los gastos de vivir en Rosario. Si bien las carreras se dictan en forma gratuita, la necesidad de alquilar, equipar un departamento y contratar servicios demanda un costo importante que no muchas familias pueden enfrentar.
El programa de residencias estudiantiles busca, justamente, allanar ese camino y facilitar el acceso a la educación superior. En Rosario funcionan tres casas universitarias que suman 145 plazas de alojamiento. Están destinadas a quienes viven a más de 50 kilómetros de la ciudad y son alumnos regulares o ingresantes a alguna de las carreras que se dictan en la universidad pública local.
"Sólo para ingresar a un departamento, las inmobiliarias o los dueños están pidiendo el pago de un alquiler en concepto de adelanto (aunque a veces piden más), un alquiler de depósito, la comisión inmobiliaria, la averiguación de garantías y los sellados. En total, eso suma entre 800 mil y un millón de pesos", advierte Emmanuel Canelli, politólogo, graduado en la UNR y presidente de la Asociación de Inquilinos de Rosario.
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Esa suma, apunta, es la que hay que reunir apenas para ingresar a una vivienda, sin contar con todo lo necesario para equiparla, proveerla de servicios y cumplir con la mudanza. "Si sumamos todo eso, nos vamos mucho más arriba del millón", apunta y señala que, claramente, los costos de la vivienda son el principal obstáculo que tienen que afrontar los estudiantes que llegan a Rosario cada año.
De acuerdo al último informe estadístico de la universidad, seis de cada diez ingresantes que se inscriben en una carrera de grado viven en la ciudad, mientras que las restantes localidades de la provincia de Santa Fe aportan un 30 % del alumnado. A su vez, el 8 % de los ingresantes reside originalmente en provincia de Buenos Aires, principalmente en los partidos de San Nicolás y Pergamino. Más atrás en la escala se ubican Entre Ríos (3 %, la mayoría proveniente del departamento Victoria) y Córdoba (1 %, la mayoría de Marcos Juárez).
El programa de residencias universitarias tiene como finalidad promover el acceso, permanencia y egreso de aquellos estudiantes que, por su situación social y económica, carezcan de recursos para costear la totalidad de un alojamiento.
La primera de las residencias se inauguró en marzo de 2022, en el inmueble de Santa Fe al 1400 que durante años albergó al Pringles Apart Hotel. Bautizada con el nombre de Ismael Casiano Bordabehere, en homenaje al dirigente estudiantil de destacada actuación en la Reforma Universitaria, la residencia cuenta con 36 habitaciones de uso compartido, un espacio común de estudio en la planta baja y otro espacio de estudio en el entrepiso, sólo para residentes.
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Durante este año, la UNR sumó una residencia más ubicada en Tucumán 2257, gestionada junto a la Municipalidad de Cañada de Gómez y El Trébol, que cuenta con 12 habitaciones de uso compartido. Y, además, se está terminando un nuevo inmueble que estará en Moreno 560, el cual será gestionado en conjunto con Venado Tuerto. La restante se encuentra en la localidad de Casilda.
Actualmente, quienes viven en las residencias están pagando mensualmente 60 mil pesos, muy por debajo de un alquiler, incluso compartido. Y si bien este valor se ajustará en febrero, la proporción se mantendrá.
Para el rector de la UNR, Franco Bartolacci, se trata de un esfuerzo que hace la universidad pública para facilitar el acceso y la permanencia de sus estudiantes en un momento de crisis económica de la cual la educación superior no es ajena.
Pese a las dificultades económicas, destacó, "multiplicamos herramientas que puedan ayudar a nuestra comunidad en este contexto económico difícil. Sabemos que la posibilidad de vivir en la ciudad para cursar una carrera universitaria es cada vez más un problema, muchas veces definitorio para continuar con los estudios", explicó y apuntó que "nos propusimos hacer todo lo que está a nuestro alcance para ayudar a los estudiantes en lo que podamos cuando se presentan dificultades que pueden afectar la continuidad de sus estudios”.
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Los aspirantes a obtener una plaza del programa de residencias universitarias, deberán ser estudiantes regulares de alguna de las carreras de grado universitarias o terciarias que se dictan en la UNR, y cursar en condición de alumno regular de manera presencial. En caso de ser ingresantes en el 2025, deberán haber completado la preinscripción a su unidad académica para poder postularse.
Además, quienes deseen postularse para obtener una plaza, deben provenir de localidades fuera del área de 50 kilómetros de la ciudad de Rosario y cumplir con todos los requisitos vinculados a los ingresos del grupo familiar que están establecidos en el reglamento.
“Estamos en un año complicado en términos presupuestarios, lo que nos genera enorme cantidad de dificultades. En el medio, seguimos haciendo cosas como estas y generando nuevos proyectos. Tenemos una firme convicción de cuál es el rol estratégico que cumple la universidad pública, y por eso vamos a seguir cooperando y buscando alianzas estratégicas para defender para poder cumplir con ese objetivo”, concluyó Bartolacci.
Se trata de la escuela de fútbol Islas Malvinas, que impulsó una campaña solidaria basada en la venta de yerba, con apoyo incondicional de los Ex Combatientes
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