Desde este viernes el triángulo comprendido por las localidades santafesinas de Frontera, Josefina y la ciudad cordobesa de San Francisco, uno de los territorios más calientes de la región, se quedará sin fiscal federal. Es que el fiscal Antinarcotráfico y de Delitos Complejos de la ciudad de San Francisco, Bernardo Alberione, dejará su cargo para acogerse al beneficio de la jubilación. Pero lo que parece tan sólo un trámite burocrático y administrativo cambia su tenor cuando se rememora que el fiscal fue amenazado de muerte por bandas narcocriminales la noche del 23 de agosto de 2023. Seis meses atrás una serie de tres notas amenazantes, escritas con fibra negra sobre un cartón, le marcaron la cancha. “Alberione metete en tus cosas si querés a tu familia”, decía una al tiempo que otra fue dirigida a toda la sociedad y rezó: “Acá no se vende Coca Cola, se vende cocaína. Frontera es nuestra”. Hubo una tercera: “Frontera es nuestra, el que avisa no traiciona”.
Luego de 40 años de servicios _29 como fiscal y 9 como titular de Delitos Complejos y Narcotráfico, dos áreas consideradas “fierros calientes”, el fiscal Alberione presentó una escueta carta ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la provincia de Córdoba, Luis Angulo, anoticiando que renunciaba a su cargo. Si bien el fiscal le bajó el precio a las amenazas sufridas, admitió que sentía que eso hacía sufrir a su familia. E inclinó la balanza. Además, el funcionario viene debatiendo con las autoridades del TSJ el pago por sus servicios de manera correcta, ya que de los dos cargos sólo le pagaron por uno. Alberione tiene 62 años y desde principios de 2013 estuvo al frente de ambas fiscalías.
Una calle pavimentada separa dos localidades y dos provincias. Del lado de San Francisco la calle se llama Brigadier Bustos, el primer gobernador electo de la provincia de Córdoba. Del lado de Frontera es Brigadier Estanislao López, “el Patriarca de la Federación”, gobernador de Santa Fe entre 1818 y junio 1838, cuando murió. Esa calle con doble nombre es una excusa para separar políticamente a las provincias de Córdoba y Santa Fe y tres localidades _la tercera es la comuna santafesina de Josefina_ pero no de sus realidades.
Frontera, que hoy ronda los 12 mil vecinos en el ángulo sudoeste del departamento Castellanos, funciona como una especie de apéndice de San Francisco, cabecera del departamento San Justo, que tiene alrededor de 75 mil habitantes. Josefina es un pueblo de unos 1.500 residentes, ubicado a unos 10 kilómetros del eje Frontera/San Francisco.
Según con quién se hable, el eje del mal parece tener un epicentro en Acapulco, un barrio humilde generado hace 50 años en Frontera. Para los cordobeses, la delincuencia que tiene a maltraer a San Francisco proviene de ese lugar. Para los santafesinos, en Acapulco residen muchos sindicados como delincuentes tan sólo porque los controles son laxos o nulos. Lo concreto es que desde hace al menos dos décadas el narco se va llevando puesto todo a su paso. Sólo en Acapulco se estima que trabajan una treintena de bocas de expendio de estupefacientes.
En ese contexto, San Francisco está mejor parada. Ubicada a poco más de 200 kilómetros de la ciudad de Córdoba tiene una importancia estratégica a nivel provincial y nacional. Es la puerta de ingreso a la provincia de Córdoba de la “Ruta del Mercosur”, una traza transoceánica de 2.300 kilómetros de extensión que une a la ciudad brasileña de Porto Alegre con Santiago de Chile. Tiene presencia federal y provincial en la Justicia y en las fuerzas de seguridad.
Del lado santafesino todo es mucho más rudimentario. Frontera está ubicada a unos 150 kilómetros de Santa Fe y a 200 kilómetros de Rosario. La presencia de federales más cercana que tiene, en nuestra provincia, está en Rafaela, la perla del oeste, ubicada a unos 90 kilómetros de distancia. Con un agravante. El Juzgado federal de Rafaela, que se creó en 2006, está vacante desde febrero de 2020 tras la renuncia del juez Miguel Abásolo.
A ambos lados de la frontera interprovincial se escuchan los nombres de al menos tres bandas que están en la presunta cocina de la narcocriminalidad en esa zona: "Los Gallardo", que desde San Francisco generan terror y aparecen relacionados con negocios de alcance nacional e incluso internacional y cuyo máxima expresión es Héctor Argentino Gallardo, el Patrón; "Los Artaza", también de San Francisco, y "Los Allende", de Frontera. Estos dos últimos ligados al microtráfico, pero de menor escala.
El momento bisagra de esta zona fue en enero de 2015, cuando dos cuerpos aparecieron calcinados en el interior de un Peugeot 307 en inmediaciones del basural de Frontera. Los nombres de los muertos eran Germán Exequiel Lozada, de 34 años, y Martín “Pitín” Chamorro, de 38, ambos oriundos de la localidad santafesina de Santo Tomé y radicados desde hacía pocos meses en Frontera.
Los santafesinos, una avanzada de un grupo narco que quiso copar la parada en San Francisco/Frontera, fueron ejecutados por Franco Figueroa, un árbitro de fútbol de ligas regionales de Córdoba y Santa Fe que también se ganaba la vida como sicario y terminó siendo condenado a prisión perpetua. Un doble crimen que expuso que esta triple frontera se había convertido en escenario de guerra narco.