Braiton Ezequiel Cejas fue asesinado en medio de una lluvia de balas que en octubre de 2020 dejó otros cuatro heridos en Nuevo Alberdi. El joven de 20 años fue alcanzado por plomos que atravesaron la ventana de su casa y que fueron disparados desde una moto con tres ocupantes. Como autor del ataque, este lunes comenzó a ser juzgado un joven para quien el fiscal Ademar Bianchini pidió 28 años de condena. Según la investigación, el ataque estuvo ligado a una banda criminal de la zona.
Ramón Daniel Barrios afronta desde este lunes un juicio ante los los jueces Gustavo López Urrechu, Nicolás Vico Gimena y Alejandro Negroni como autor de un homicidio agravado y de una triple tentativa, además de la portación de arma de fuego. Bajo ese encuadre el fiscal pidió que sea condenado a 28 años de prisión, mientras que el defensor público Cesar Baroni solicitó la absolución.
Para el fiscal las evidencias colocan a Barrios como el tirador de los alrededor de 15 balazos que dejaron cuatro víctimas heridas, mientras que el defensor sostiene que las pruebas no son suficientes para desvirtuar el estado de inocencia del acusado. Si bien no negó la existencia de los hechos, aseguró que testigos podrán demostrar que su defendido se encontraba en otro lugar con otras personas.
El ataque que se debate en el Centro de Justicia Penal ocurrió el 14 de setiembre de 2020 en Nuevo Alberdi. Aquella noche, cerca de las 23.30, tres hombres en una moto marca Skua se detuvieron frente a una casa de Servellera al 3900, a metros del cruce con Grandoli y unos 350 metros al oeste de la ruta nacional 34. Al menos uno de los atacantes bajó de la moto y atacó a tiros la vivienda.
En ese momento Cejas, de 20 años, ingresaba corriendo a la casa de su abuela, donde parte de su familia estaba haciendo la sobremesa. Lo perseguían tres hombres en una moto y apenas cerró la puerta se escuchó el primero de unos 15 a 20 disparos. El atacante empezó a tirar en la calle y siguió asomado a la ventana del comedor, donde seis adultos y cuatro niños quedaron sin escapatoria ante las balas.
El joven de 20 años cayó muerto con cinco tiros —uno en la nuca— y hubo otros cuatro heridos, tres de gravedad. Su abuela María A., de 63 años, sufrió heridas de bala en la pierna izquierda y el brazo derecho por las que debió ser trasladada al Hospital Clemente Alvarez. A su padre Diego Alejandro C., de 39 años, un balazo le atravesó el tobillo izquierdo y le provocó una fractura, por lo que fue llevado al Hospital Alberdi. José Luis F., de 55, fue alcanzado por disparos en el abdomen, la pierna y el hombro izquierdo. Un vecino lo trasladó al Heca, donde quedó internado en estado reservado. Asimismo una adolescente de 14 años sólo recibió el roce de un proyectil en una rodilla y fue atendida por los médicos del Sies en el lugar.
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Los ocupantes de la moto escaparon por Grandoli hacia el oeste. En la calle quedaron esparcidas 15 vainas calibre 9 milímetros. En el frente de la propiedad la policía detectó seis impactos de bala, al menos dos proyectiles atravesaron la puerta y otros ingresaron por una ventana que da al comedor.
En su primer contacto con policías de la subcomisaría 2ª, el padre de Braiton alcanzó a ofrecer un primer relato del ataque. Dijo que estaban reunidos en la vivienda cuando pasaron al menos dos muchachos en moto y descargaron una lluvia de balas “sin que mediara un conflicto previo”.
Luego, la familia contó que estaba reunida en el comedor cuando entró corriendo Braiton, cerró la puerta con un hombro y enseguida comenzó la lluvia de disparos. Una de las víctimas reconoció a Ramón Daniel Barrios, de entonces 29 años, como quien se asomó a disparar desde la ventana. El joven fue detenido en un allanamiento a una propiedad de la misma manzana en que perpetró el homicidio y quedó preso como el autor de los disparos.
“Braiton entra, cierra la puerta y escuchamos el primer disparo que tiraron desde la calle. Ahí se vinieron acercando y siguieron tirando desde la ventana para adentro de la casa a todos los que estábamos adentro”, contó un familiar del joven asesinado.
“Estaba en el baño y empecé a escuchar tiros y muchos gritos. Por eso salí rápido del baño pero Braiton ya estaba tirado en el piso. Ya estaba muerto. Me arrastré hacia él pero no pude llegar”, contó la abuela de la víctima, quien tiene amputados ambos pies a causa de la diabetes y sufrió complicaciones por los disparos.
Uno de los familiares reveló que los agresores se movían en una moto negra de “alta cilindrada tipo cross, sin cachas” y precisó que reconoció a uno de ellos como Ramón Daniel Barrios, a quien conocían por el sobrenombre de “Bei” o “Bebi”, y quien fue detenido en un allanamiento a su casa de Servellera entre Vieytes y Grandoli.
Los familiares contaron que en el último tiempo Braiton había ido a refugiarse a la casa de un tío por los problemas que tenía con conocidos del barrio. “Este chico (por el acusado) salió hace poquito de estar preso. Supuestamente dicen que vende droga, no sé para quien, tampoco pregunté. Para mi que debe andar armado”, atestiguaron los allegados al muchacho fallecido. “También quiero decir que Braiton me había contado, antes de que pase esto, que Barrios le había dicho que se querían quedar con la casa” de la su abuela, dijeron las víctimas de la balacera, que además pidieron custodia por temor a represalias.
"Fueron a matarlo"
“Fue con alevosía. Braiton ya estaba tirado en el piso muerto y le seguían disparando. Fueron a matarlo”, dijeron. Los familiares atribuyeron el ataque a unas amenazas que había sufrido el muchacho de parte de ese entorno que se quería quedar con la casa de su abuela.
Pero un vecino que declaró bajo reserva de su identidad dijo que el ataque había sido “pagado por la banda de Lichi Romero”, detenido por liderar una banda narco en Nuevo Alberdi, de quien dijo que el detenido Barrios “aparte de ser su soldadito, es su sicario”.
“Tengo entendido que todo fue a raíz de lo que sucedió aquella vez en la ruta donde los Romero tuvieron que dejar sus casas”, dijo este testigo, e indicó que en esa ocasión Braiton y tres amigos “se habrían aprovechado de la situación, ingresaron a los domicilios abandonados por la familia Romero y le robaron todo”, añadió, e identificó a Barrios como quien “le guarda los fierros a los Romero”.