El 27 de mayo pasado, Nicolás Andrés Rodríguez, de 23 años, fue asesinado de un tiro en la cabeza luego de mantener una discusión en una parrilla de Presidente Perón al 6200 con Isaías Gutiérrez, quien le gatilló un tiro en la cabeza. Gutiérrez se entregó una semana después en Fiscalía. La tarde de este viernes, en la audiencia imputativa por el homicidio, el juez Florentino Malaponte dictaminó la prisión preventiva a Gutiérrez por el plazo de ley —dos años— al atender el pedido del fiscal Lisandro Artacho. Los delitos imputados son homicidio doblemente agravado con arma de fuego y tentativa de homicidio. La pena en expectativa es de 14 años, según planteó Artacho.
Rodríguez cenaba con un amigo ese lunes por la noche en una parrilla de Presidente Perón y Campbell cuando se produjo la pelea con tres personas que estaban en otra mesa. A las 21.27, la víctima salió del lugar con su acompañante y se encontró con otros allegados que habían acudido allí tras haber sido alertados por la tensa situación. Al intentar retirarse, algunos se subieron en un auto Renault Sandero gris y otros, en un Volkswagen Polo azul. En una serie de fotos mostradas por la Fiscalía durante la audiencia se observa que Rodríguez ingresó al Polo y Gutíerrez la emprendió a tiros contra el auto. La policía recogió siete vainas calibre 9 milímetros. Algunos dieron en ese vehículo y otros en la Sandero, donde un amigo de Rodríguez recibió otro disparo pero que no fue fatal.
Minutos antes, y según se reconstruyó durante la audiencia, un grupo de dos personas, entre quienes estaba Rodríguez, ingresó a la parrilla con un amigo y un instante después lo hizo Gutiérrez con dos personas. Pidieron la cena. En la mesa de Rodríguez milanesas; en la de Gutiérrez, pastas. Rodríguez fotografió el plato con la napolitana y la envió a su primo. "Vení Ale, me quieren pegar", lo alertó. En la foto se veía a Gutérrez en segundo plano, que se dio cuenta que aparecía en la foto y eso no le gustó.
El dueño de la parrilla, Omar H., observó que los grupos se miraban y se hacían señas y pensó que eran cinco personas que planeaban asaltarlo. Así que les llevó las respectivas cuentas de mesa. Durante la comida se produjo un entredicho entre los dos grupos. Según se reconstruyó, el grupo en el que estaba Rodríguez desafió al otro y Gutiérrez les contestó. En tanto, el primo del joven asesinado estaba en camino y minutos después llegó con botellas y palos en mano a la puerta de la parrilla.
El dueño del lugar le dijo a Rodríguez que se fuera y Gutiérrez quedó adentro. En esos instantes se comunicó con su primo de 14 años y le indicó que le trajera un arma y al calcular el tiempo de llegada salió a recibirlo.
Ya eran cerca de las 21.30 y Rodríguez y su amigo estaban afuera junto al primo de Nicolás y otros amigos, algunos con botellas y piedras en mano. Gutiérrez salió y "agredió verbalmente" al grupo. Cuando llegó su primo, Isaías tomó el arma y disparó contra los autos. A Nicolás le impactó un tiro fatal y al otro joven, que había llegado con Nicolás y estaba en otro auto, también le disparó hiriéndolo de gravedad. Luego de disparar, Gutiérrez corrió hacia Barra junto a su primo, menor de edad, quien se encontraba en su bicicleta. Tal vez fue hasta la casa de sus padres, que viven por Barra y a pocos metros de avenida Perón.
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El homicidio causó conmoción ya que, aparentemente, una tonta discusión en una parrilla terminó en un homicidio. Pero varias dudas se impusieron: una de ellas era si se conocían integrantes de ambos grupos. Y si, según el fiscal tenían conocidos en común. Aparentemente un amigo de Nicolás le había robado a Isaías un tiempo atrás y de esa situación se conocían. Las otras dudas deberán ser despejadas durante la investigación a lo largo de estos dos años de prisión que cursará Gutiérrez.
Durante la audiencia, el fiscal Artacho detalló cómo se llegó a Gutiérrez, quien no tenía antecedentes. Fue por la foto que le sacó Rodríguez. Sus amigos averiguaron en el barrio quién era, tal vez lo conocían, y compararon sus fotos con fotos de páginas de Facebook y así llegaron a la pareja de Gutiérrez y luego a él, quien ya estaba plenamente identificado. Se hicieron distintos allanamientos pero Gutiérrez no aparecía. El martes balearon la casa de los padres de Gutíerrez y un día después el muchacho se entregó.
En la audiencia, los defensores de Gutiérrez, encabezados por el penalista Juan Ubiedo, solicitaron la prisión domiciliaria y una caución de un millón de pesos. La familia de Gutiérrez se ocupa del negocio de reciclado y el muchacho no contaba con antecedentes penales. Pero el pedido fue desestimado por el juez Malaponte, que tuvo por formalizada la audiencia imputativa y dictó para Gutiérrez la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.