"Yo nunca estuve prófugo", les dijo Ignacio Actis Caporale a los funcionarios que ayer le tomaron declaración en el Juzgado Federal Nº 4. Allí lo esperaban desde hace cuatro años y tres meses para acusarlo como organizador y jefe de una agrupación dedicadas a la comercialización de drogas en unos veinte quioscos de la zona norte rosarina. Si bien no apareció por los tribunales de Oroño al 900 de manera espontánea, sino tras haber sido capturado el domingo en el autódromo porteño minutos antes de competir en una carrera como piloto, "Nacho" u "Ojito" Caporale afirmó que jamás estuvo en rebeldía, y que cada vez que fue convocado judicialmente respondió.
En la breve audiencia en la que estuvo el fiscal federal Mario Gambacorta, este muchacho oriundo de barrio Acíndar dijo no tener nada que ver con los delitos que le adjudican y no respondió preguntas. Pero sí solicitó que no lo manden a las cárceles de Piñero y Marcos Paz porque su vida allí corre peligro.
El planteo de no haber sido un fugitivo puede dejar atónito a quien conoce la historia del caso de este hombre de 28 años, imputado de comandar al grupo de personas detenidas el 26 de septiembre de 2012 en una decena de allanamientos realizados en Rosario, Santo Tomé y Capital Federal. De todos los buscados en esa ocasión el único que faltaba ubicar era Nacho, quien se enteró de los operativos volviendo en avión de Colombia, por lo que resolvió quedarse en Lima, donde le vuelo hizo en una escala, y así evitar la suerte de sus allegados.
Sin embargo para la defensa Nacho tiene motivos formales para decir que nunca le dio la espalda a la Justicia. Lo que sostienen es que el llamado oficial a prestar declaración indagatoria por la acusación de ser abastecedor mayorista narco se concretó recién en mayo de 2014 cuando, frente a la falta de un domicilio cierto del sospechoso, se publicó en el Boletín Oficial de la Nación. Según dijo el abogado Walter Figallo, que lo representa, en ese mismo momento Actis Caporale "fue por derecho propio al juzgado a cargo de Marcelo Bailaque". Esto significa que presentó un escrito con su firma notificándose de la convocatoria y pidiendo ser eximido de prisión. No que haya estado allí de carne y hueso.
¿Por qué no acudió de cuerpo presente? Porque según alega quería declarar pero no perder la libertad dado que no reconoce los delitos que le imputan. La defensa afirma que el pedido de captura contra Actis Caporale sólo quedó activo con la publicación de la indagatoria en el Boletín Oficial. Y que desde entonces Nacho estuvo sujeto a derecho: discutió formalmente en escritos que firmaba de puño y letra contra una medida que lo dejaría preso.
Hasta la Corte
Desde junio de 2014, cuando Bailaque le rechazó la eximición de prisión por encontrarse prófugo desde 2012, Actis Caporale litiga en la Justicia Federal en un trámite lleno de incidentes. La causa pasó por la Sala A de la Cámara Federal de Rosario que según Figallo le dio la razón a su cliente sobre que había apelado dentro del plazo legal. Pero el juez desconoció el planteo, lo que dio lugar a un derrotero que hoy está en la Corte Suprema de la Nación.
La investigación llevada adelante por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) considera a Ojito como proveedor de la droga que vendía Norma "La Tía" López en unos 20 quioscos de los barrios La Cerámica y El Churrasco, en la zona norte. Al desbaratar esa red, en septiembre de 2012, fueron detenidas nueve personas, se secuestraron 4 kilos de cocaína de máxima pureza, 3 kilos de marihuana, 400 pastillas de éxtasis, 40 troqueles de LSD, varias dosis de ketamina, seis autos de alta gama, ocho armas de puño y 250 pesos mil en efectivo.
De esos nueve detenidos entonces hoy ninguno está tras las rejas por el vencimiento de los plazos de la prisión preventiva. De hecho la causa se encamina a cumplir cinco años sin fecha cierta para ir a juicio. La llamativa demora será extendida con la captura de Nacho porque se abre la etapa de producción de prueba de parte de la Fiscalía y la Defensa.
Nacho fue capturado a partir de dos llamados anónimos realizados por una mujer a las delegaciones porteñas de la PSA y de la Policía Federal. El primero revelaba que solía frecuentar una cantina llamada La Mamma Rossa en el barrio porteño de Villa Crespo. El segundo señaló que participaba como piloto de la Copa Fiesta, un torneo automovilístico en el que marchaba tercero con el seudónimo de Alex Aqua. Enterado de esas pistas, el juez Bailaque encomendó a la PSA la detención de Actis Caporale. Una quincena de hombres de esa fuerza lo apresaron el domingo en los boxes del autódromo "Juan y Oscar Gálvez", durante la puesta a punto de su Ford Fiesta, a minutos de la largada.