El nuevo ministro de Seguridad de Santa Fe, Jorge Lagna, prometió “saturar el centro y algunos barrios de Rosario con operativos de prevención de delitos (anoche se sumó a uno de ellos)” y anunció que continuará los lineamientos trazados por su antecesor, Marcelo Sain. Es decir: seguirá impulsando las reformas que el saliente funcionario plasmara en distintos proyectos que esperan su debate en la Legislatura provincial.
Desde la confirmación, el jueves pasado, de su nombre al frente de Seguridad, se sabía que la asunción Lagna estaría fuera de los cánones habituales (sin estridencia ninguna). Pero nadie imaginó que estaría expresamente vedado el acceso a la prensa. No sólo eso: que en las puertas del Salón Blanco de la Gobernación la policía tuviera la orden de impedir que las franquearan los periodistas.
La idea del gobernador Omar Perotti de cerrar el capítulo de Sain al frente de la cartera (debía cumplir la principal promesa ante el electorado de restaurar la paz y el orden perdidos durante las administraciones socialistas) con el perfil más bajo posible, casi termina en escándalo.
Es que la hora de la asunción de Lagna, las 16, se confirmó muy poco antes de su materialización. Hasta ese momento, todo fue incertidumbre. Incluso, se pensó en dejar pasar el fin de semana.
La prohibición de ingreso a la prensa a un acto público meramente institucional y formal —la asunción de un ministro— se convirtió en un hecho inédito desde la recuperación democrática. La incredulidad llevó a los movileros, corresponsales y cronistas gráficos de todos diarios, radios y televisión a corroborar in situ que no se los dejaría entrar.
El enojo fue instantáneo y esa habría sido la causa de la revisión de otra decisión anunciada y no menos extraña en democracia: que el flamante funcionario no haría declaraciones y la información se suministraría mediante un comunicado oficial.
El propio Lagna, cuya experiencia política es sobrada, evitó debutar con un escándalo mayor y accedió a un breve diálogo con los periodistas.
A Sain, su alto perfil le terminó jugando en contra. Las estadísticas demuestran el fracaso de su gestión y su estilo polémico y confrontativo lo pusieron en la mira de propios y extraños, en el umbral del inicio de los preparativos electorales.
Tanto así que la Coalición Cívica (CC) motorizó un pedido de juicio político ante la Cámara baja provincial. De ese modo, puso a Sain en un escenario que hizo saltar alarmas en el gobierno nacional.
Malestar
En la Casa Rosada estiman que al peronismo le resultará muy complicado ganar las elecciones en distritos clave como la Capital Federal, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos. El kirchnerismo es el más interesado en evitar una sangría de senadores nacionales propios.
Por eso, evalúan que el juicio político a Saín (prosperara o no) actuaría como una plataforma electoral servida en bandeja a la oposición. Con excepción del socialismo, cuyo desinterés en provocar al verborrágico funcionario, traído a la provincia por el gobierno de Miguel Lifschitz, ha sido notorio.
Frente a Sain, de quien se dijo que seguirá en el gobierno, y de los ministros de Gestión Pública, Marcos Corach, y de Gobierno, Roberto Sukerman; el fiscal de Estado, Rubén Weder; el secretario de Seguridad Pública, Germán Montenegro, y la jefa de la Policía de Santa Fe, Emilce Chimenti, Perotti recordó: “El 10 de diciembre de 2019 dejamos muy claro que tenemos el compromiso de combatir a las mafias y cortar los vínculos con el delito”.
“Con esos lineamientos seguiremos trabajando. Con esos lineamientos nos hemos esforzado todos estos meses de trabajo, en los que quiero agradecerle a Sain por su compromiso”, completó.
“Tengo expectativa en esta nueva etapa porque ya se dieron pasos muy importantes y necesarios”, continuó Perotti, quien profundizó: “Tienen que ver con el compromiso de la fuerza mayoritaria de entender que hay cuidar al vecino, dejar de lado cualquier instancia de protección o vínculo con el delito. Es algo que hay que seguir profundizando”.
Luego anunció que “habrá nuevos agentes” policiales. “Ya se sumaron más de 400 y se agregarán otros 300 federales”, detalló. “Y se sentaron las bases que nos permitirán dar un gran salto en equipamiento y en tecnología”, indicó.
A su turno, Lagna repasó su labor de 14 meses como secretario de Gestión Institucional y Social de Seguridad y reveló: “En Rosario ya planeamos operativos de saturación preventivos en las calles del centro y de algunos barrios. Voy a estar acompañando a la policía en el terreno. Me verán mucho en el territorio, trabajando y dialogando, y con el apoyo férreo del gobernador. Cuando leemos el presupuesto, hay una inversión muy fuerte en seguridad y educación”.
Premisas
En un breve contacto con la prensa tras el acto, Lagna subrayó: “Lo peor que puede pasar es partidizar la seguridad. Esto viene de hace años, no estoy acá para hablar de herencias recibidas”. Y se diferenció de su antecesor al comentar que recibió muchos llamados de oficialistas y opositores dispuestos colaborar con su gestión.
Al respecto, confirmó que la semana próximo se reunirá con los intendentes de Rosario, Pablo Javkin, y de Santa Fe, Emilio Jatón, para “coordinar el trabajo”.
Asimismo, Lagna indicó: “Espero que me reciban en la Legislatura para discutir los proyectos que son tan importantes para la seguridad”. Y aludió a su antecesor: “Sain hizo un gran trabajo, dejó las bases para una reforma policial inédita”.