Un hombre de 25 años murió de un balazo al enfrentarse con policías en la zona norte de la ciudad. Junto a un cómplice, de acuerdo a fuentes policiales, había colocado un tronco en plena calle para detener a los automovilistas con el fin de asaltarlos. Pero el paso de dos policías en una moto, que vestían uniforme porque iban a tomar servicio, generó un imprevisto. Los efectivos resistieron el robo y se produjo un intercambio de disparos. Uno de los uniformados recibió dos balazos en el pecho pero salvó su vida porque llevaba el chaleco antibalas.
El incidente se produjo ayer a las 8 de la mañana sobre el puente de Sorrento y Cavia, en inmediaciones del Bosque de los Constituyentes, cerca del barrio Parque Casas. A esa hora pasaban por allí en moto dos empleados policiales, uno de los cuales presta servicio en el Comando Radioeléctrico y el otro en la Policía de Seguridad Vial. Según voceros de Jefatura de Unidad Regional II ambos se dirigían a prestar un servicio adicional.
Trampa. Al pasar por el puente los uniformados se toparon con tronco atravesado que los obligó a bajarse de la moto para correrlo. Entonces que aparecieron dos hombres, uno de ellos armados, con intención de robarles. Pero no imaginaron que sus víctimas eran policías que se resistieron.
Se desató entonces un enfrentamiento. Un agente recibió dos impactos de bala que, según comentó una alta fuente de Jefatura, le abollaron la superficie del chaleco reglamentario. "El policía repelió el ataque y uno de los delincuentes murió. El otro escapó en apariencia herido", consignó el oficial superior que habló con este diario.
Testigo. El relato de los policías coincide con la visión que un testigo ofreció posteriormente. "Se trata de un conductor que pasaba por el lugar y observó un tronco colocado sobre el asfalto y dos personas agazapadas junto al guardarrail del puente. De acuerdo a su palabra salieron desde el norte y se dirigieron hacia el lugar desde donde venían los policías", señalaron fuentes de la Fiscalía de Homicidios.
Cuando se produjo el enfrentamiento los ladrones intentaron escapar. Uno lo hizo por una escalera que conecta ese enlace con un asentamiento precario. El otro no alcanzó a bajar porque estaba muy malherido.
"La situación fue impresionante. Al observar el chaleco del empleado policial se ven las dos hendiduras de los balazos. Una a la altura del pecho y la otra del abdomen", sostuvo el portavoz del caso. El fiscal Miguel Moreno envió a pericias ese chaleco.
El parte preventivo de la comisaría consigna que el muchacho que resultó muerto llevaba una billetera con documento a nombre de Carlos Vicente Godoy. La identificación dactiloscópica efectuado por el Gabinete Criminalístico corroboró que se trataba de esa persona. Tenía 25 años y tenía domicilio en Garzón al 1300 bis, en Empalme Graneros.
Junto al cuerpo del hombre abatido, afirmaron las fuentes, quedó una pistola calibre 22 largo marca Rossi, supuestamente el arma accionada contra el agente, con cinco vainas servidas y un cartucho intacto. El otro asaltante huyó herido.
Modalidad. La modalidad de colocar obstáculos para cometer robos es ampliamente conocida en la zona donde se dio este incidente.
A cuatro cuadras de allí, en Washington y Pavlov, el 17 de marzo de 2007 fue asesinado Aroldo Serafín Guglielmetti, un camionero de 71 años que recibió dos puñaladas en un atraco. Al parecer, la víctima se había adentrado en barrio Parque Casas a raíz de los desvíos originados en piquetes de Circunvalación y Baigorria. Según comentaron entonces fuentes policiales se topó con un tronco en una esquina que lo obligó a detenerse.
El camionero falleció por dos profundas puñaladas, una en el cuello y otra en el tórax, tras resistir el asalto y forcejear con los delincuentes, que no pudieron concretar el atraco ya que en la cabina del camión la policía encontró 1.800 pesos en una campera.
Casi seis meses fue procesado un joven de 25 años, Cristian Barquero, de apodo "Lento", sindicado como autor del crimen por sus vecinos y por un adolescente que lo acompañó a cometer el hecho.