Un joven fue condenado a tres años de cárcel por reducir celulares robados. Se trata de Tomás Refojos, de 24 años, quien fue detenido en mayo del año pasado y ahora acordó la pena en un juicio abreviado homologado por el juez de primera instancia Carlos Leiva.
La investigación que concluyó con la condena de Refojos tuvo su origen en el robo de tres teléfonos celulares Iphone el 23 de mayo de 2024 en el predio del Club Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER): uno modelo 13 Pro negro, un Iphone 11 rojo y otro modelo 14 de color blanco. La geolocalización de los dispositivos los ubicaba en dos domicilios alternadamente. Uno que era imposible de constatar por encontrarse en un asentamiento sin demarcación de calles y casas, y el otro en Biedma al 3800.
Los investigadores constataron entonces que allí vivía un joven que purgaba en libertad condicional una condena por hechos vinculados a teléfonos de esa misma marca, así como estafas mediante phishing. Mientras tanto las víctimas de los robos seguían viendo cómo dos de los teléfonos sustraídos en el club aparecían en ese mismo domicilio.
Celulares robados
En ese marco el fiscal José Luis Caterina requirió una orden de allanamiento y la tarde del 25 de mayo del año pasado, sobre las 17, fueron a requisar la casa en cuestión. Momentos antes de que ingresaran los policías, un persona que estaba en la vivienda se escapó por la terraza hacia una casa vecina y regresó minutos después. Los policías que lo vieron decidieron entonces recorrer el camino que había hecho esa persona y así encontraron, en un domicilio lindero, trece celulares Iphone tirados en el garaje.
La orden de requisa fue ampliada en ese domicilio lindero se hallaron los primeros trece teléfonos de la tarde. Y dentro de la casa, agregaron los voceros judiciales consultados, se secuestraron otros 24 teléfonos móviles —en su mayoría Iphone y también algunos Samsung—, dos computadoras y una plancha utilizada para reparar módulos. Además hallaron dos armas de fuego cargadas escondidas debajo de una bolsa blanca para arena en la terraza: una escopeta de caño recortado calibre 16 sin marca ni numeración visible lista para usar y otra calibre 22 milímetros que no era apta para disparar.
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El procedimiento terminó con la detención de Refojos y otro joven que se encontraba en la casa, Kevin Alejandro G. Entre los teléfonos encontrados estaban los que habían sido sustraídos en el club GER, que fueron devueltos a sus dueños. En ese marco también la Fiscalía Regional 2 solicitó a quienes habían sido despojados de teléfonos de esa marca se presentaran en sede judicial a constatar si alguno de los equipos recuperados en el allanamiento les pertenecía.
Tres días después los dos jóvenes fueron imputados como autores de “encubrimiento agravado por habitualidad y ánimo de lucro”, así como la tenencia ilegítima de arma de fuego de guerra. En esa audiencia el juez Alejandro Negroni tuvo les dictó la prisión preventiva a ambos por el plazo de ley de hasta dos años.
Juicio abreviado
Poco más de un año después Refojos resolvió su situación mediante un procedimiento abreviado en el cual aceptó una condena a tres años de cárcel. A partir del acuerdo el joven se declaró culpable de cuatro hechos de “encubrimiento agravado por habitualidad y ánimo de lucro” en concurso real con la tenencia ilegítima de arma de fuego de guerra.