La jueza Silvia Castelli rechazó esta semana los pedidos de libertad solicitados por la defensa de Hernán Lazo, acusado como co-autor en el homicidio de Rocío Gómez en 2011, y dispuso la prórroga extraordinaria de prisión preventiva por el plazo de 4 meses.
La revisión de la medida cautelar se llevó a cabo este 1 de agosto en una audiencia en el Centro de Justicia Penal por los cargos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y robo calificado, ambos hechos en concurso real entre sí y en carácter de co-autor.
Hernán Facundo José Lazo tiene 42 años y fue apresado en agosto de 2021 en la localidad bonaerense de Chiclana, a 18 kilómetros de Pehuajó, tras permanecer prófugo durante una década. Lo buscaban por el aberrante femicidio de Rocío Daiana Gómez, una adolescente de 17 años a la que privaron de su libertad, mataron y descuartizaron en febrero de 2011 en la zona norte de Rosario. Por el caso ya habían sido condenados su hermano, Juan José “pujan” Lazo y Jonatan Raúl “Joni” Vargas. Pero él se había escapado. Una vez capturado la Justicia local dispuso en una audiencia dos años de prisión preventiva mientras se avanza en el proceso de imputación en el marco del sistema penal que rige desde 2014, es decir tres años después de cometer el crimen por el cual está acusado.
El 25 de febrero de 2011 Rocío Gómez se fue de la casa de sus padres en el barrio Norte de San Lorenzo. Se llevó a su bebé, un bolsito con algunas prendas de vestir y su documento. Al día siguiente la adolescente llamó a Norma, su madre, para que le llevara la moto que habían comprado hasta la casa de quien era su pareja, Pijuán Lazo. El hombre tenía una pequeña granja en el barrio La Cerámica y dijo que le iba a comprar la moto para ayudarla con la mala situación económica que atravesaban. La mujer cumplió con el pedido y con Fernando, su concubino, fueron hasta esa vivienda en las dos motos de la familia.
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Cuando Norma y Fernando llegaron a la casa de pujan en Valle Hermoso al 1200, donde funcionaba una pequeña despensa, recibieron un buen trato por parte de Lazo, su hermano Hernán Facundo y Joni Vargas. Pero cuando la mujer quiso hablar con su hija, a quien vio con la cabeza rapada y atada con cintas de embalar, y trató de acercarse a su nieto, la situación cambió, Pijuán sacó un arma de fuego y le empezó a gritar a Norma.
Obligada y abusada
Cuando su pareja intentó intervenir, le pegaron un culatazo en la cabeza y le colocaron una bolsa de nilón para ahogarlo mientras a ella la obligaban a firmar los boletos de compra venta de las motos. Luego, según denunció la mujer, abusaron sexualmente de ella y su hija y finalmente los echaron no sin antes amenazarlos de muerte si contaban lo sucedido.
En tanto, en la audiencia de prórroga, realizada el 1º de agosto, el Fiscal Alejandro Ferlazzo le atribuyó que el 27 de febrero de 2011, en horas de la mañana, cuando la madre de la víctima y su concubino se dirigieron al domicilio del hermano del imputado Pijuán Lazo y ya condenado. Se dirigieron al lugar con dos motos con intenciones de vender una de ellas. Ya en el domicilio de mención, el imputado, su hermano, dos hijos menores de su hermano y otros dos sujetos, comenzaron a efectuar golpes en todas partes del cuerpo a las víctimas.
Sus restos
Nada más se supo de Rocío y su bebé hasta agosto de aquel año. Por entonces Norma y su familia ya se habían mudado del barrio Norte de San Lorenzo a la provincia de Buenos Aires por temor a represalias y allí hicieron la denuncia de lo ocurrido. La búsqueda de la adolescente y el niño tuvo novedades recién el 8 de mayo de 2011, cuando el pequeño apareció abandonado y a salvo en un descampado de San Nicolás. Tres meses más tarde, el 13 de agosto se hallaron los restos de Rocío enterrados en un pozo tapado con cal en una casa abandonada de Martín Fierro al 600, en La Florida, que Pijuán había alquilado para poner un bar. Cuatro días después su negocio de Valle Hermoso al 1200 fue incendiado y saqueado.
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El 22 de septiembre de 2011 Pijuán fue apresado en un comedor comunitario de Granadero Baigorria donde se estaba aguantando. Según dijo la policía, estaba tomando mates con Joni, también acusado por Norma como uno de sus agresores. Tres años más tarde Lazo fue condenado a 15 años de cárcel por los delitos de privación ilegítima de libertad doblemente agravada por el uso de violencia, amenazas o venganza y por el uso de armas de fuego en dos hechos, así como el robo calificado por el uso de arma de fuego, lesiones y homicidio simple, además de la tenencia ilegítima de un arma de guerra. A Joni Vargas, en tanto, le dieron 7 años y medio de prisión por privación ilegítima de libertad doblemente agravada, robo calificado y lesiones.∏