La noche del lunes fue de tiros, gritos y pelea en un asentamiento precario de 27 de Febrero al 7800, frente a la Unidad Penitenciaria Nº 5, la nueva cárcel de mujeres. Pasadas las 23 cuatro hombres ingresaron a uno de los pasillos del lugar, se metieron de prepo en una casa en la que tres hombres y una mujer compartían la cena y hubo una balacera que terminó con uno de los intrusos muertos y tres de los comensales heridos. El dueño de casa, en tanto, escapó del lugar y poco después terminó tras las rejas al presentarse ante la policía. En las próximas horas será acusado por el homicidio aunque quizás con el atenuante de la legítima defensa.
Mientras tanto, en el vecindario ayer a la mañana se hablaba de que los atacantes llegaron a los gritos diciendo que en esa zona solo vendía drogas “el Morocho”, aunque los pesquisas de la Agencia de Invetigación Criminal (AIC) sostuvieron que los primeros indicios apuntan a que sólo fue un robo violento repelido por quienes estaban en la vivienda y no un tema de drogas.
“Los tipos llegaron a los gritos y disparando con cuatro armas”, sostuvieron algunos residentes del lugar. “Eran cuatro que corrían, gritaban y disparaban. Quisieron sacar a unos que venden drogas en una casilla que está en el pasillo y uno le gritó que «esta es zona del Morocho»”, en relación a Claudio Javier Mansilla, el único prófugo de la espectacular fuga de ocho internos que se produjo el 27 de junio del año pasado en el penal de Piñero.
Lo cierto es que desde adentro de la casa atacada, supuestamente hubo respuesta armada y como consecuencia del intercambio de balas murió Sergio Abraham “Puque” Giménez, de 26 años, domiciliado en Villa Gobernador Gálvez y abandonado por sus cómplices en el lugar; mientras que resultaron heridos Gonzalo Antero V., de 50 años y nacionalidad paraguaya, con un balazo en el brazo izquierdo; y Hernán C., de 19 años, por el roce de una bala en el cuero cabelludo.
Horas más tarde, el dueño de casa, Ramón Angel “Chaqueño” Z., de 41 años, se entregó en la comisaría 32ª tras haber pasado por el Hospital de Emergencias donde lo atendieron por una herida provocada por el roce de un proyectil.
En medio de la cena
Como toda incursión nocturna en un asentamiento donde no sobran las luces, la del lunes en el extremo oeste de la ciudad fue confusa. Según algunos vecinos “en un momento ingresaron al pasillo cuatro tipos, dispararon, corrieron por el campo y la vía lindera y de pronto cayó alguien, uno que le decían Puque. Se escuchaban gritos «Puque no me dejés, la puta madre. Chaqueño, le diste a mi primo»”.
El ataque se cometió cuando el Chaqueño cenaba con su pareja, Brisa R., de 21 años y descendiente de una familia conocida en la zona del barrio Santa Lucía por las andanzas criminales de algunos de sus integrantes. Junto a ellos estaban los heridos Gonzalo V. y Hernán C. De acuerdo a lo que la mujer relató a los policías, “entraron cuatro hombres con armas en las mano y gritaron «Chaqueño dame la plata» y comenzaron a golpearnos a todos”.
“Uno empezó a tirar para todos lados adentro de la casilla y a nosotros nos robaron la plata, los celulares y se fueron”, declaró la joven. En la confusión, uno de los atacantes le preguntó a otro «¿Dónde está Puque» y cuando salieron lo vieron tirado en el pasillo”, agregó.
Los agentes de la División Homicidios de la AIC recibieron el relato de un testigo que les dijo que “el autor de varios disparos y tal vez del homicidio habría sido el Chaqueño”, y una familiar de este hombre aseguró que su pariente había resultado herido y que se habría refugiado en la casa de su madre. Hasta allí fue una brigada policial pero el buscado no estaba, se había ido al Heca para atenderse de una herida y desde allí a la comisaría 32ª.
En lo que hace al móvil del salvaje ataque todo el barrio dice saber por qué fue y hasta suponen quiénes son los responsables. “El lunes fue el final de un montón de cosas. El domingo se escucharon tiros y después una explosión. Quemaron un auto en una calle atrás de la vía que comunica barrio Santa Lucía con Godoy. Acá a veces aparece un muchacho golpeado o muerto y dicen que la vía era un lugar de descarte de (Nelson) «Pandu» Aguirre (quien cumple condena por un homicidio y supo liderar una banda narcocriminal desde villa Banana hasta Santa Lucía) y ahora parece que el Morocho le sacó el territorio”.
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Y cuando se habla del Morocho se refieren a Claudio Javier Mansilla, el único prófugo de los ocho internos que lograron escapar el 27 de junio de 2021 del penal de Piñero. Estaba preso imputado por un doble homicidio cometido el 23 de septiembre de 2018 frente a un pasillo de Lima al 2100 del que fueron víctimas Kevin Nieri, de 16 años, y Leonel Bubacar, de 18, a quienes Mansilla acusaba de trabajar para un competidor en el negocio narco que le quería arrebatar el territorio. Si es recapturado, además de esa condena a 25 años por los crímenes, deberá afrontar una imputación por haber pagado 100 mil pesos y ordenar desde la prisión la muerte de Mauricio Gómez, un pibe de 21 años baleado por el mismo motivo.
Otro vecino sostuvo que “en la casilla que atacaron se vende drogas desde hace por lo menos cuatro meses y los que disparaban se llamaban en la noche mientras tiraban por que no se veían entre sí. Acá no hay luz. «Puré, Pucho, Puque» gritaban, y lo insultaban al Chaqueño. Dicen que ese hombre vende para él mismo y por eso lo quieren sacar de la zona”.