La bala que provocó la muerte del fiscal federal Alberto Nisman ingresó por encima de su oreja derecha y con trayectoria ascendente, que dejó en la piel "tatuaje de pólvora", confirmó un peritaje que ordenó la fiscal Viviana Fein.
La bala que provocó la muerte del fiscal federal Alberto Nisman ingresó por encima de su oreja derecha y con trayectoria ascendente, que dejó en la piel "tatuaje de pólvora", confirmó un peritaje que ordenó la fiscal Viviana Fein.
Fuentes judiciales aseguraron que el orificio y el recorrido del proyectil son “compatibles” con una lesión autoinfligida, y la cual habría sido realizada con suficiente entidad como para causar la muerte.
Según las fuentes, el disparo está localizado a unos dos centímetros por encima de la oreja, y el mismo atravesó un hueso, pero no cuenta con orificio de salida. La trayectoria del disparo es ascendente a menos de 30 grados, según la pericia ordenada por la fiscalía, la cual investiga si fue un homicidio o suicidio, o bien un suicidio instigado.
Según interpretaciones de expertos, el arma no estaba “abocada en la sien” (es decir, no estaba apoyada sino ligeramente más atrás) y, en la hipótesis del suicidio, es determinante saber cómo tomó Nisman la empuñadura del arma, si lo hizo con la pistola de frente (en posición vertical) o de costado.
Respecto de las restantes pericias, las fuentes ratificaron que la fiscal aguarda para el miércoles próximo los resultados del examen toxicológico practicado en sangre, orina y vísceras de Nisman, quien era titular de la Unidad Fiscal Especial de la Amia, que investiga el atentado de 1994 contra la mutual judía.