La investigación judicial por el ataque que sufrió Walter Romero, un muchacho de
21 años que quedó parapléjico al recibir un disparo en la columna cuando intentaron robarle la
moto, arribó a una primera resolución. Una chica de 19 años fue procesada como coautora de robo
doblemente calificado por la utilización de arma de fuego y por haber causado lesiones gravísimas,
pero además agravado por la participación de un menor de 18 años.
La acusación recayó sobre Romina Soledad Andino y es preliminar. El juez de
Instrucción Jorge Baclini halló pruebas o indicios concretos de su probable participación en el
episodio que dejó a Romero sin movilidad. Si ese cargo quedara firme la joven enfrentará un juicio
en el que se establecerá si es culpable o inocente.
Igual reproche enfrenta en un juzgado de menores Alexis C., alias Puflito, de 17
años y pareja de Romina. La policía lo sorprendió con la moto de la víctima y en un allanamiento en
su vivienda, que compartía con Romina, se halló una funda que pertenecía a ese rodado.
Andino fue procesada por Baclini, quien además de transformar en prisión
preventiva su actual estado de detención le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir 10 mil
pesos. El juez le imputó el hecho luego de que uno de los testigos principales de la causa, el
muchacho que acompañaba a Romero aquella noche, la reconociera sin dudar y con claridad en una
rueda de presos como la mujer que lo tomó de un brazo y lo hizo caer de la moto, un segundo antes
de que su cómplice disparara sobre su amigo.
El ataque. Eso ocurrió la noche del 28 de octubre pasado, quince minutos antes
de la medianoche. Romero y un amigo habían salido en moto para comprar una gaseosa. Walter iba al
mando de su Yamaha Crypton color azul y el otro joven en el asiento del acompañante. Cuando
circulaban por el pasaje Holmberg entre Laprida y Buenos Aires, frente a una plaza, fueron
sorprendidos por una pareja que aprovechó el instante en que Walter bajó la velocidad para
atravesar un lomo de burro.
La mujer, descripta por los testigos como petisa, morocha y de cabello largo y
suelto, tomó de un brazo al que iba de acompañante y les gritó que se quedaran quietos. Ante esa
acción Walter aceleró. Su amigo cayó al pavimento y, asustado, corrió en busca de auxilio. El
ladrón que acompañaba a la joven extrajo un arma y disparó. Después los dos huyeron en la Yamaha.
La bala dio en la columna de Romero, quien quedó parapléjico y ya no podrá volver a caminar.
Tres días después, la policía detectó en Moreno al 6300 a cuatro jóvenes que
estaban alrededor de una moto. Enseguida establecieron que se trataba de la moto robada a Romero.
El que estaba sentado frente al manubrio era Alexis C., un chico de 17 años con antecedentes
penales. El muchacho estaba en pareja con Andino. Luego, la policía allanó la casa en la que vivían
y allí secuestró una funda cubreasiento con la inscripción "Yamaha" , luego reconocida por la
víctima como la que cubría la butaca de su moto.
La discusión. Tanto Andino como Alexis negaron tener alguna vinculación con el
hecho. Ella dijo que la moto fue llevada a su casa por su concubino y que desconocía el origen.
También afirmó que la habían confundido en su fisonomía con una prima, cuyo nombre es Emilse. El
chico dijo que no estaba subido a la moto cuando la policía lo detuvo. Apuntó a Sebastián P. como
el que estaba atrás y un tal Jorge, en el manubrio. Afirmó que el día y la hora del ataque estuvo
en casa con su novia, su mamá y su hermana.
El juez Baclini desarticuló esos dichos: adujo que se comprobó que en el hecho
participó una pareja conformada "por un pibe y una mujer gorda, de pelo con colita y de un metro
sesenta de altura, datos que coinciden con los de la acusada, a tal punto que el testigo que iba
con la víctima, al practicar reconocimiento en rueda de personas, casi dos meses después del hecho,
con total claridad y sin ningún tipo de dudas sindicó de entre la fila de cuatro integrantes a la
imputada Andino".