El único policía preso por el crimen de Jonatan Herrera, el joven acribillado al ser confundido con un ladrón cuando lavaba el auto frente a su casa en 2015, obtuvo ayer el cese de prisión. La medida fue resuelta en forma unánime por un tribunal de tres jueces y se hará efectiva desde el próximo lunes, cuando el efectivo habrá cumplido los dos tercios de su condena a 6 años y medio de prisión. Entonces, el agente de la Policía de Acción Táctica (PAT) Ramiro Rosales recuperará la libertad con algunas restricciones, como la prohibición de mantener contacto con los familiares de las víctimas y la obligación de fijar un domicilio.
Rosales fue el policía que obtuvo la pena más alta entre los cinco que en 2017 llegaron a juicio oral y público por el crimen del joven de 23 años, quien quedó indefenso ante una lluvia de balas policiales el 4 de enero de 2015. Las pericias acreditaron que el arma de Rosales disparó uno de los dos balazos letales que alcanzaron al muchacho: el que le afectó la arteria hipogástrica. No se descubrió quién fue el autor de otro balazo mortal que lo hirió en la cabeza.
El agente, que recién ingresaba a la PAT tras recibir una breve instrucción, fue condenado a 6 años y medio de prisión como autor de un homicidio culposo, es decir, cometido sin intención directa de matar a Jonatan aunque de manera negligente y temeraria. La pena fue confirmada el mismo año por la Cámara Penal pero la condena aún no se encuentra firme.
Es que la Fiscalía y los abogados querellantes que representan a la familia de Jonatan presentaron un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema provincial. Señalan que el policía actuó con dolo —es decir, con intención de matar— y reclaman la prisión perpetua. El máximo tribunal aún debe pronunciarse sobre el caso y puede sugerir modificaciones.Es por esto que Rosales, preso en Piñero, no ingresó aún al régimen de ejecución de la pena, algo que sucede cuando la condena está firme.
En ese marco, el defensor público Mariano Bufarini solicitó ayer el cese de prisión de Rosales. Lo hizo en una audiencia gestionada por él ante el mismo tribunal que estuvo a cargo del juicio: Carlos Curto, Juan José Alarcón y Román Lanzón, este último en reemplazo de Rodolfo Zvala. Les pidió a los jueces que evalúen el tiempo que lleva Rosales en prisión preventiva: el próximo domingo cumplirá 4 años y 4 meses detenido. Este plazo equivale a los dos tercios de su condena. Lo que, en caso de contar con una sentencia firme, le permitiría obtener la libertad condicional.
El defensor solicitó además que se aplique el principio de igualdad, ya que otros dos policías condenados por disparar en la escena aunque sin herir a Jonatan obtuvieron una medida similar tras el juicio. Y remarcó que no hay peligro de fuga porque desde octubre cuenta con salidas familiares sin inconvenientes y su conducta es ejemplar.
El fiscal Luis Schiappa Pietra —en reemplazo de Adrián Spelta— y el querellante Santiago Bereciartúa —por la madre de Jonatan— se opusieron al pedido. La querella consideró que existe una alta probabilidad de que vuelva a juzgarse el tema con un pedido de prisión perpetua. Pero luego de un cuarto intermedio para deliberar los jueces resolvieron otorgarle la libertad, una medida que recién se concretará el lunes.
El tribunal basó su decisión en el cumplimiento de los plazos procesales. Así, a partir del lunes Rosales deberá fijar un domicilio y no podrá acercarse a la familia de la víctima. Con esta decisión, que fue repudiada por la Multisectorial Contra la Violencia Institucional (ver aparte), no quedarán detenidos por el caso.
El hecho
Jonatan era papá de un bebé y trabajaba como repositor en Falabella. El 4 de enero de 2015, a las 15.15, lavaba su Volkswagen Gol frente a su casa de pasaje Villar y Ayacucho cuando apareció un joven al que seguían por asaltar una juguetería. El lugar se convirtió en un infierno de tiros. El ladrón, Brian Vespucio, era perseguido por una patrulla del Comando Radioeléctrico de la que bajaron tres policías y le dispararon. Entre ellos iba Gladys Galindo, quien un año y medio después fue acusada de efectuar el disparo letal a la cabeza de Jonatan pero terminó absuelta por falta de pruebas.
La escena fue advertida desde un colectivo de la línea 133 por más de diez agentes de la PAT con escasa y reciente instrucción. Ramiro Rosales, Francisco Rodríguez, Luis Sosa y Jonatan Gálvez bajaron y se sumaron a los tiros. Herrera fue baleado de muerte cuando intentaba refugiarse de las balas detrás de un árbol.
Las condenas
En octubre de 2017 la Cámara Penal confirmó la condena a Rosales. Los otros tres policías de la PAT habían sido condenados a 3 años y medio por abuso de armas pero el tribunal de apelación redujo sus penas. Sosa y Gálvez quedaron condenados a 3 años y 2 meses de ejecución condicional y Rodríguez a 2 años y 8 meses.
En agosto de 2018 el mismo tribunal que juzgó a Rosales rechazó un pedido de la defensa para que éste accediera a salidas laborales y una morigeración del régimen de arresto debido a que había sido padre y eso lo obligaba a tener un ingreso a fin de sostener al bebé. Pero ante los plazos cumplidos en prisión ayer los jueces adoptaron una decisión favorable al policía condenado.
Repudio y advertencia
La Multisectorial Contra la Violencia Institucional manifestó ayer en un comunicado que la libertad al policía Ramiro Rosales “es consecuencia de prácticas de policías, de fiscales y jueces que no investigan adecuadamente estas graves violaciones a los derechos humanos”. Y advirtió que la decisión de otorgarle la libertad genera inquietud a los padres de Jonatan, “que han sido sistemáticamente amenazados y hostigados por las fuerzas policiales desde el asesinato de su hijo”.