El presidente de la Nación, Javier Milei, aseguró que el plan económico que lleva adelante su gestión "está funcionando", y anunció un superávit fiscal del 0,2% en el primer trimestre de su gobierno que, según indicó, representa el puntapié inicial del final "de una vez y para siempre del infierno inflacionario".
En cadena nacional desde el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, con un mensaje de poco menos de veinte minutos grabado durante la tarde de este mismo lunes, Milei afirmó que el sector público nacional registró un superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos, equivalente a un 0,2% del PBI. "Es el primero desde el año 2008", remarcó.
En su discurso sostuvo que el superávit fiscal —al que calificó como un "milagro económico" y "una hazaña de proporciones históricas a nivel mundial"— representa "el único punto de partida posible para terminar de una vez y para siempre con el infierno inflacionario que fue la Argentina desde la caída de la convertibilidad, con habernos convertido en el mayor defaulteador serial del mundo, y a tener la presión impositiva mas alta del mundo".
"La mitad del camino"
"Ya hemos recorrido mas de la mitad del camino. Este es el ultimo tramo de un esfuerzo heroico que los argentinos estamos haciendo, y por primera vez en mucho tiempo, esta vez el esfuerzo va a valer la pena", indicó.
El mandatario destacó que "este es el primer trimestre con superávit financiero desde el año 2008, un hito que debe enorgullecernos a todos como país, en particular, dada la estrepitosa herencia de la que tuvimos que hacernos cargo".
Sostuvo que el superávit fiscal "es la piedra angular desde la cual construiremos la nueva era de prosperidad de la Argentina" y recordó: "Asumimos el gobierno con un sobrante monetario peor al del Rodrigazo, una destrucción del balance del Banco Central peor que la de la hiperinflación del 89, e indicadores sociales peores a los de la crisis del año 2001".
Programa de shock
"Anunciamos desde el primer día que con nosotros se acababa el déficit y, en consecuencia, se acababa la emisión monetaria y la inflación", indicó, además de sostener que no había "tiempo para nuevos experimentos gradualistas. Avanzamos en el programa de estabilización de shock mas ambicioso de nuestra historia".
Se refirió además a "la perdida de poder adquisitivo de las jubilaciones, producida por la nefasta formula de movilidad de Alberto Fernández", dijo que hubo "una reducción del 76% de las transferencias discrecionales a las provincias, un sistema tóxico con el que el poder central repartía recursos de todos los argentinos a unos pocos que se sometían a la voluntad del gobierno nacional", y remarcó la "reducción drástica del 87% en la obra pública, históricamente vinculada al festival de corrupción que ha sido la Argentina los últimos 20 años".
Aseveró que el superávit se hizo "de una manera que es económicamente sustentable, y moralmente deseable, ya que por primera vez en la Argentina no pagan justos por pecadores".
"Vamos a dejar la vida para sacar este país del infierno que hemos recibido", sostuvo.
En un tramo de su discurso también se refirió a quienes lo acompañaban: el ministro de Economía, Luis Toto Caputo; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el titular del Banco Central, Santiago Bausili, y el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning. “Estos hombres que tengo a mi lado, estos patriotas, que tenían un país prendido fuego por delante, no sólo no le dieron la espalda, sino que corrieron hacia el fuego para intentar ayudar a sus compatriotas”, aseveró.